Antitusígenos


1. ANTITUSÍGENOS OPIÁCEOS

Los antitusígenos opiáceos tienen acción sobre el centro de la tos, aunque también hay evidencia de su efecto a nivel periférico. La mayoría de los opioides tienen actividad antitusígena pero los riesgos derivados de su utilización exceden sus beneficios,  por lo que su utilización para este fin está restringida a unos pocos.

 

La codeína  es el fármaco antitusígeno más utilizado y sirve de referencia para otros fármacos. Los efectos adversos más habituales son:

  • Sedación.
  • Trastornos gastrointestinales.
  • Depresión respiratoria al administrarse en dosis altas.

 

Esta depresión respiratoria puede aparecer en pacientes ancianos, asmáticos y pacientes con EPOC. Por este motivo, en estas circunstancias debe usarse con precaución la codeína, así como en pacientes con insuficiencia respiratoria, cardiaca, renal o hepática, hipotiroidismo, esclerosis múltiples, colitis ulcerosa y colecistopatías. 

Está considerado como un fármaco de categoría C para su uso durante el embarazo y debe evitarse su consumo, especialmente a dosis altas durante la lactancia. El consumo de alcohol y otros depresores puede aumentar los efectos adversos. No se recomienda su uso en recién nacidos ni en menores de dos años. El efecto antitusígeno se logra con dosis inferiores a las necesarias para lograr el efecto analgésico. 

 

El dextrometorfano  es un análogo de la codeína cuya eficacia antitusígena ha sido demostrada en diferentes ensayos clínicos siendo similar a la codeína. Es un antagonista de los receptores NMDA y no tiene efecto analgésico.

Su principal ventaja respecto a la codeína es que no produce depresión respiratoria y que se necesitan dosis muy elevadas para producir depresión central. Además, tiene menores efectos gastrointestinales que la codeína. Sin embargo, está contraindicado su uso conjunto con antidepresivos, antiarrítmicos y alcohol.

Se absorbe rápidamente a nivel gastrointestinal y sus efectos aparecen a los 15 – 30 minutos con una duración aproximada de 6 horas. Se metaboliza en el hígado y se elimina por la orina. En niños menores de dos años, la dosis debe individualizarse y realizarse bajo control médico.  Las dosis deben ajustarse en casos de insuficiencia hepática. 

 

Otros fármacos opioides con efecto antitusígeno que han sido menos estudiados que los anteriores, incluyen:

  • La dihidrocodeína que presenta características similares a la codeína pero con menor poder adictivo.

  • El dimemorfano, es similar al dextrometorfano pero requiere receta médica.

  • La folcodina, con una utilidad clínica similar a la codeína pero con mayor vida media lo que permite alargar el intervalo entre dosis.

  • La noscapina o narcotina que no tiene actividad opioide y puede producir liberación de histamina.