La úlcera gastroduodenal y la enfermedad por reflujo gastroesofágico son dos patologías motivadas por la acidez gástrica, por lo tanto el tratamiento se dirige a reducir la secreción de ácido. Los fármacos que logran este objetivo son fundamentalmente los inhibidores de la bomba de protones (IBP) y los antihistamínicos H2.
1. INHIBIDORES DE LA BOMBA DE PROTONES (IBP)
Los inhibidores de la bomba de protones (IBP) son fármacos antisecretores que actúan sobre la bomba de protones de la célula parietal, bloqueando la enzima H+/K+ ATPasa.
Los IBP se utilizan en el manejo de las enfermedades relacionadas con el ácido gástrico, incluyendo la úlcera duodenal, úlcera gástrica, enfermedad por reflujo gastroesofágico, esofagitis erosiva, la infección por Helicobacter pylori y los síndromes hipersecretores como el síndrome de Zollinger-Ellison. También son utilizados como gastroprotectores en los pacientes tratados con AINES. Los IBP disponibles son:
- Omeprazol.
- Lansoprazol.
- Pantoprazol.
- Rabeprazol.
- Esomeprazol.
Actualmente se están estudiando dos nuevos IBP, el ilaprazol y el tenatoprazol.
Todos los IBP mencionados son profármacos que requieren su activación. La absorción y la biodisponibilidad es similar para todos ellos aunque puede haber diferencias en la rapidez de acción entre unos y otros.
El efecto de los IBP aumenta al administrarlo a la dosis adecuada y tomándolo antes de las comidas. Se recomienda que se tomen antes del desayuno. En comparación con los antagonistas H2 tienen mayor efecto en la supresión de la secreción gástrica de ácido y en la estimulación de la curación de la úlcera gastroduodenal.
Son los fármacos de elección en el tratamiento de las úlceras relacionadas con H.pylori ya que inhiben el crecimiento de la bacteria. En general provocan pocas reacciones adversas, las más habituales son náuseas, diarreas y cefalea. Raramente se asocian con alteraciones de la función hepática, citopenias, reacciones de hipersensibilidad y deficiencia de vitamina B12.