Canalizando el registro clínico
Cualquier actividad profesional que quiera ofrecer lo mejor a la sociedad en la que se desarrolla ha de organizarse de forma tal que todos los que la desempeñan puedan entender el trabajo realizado por sus compañeros y que las disciplinas de enfermería relacionadas puedan comprender las implicaciones de dicho trabajo.
Una herramienta básica en esa organización profesional la constituyen los registros de la actividad realizada; en especial en la asistencia sanitaria pues constituyen un requisito fundamental para la seguridad de las personas además de ser una fuente de información para los gestores, los investigadores y el sistema jurídico.
Es en esa variabilidad de usos en la que radica un conflicto que atrapa a las enfermeras clínicas que, conocedoras de la importancia de la información sobre su actividad para la seguridad del paciente y la continuidad de los cuidados; pero acuciadas por la falta de tiempo necesitan que el cumplimiento de unos registros lo más exhaustivos posible no consuma más recursos que los dedicados a las personas.
De las innumerables actividades que las enfermeras realizamos las relativas al acceso vascular tienen algunas características que las hacen «patognomónicas» de la profesión pues conjugan una necesidad alta de conocimientos y habilidades así como una muy alta frecuencia (1) en todos los ámbitos de atención (con especial prevalencia en pacientes críticos, hospitalizados y oncológicos).
Sin embargo la bibliografía muestra (2) con reiteración que se falla mucho a la hora de registrar este aspecto concreto de nuestra actividad no sólo en los cuidados de mantenimiento o de retirada sino incluso en registrar la inserción de los dispositivos o su uso previsto.

Prevalencia CVP-EPINE
Además, cualquiera que se haya aproximado a los registros de los dispositivo de acceso venoso con visión investigadora encontraría que, en la mayoría de las ocasiones, los registros cotidianos no son útiles para vincular actividades concretas con resultados en los usuarios; por no hablar de la escasa o casi nula información sobre costes que se pueden derivar los registros clínicos, lo que obliga a utilizar datos subrogados para evaluar coste-efectividad o coste-beneficio de las opciones tanto a nivel de recursos materiales como a los procedimientos concretos.
Por ello, no es de extrañar que un grupo interdisciplinar de investigación con profesionales de 11 países recomendara un «conjunto mínimo de datos» (CMD) para el registro de los accesos vasculares elaborados mediante metodología Delphi (3). Dicho conjunto recoge 50 ítems en 5 dominios (ver imagen); así mismo se consensuaron definiciones de los tipos de dispositivos: Vía periférica, Catéter Midline, PICC, Catéter central no tunelizado, Catéter central tunelizado, Dispositivo de acceso venoso de implante total y Catéter de hemodiálisis.

Conjunto mínimo de datos de acceso vascular
Muchos de los ítems incluidos en la propuesta de CMD son capturados de forma automatizada en los sistema de registro informatizados, pero aún así las enfermeras clínicas han de poner en la balanza el tiempo que la cumplimentación del registro implica y para ello han de conocer y reconocer el valor que los ítems pueden aportar en términos de continuidad asistencial y seguridad del paciente.
Es relevante considerar que, cada vez con más frecuencia, se utilizan dispositivos de acceso venoso en régimen ambulatorio o a domicilio (incluso en centros sociosanitarios) y que la indicación del tipo de dispositivo de acceso venoso debe empezar a tener en cuenta el conocido como «capital venoso» de los pacientes y, de forma no opcional, la propia opinión del paciente además del tratamiento farmacológico al que se vaya a someter (4).
A la vista de esto, y con el objetivo de dar a conocer esa propuesta de CMD hemos lanzado una encuesta para que las enfermeras clínicas valoren cada ítem propuesto e indiquen si lo incluirían en su «registro mínimo» desde la perspectiva de la continuidad asistencial y la seguridad del paciente que os animamos a cumplimentar aportando vuestra visión.
Bibliografía
1) Estudio EPINE-EPPS. Factores de riesgo extrínseco de infección. Sociedad Española de medicina preventiva, salud pública e higiene [Internet] disponible en https://epine.es/
2) Blanco-Mavillard I, Parra-García G, Fernández-Fernández I, Rodríguez-Calero MÁ, Personat-Labrador C, Castro-Sánchez E. Care of peripheral intravenous catheters in three hospitals in Spain: Mapping clinical outcomes and implementation of clinical practice guidelines. PLOS ONE [Internet]. 2 de octubre de 2020;15(10):e0240086. Disponible en: https://journals.plos.org/plosone/article?id=10.1371/journal.pone.0240086
3) Schults J, Kleidon T, Chopra V, Cooke M, Paterson R, Ullman AJ, et al. International recommendations for a vascular access minimum dataset: a Delphi consensus-building study. BMJ Qual Saf [Internet]. 22 de septiembre de 2020; Disponible en: https://qualitysafety.bmj.com/content/early/2020/09/25/bmjqs-2020-011274
4) Manrique-Rodríguez S, Heras-Hidalgo I, Pernia-López MS, Herranz-Alonso A, del Río Pisabarro MC, Suárez-Mier MB, et al. Standardization and Chemical Characterization of Intravenous Therapy in Adult Patients: A Step Further in Medication Safety. Drugs R D [Internet]. 21 de diciembre de 2020; Disponible en: https://doi.org/10.1007/s40268-020-00329-w