El emprendimiento enfermero nos abre al mundo, nos permite identificar necesidades y transformarlas en oportunidades, nos permite diseñar nuestra hoja de ruta a largo plazo, pensar y actuar de forma libre y responsable.
A pesar de que el término emprendimiento data del siglo XV y de qué se ha desarrollado enormemente en diferentes contextos, en el ámbito de los cuidados y del conocimiento enfermero en general, es todavía poco frecuente oír hablar de iniciativas de emprendimiento enfermero.
Liderazgo emprendedor en enfermería
Las primeras acepciones de emprendedor hacían referencia a una persona activa, que hace las cosas (1).
Mas recientemente el Libro Blanco de la iniciativa emprendedora en España se refiere a ella como la actitud y el proceso para crear y desarrollar una actividad económica, combinando la toma de riesgos, la creatividad y/o la innovación con una gestión sólida, en una organización nueva o en una existente (2).
Y aunque realmente no existe un consenso en cuanto a su definición, Copelli et all (3), a partir de su trabajo de revisión de la literatura en el ámbito del emprendimiento enfermero, llegaron a conceptualizarlo como tener sentido de oportunidad, ser autónomo, independiente, flexible, decidido, innovador, proactivo, seguro de sí mismo, disciplinado, comunicativo, responsable, asumiendo riesgos calculados, actuando de manera holística, para conquistar nuevos entornos asistenciales, agregar valor a la profesión ante la sociedad, impulsar el crecimiento económico del país, realizar la gestión financiera y de conflictos, tener conciencia legislativa y mirar hacia el futuro.
Sabemos que en el siglo XXI el sector Sociosanitario constituye uno de los sectores claves en el emprendimiento (4) , con enormes oportunidades para la creación de empresas y otros proyectos que den respuesta a las nuevas demandas que van surgiendo y dentro de este sector, las enfermeras constituyen el activo más numeroso.
De forma clásica el trabajo de las enfermeras en España se ha desarrollado en instituciones sanitarias fundamentalmente públicas y en menor medida de carácter privado y contemplan ésta casi como única salida profesional, planteándose el ejercicio libre de la profesión o ejercicio por cuenta propia, en contadísimas ocasiones.
Sin embargo a pesar de tener evidencias de que el emprendimiento enfermero se asocia a valores personales y profesionales muy interesantes (1), de que permite asumir nuevos campos de trabajo para las enfermeras (3), que aportan valor y les empodera, todavía existen la percepción de que la profesión enfermera es puramente vocacional y con espíritu de servicio y que cualquier iniciativa emprendedora en este ámbito es una forma de hacer negocio y ganar dinero (3), sin anteponer que emprender es una actitud vital y querer hacer cosas que aporten valor a las personas (5).
Emprendimiento enfermero
El emprendimiento enfermero nos abre al mundo, nos permite identificar necesidades y transformarlas en oportunidades, nos permite diseñar nuestra hoja de ruta a largo plazo, pensar y actuar de forma libre y responsable, formar equipo con los mejores, poner precio a nuestro trabajo y ser creativas para ofrecer nuevas líneas de actuación.
Pero también nos exige tener profundos conocimientos disciplinares y profesionales que nos den seguridad para la toma de decisiones autónoma y responsable, nos obliga a ser flexibles para adaptarnos a la demanda, requiere estar permanentemente actualizadas para dar respuesta a esta demanda u olvidarnos de un horario fijo o una nómina fija a final de mes.
No olvidemos que el emprendimiento enfermero es una palanca de cambio, un elemento motivador que nos permite desarrollarnos y vivir con pasión. Y aunque a veces dudemos, podemos ser lo que queremos ser.
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