La histamina es una amina biógena presente en multitud de tejidos. Es un importante mediador en procesos alérgicos e inflamatorios, y tiene funciones destacadas en la regulación de la secreción ácida del estómago, la neurotrasmisión y la modulación inmunitaria.
En la farmacología, la histamina se utiliza en tres estrategias:
- Para bloquear la acción de la histamina.
- La segunda es impedir la degranulación de los mastocitos.
- La última estrategia es la administración de epinefrina para contrarrestar funcionalmente los efectos de la histamina.
1. RECEPTORES H1
Los fármacos antihistamínicos H1 se suelen clasificar por generaciones y así, tenemos los de primera generación, los de segunda generación y los de tercera generación.
Todos ellos antagonizan los receptores H1 aunque también presentan cierto grado de inhibición sobre receptores colinérgicos y serotoninérgicos.
Su utilización principal se da en procesos alérgicos. Se pueden administrar por vía oral, parenteral y tópica.
Sus reacciones adversas son abundantes y relativamente frecuentes, dependen de cada grupo y de la sensibilidad individual, las más frecuentes están relacionadas con el bloqueo colinérgico.
2. RECEPTORES H2
En cuanto a los antagonistas H2, se incluyen entre ellos:
- La cimetidina.
- La famotidina.
- La nizatidina.
- La ranitidina.
Se utilizan en el tratamiento de la enfermedad acidopéptica.