Mucolíticos y Expectorantes


El moco es segregado por las células calciformes de la mucosa y las células mucosas de las glándulas de la submucosa. Su función principal es proteger la mucosa traqueobronquial de las agresiones físicas, químicas o biológicas.

A través de la tos y de la actividad ciliar el moco es expulsado, pero hay situaciones clínicas que pueden conducir a una acumulación de mucosidad. En estas circunstancias, el objetivo del tratamiento será favorecer la expulsión de la secreción. La hipersecreción crónica de moco es característica de algunas enfermedades respiratorias comunes como la EPOC o el asma. 

Los fármacos activos sobre el moco respiratorio son los expectorantes y los mucolíticos. 

 

Los fármacos expectorantes estimulan los mecanismos de expulsión de moco y aumentan el volumen hídrico favoreciendo su expulsión, mientras que los mucolíticos modifican las características fisicoquímicas del moco favoreciendo su eliminación. Sin embargo, en la práctica la distinción entre unos y otros es difícil y suelen estudiarse en conjunto. La eficacia clínica de estos fármacos no es fácil de demostrar.

 

Entre los fármacos mucolíticos y expectorantes más comunes destaca la n-acetilcisteína que es uno de los más utilizados.

Su mecanismo de acción es múltiple y parecer ser complejo, afectando a la composición del moco y facilitando su expulsión. Se utiliza por vía oral con escasos efectos adversos, aunque en ocasiones puede producir alteraciones digestivas.

También puede administrarse en nebulización o instilación intratraqueal. Tiene mayor efecto mucolítico en medio alcalino, por lo que suele prepararse con bicarbonato. Utilizada por vía respiratoria, puede producir irritación con broncoespasmo y puede reaccionar con las gomas y el metal por lo que se prefiere utilizar dispositivos de vidrio o plástico. Además, la n-acetilcisteína se utiliza como antídoto en la intoxicación por paracetamol. 

 

La S-carboximetil-L-cisteina presenta unas características similares a la n-acetilcisteína, pero no es útil en la intoxicación por paracetamol. Se administra por vía oral, y aunque es bien tolerado puede producir molestias digestivas, cefaleas y erupciones cutáneas. 

 

La bromhexina y su metabolito activo el ambroxol, son fármacos utilizados por su efecto mucolítico, aunque los ensayos clínicos que se han realizado con estos productos son contradictorios. Se pueden utilizar por vía oral, inhalatoria o parenteral y por lo general son bien tolerados. 

 

Otros fármacos con efecto mucolítico son la citiolona, la lestosteina, el MESNA, el sobrerol, el tiloxapol y la dornasa alfa. El uso clínico de algunos de estos productos es cuestionable al no existir ensayos clínicos o tener resultados dudosos.

 

La adecuada hidratación del paciente, la fisioterapia, el abandono del tabaco o la resolución de las obstrucciones e infecciones cuando estén presentes son otras estrategias terapéuticas que siempre deben considerarse junto con el tratamiento mucolítico – expectorante cuando este sea preciso.