El pulsioxímetro es el producto sanitario que determina la saturación de oxígeno. En este artículo te contamos cómo utilizar correctamente un pulsioxímetro.
La Pulsioximetría es un método no invasivo para la vigilancia continuada del estado de oxigenación del paciente mediante la determinación de la saturación de oxígeno en la hemoglobina en sangre arterial.
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El Pulsioxímetro es el aparato que determina la saturación de oxígeno cuantificando la cantidad de luz que es absorbida por la oxihemoglobina de la sangre arterial. Para esto, el sensor del pulsioxímetro emite una luz roja y otra infrarroja que se transmite a través de las uñas, tejido, sangre venosa, sangre arterial y pimentación de la capa externa de la piel. El pulsioxímetro tiene un transductor con dos piezas: un emisor de luz y un fotodetector. Éste está situado en el lado opuesto, recibe la luz roja e infrarroja y mide solamente la cantidad de luz que es absorbida por la hemoglobina oxigenada y no oxigenada de la sangre arterial, por lo que es necesaria la presencia de pulso arterial para que el dispositivo reconozca alguna señal.
La pantalla del pulsioxímetro normalmente muestra un valor de frecuencia cardíaca, saturación de oxígeno en forma de porcentaje y una representación pletismográfica del pulso arterial, que es útil para valorar la precisión del dispositivo en detectar el flujo sanguíneo.
Cómo utilizar correctamente un pulsioxímetro
El lugar ideal para la colocación del pulsioxímetro debe cumplir las siguientes premisas:
- Buena perfusión.
- Relativamente inmóvil.
- Accesible.
- Cómodo para el paciente.
Los sitios más comúnmente usados son el lóbulo de la oreja y el dedo de la mano, aunque en casos de hipoperfusión periférica se pueden considerar nariz, lengua, mejillas o dedos de los pies, tanto en un lado como en otro del cuerpo.
En los recién nacidos la medición de la SpO2 puede ayudar en el diagnóstico de enfermedades cardíacas congénitas, ya que los que presentan ductus arterioso persistente, presentan la sangre del miembro superior derecho menos diluida por efecto del shunt, y por lo tanto más oxigenada.
A la hora de interpretar los datos aportados por el pulsioxímetro, se debe recordar que valores inferiores al 75% son poco fiables, siendo la relación de este orden.
Por lo tanto, cifras de saturación inferiores al 90% implicarían probablemente, cuadros de insuficiencia respiratoria, teniendo que actuar en consecuencia, con tratamiento y derivación hospitalaria. Valores entre 90-95%, se debe valorar la comorbilidad del paciente (EPOC, asma, etc.) y la respuesta al tratamiento para tomar la decisión de derivación hospitalaria.
Técnica correcta para realizar la pulsioximetría
- Informar al paciente de la técnica a realizar. Solicite consentimiento de forma verbal, siempre que sea posible.
- Comprobar alergias a adhesivos.
- Asegurarse de que tanto la sonda como el lugar de medición (dedos o lóbulo de la oreja) estén limpios.
- Conectar el pulsioxímetro y colocar la sonda en el lugar elegido asegurando lo siguiente: que haya integridad de la piel, que la sonda esté seca, que el lugar elegido esté bien vascularizado, que el dedo esté completamente insertado en el sensor dactilar, que haya alineación entre la porción emisora de luz (sobre la uña) y la detectora, en el lado opuesto
- Encender el dispositivo; pasados unos diez segundos aparecerá la SaO2 y la frecuencia cardíaca en la pantalla.
- Registrar los resultados obtenidos, vigilando la tendencia de los mismos en relación a la clínica y comprobando el pulso radial.
- Una vez finalizado el uso del pulsioxímetro desconéctelo y se procederá a la limpieza del sensor con suero fisiológico si procediera.
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