TEMA 3. CREATIVIDAD EN LA PRÁCTICA ASISTENCIAL


Encontramos ejemplos en la historia de científicos que a la vez han sido artistas, como Leonardo Da Vinci. Al querer entender el universo y el mundo en el que vivían, al querer expresar con arte la belleza, trataban de utilizar sus habilidades en aras de la ciencia.

La ciencia y el arte son facetas que requieren de habilidades creativas, como la observación, el conocimiento y la experimentación. 

Los profesionales de la salud adquirimos habilidades creativas, actitudes y aptitudes que nos ayudan en nuestra labor asistencial con características como la fluidez de pensamiento, la adaptabilidad, la originalidad y la flexibilidad. 

El profesional sanitario en su mayoría utiliza el pensamiento divergente en su práctica asistencial, pensamiento que obliga a buscar diferentes alternativas o a estudiar diferentes posibilidades. 

El profesional sanitario es, por tanto, una persona creativa con habilidades creativas. 

El proceso mismo del diagnóstico es un acto creativo, dar solución, ofrecer un tratamiento, unos cuidados, aprender a observar a la persona en su conjunto, es una muestra de la creatividad necesaria por parte de los profesionales de la salud. 

1. PROFESIONALES DE LA SALUD Y LA CREATIVIDAD

 El psicólogo americano Paul Torrance, investigador y divulgador acerca de la creatividad, definía la creatividad de la siguiente manera: “La creatividad es un proceso que vuelve a alguien sensible a los problemas, deficiencias, grietas o lagunas en los conocimientos y lo lleva a identificar dificultades, buscar soluciones, hacer especulaciones o formular hipótesis, aprobar y comprobar estas hipótesis, a modificarlas si es necesario además de comunicar los resultados.” 

Definición muy cercana a lo que es la investigación. Siendo la investigación un proceso creativo. 

Creatividad es generar ideas nuevas, ideas que puedan ser de utilidad. Innovar consistiría en poner esas ideas en la práctica. En nuestro trabajo, si vemos necesario realizar cambios para la mejora de procesos, acudimos a nuestras ideas creativas y tratamos de ponerlas en marcha. 

Como profesionales de la salud acudimos a la creatividad en muchas ocasiones, cuando escasea material, cuando disponemos de algunos medios pero no los que precisamos para una determinada tarea, cuando imaginamos las causas de unos síntomas poco claros, cuando nos ponemos en el lugar de las personas a las que atendemos, cuando hinchamos un guante para entretener a un niño que tenemos que pinchar, cuando usamos dibujos para realizar educación para la salud, etc., somos personas creativas y nuestro trabajo nos obliga a serlo cada día. 

Todas las personas tienen un potencial creativo, pero si no lo usamos, dejamos de pensar de forma creativa y dejamos de tener ideas y encontrar soluciones, atrofiamos nuestro sentido creativo. Como profesionales de la salud no podemos permitir perder esa poderosa herramienta, es por ese motivo que veremos más adelante como ejercitar nuestra creatividad para poder aplicarla tanto en nuestro trabajo como en nuestro día a día, ayudándonos a encontrar soluciones a los problemas cotidianos. 

Los profesionales sanitarios trabajamos en una profesión de constante innovación y cambios, con el avance de la tecnología que ha influido en la vida de las personas. Nuestra profesión no solo se debe basar en nuestros conocimientos empíricos y la experiencia práctica, nuestra profesión debe basarse en nuestra creatividad, adaptabilidad e innovación, para poderla hacer crecer y mejorar nuestra práctica profesional. 

1.1. Capacidades creativas

Es creativa la capacidad de los profesionales sanitarios para asumir el papel de la persona a la que atendemos, y por tanto ayuda en la relación terapéutica. 

Habilidades como la empatía, la escucha activa, la relación de ayuda y la asertividad, son habilidades que permiten mejorar la relación terapéutica y fomentan un ambiente de confianza. De esta relación surgen ideas creativas e innovadoras que ayudan y refuerzan la relación entre los profesionales sanitarios y las personas a las que prestan servicios. 

Estas competencias son cualidades necesarias de los profesionales sanitarios y a la vez ayudan a ser creativos y mejoran la satisfacción con uno mismo.

También ayudan al trabajo en equipo y a la consecución de objetivos, reduciendo los conflictos entre personas, aumentando el respeto mutuo. 

1.2. Ejemplos de prácticas creativas

Podemos encontrar ejemplos de prácticas creativas en nuestra profesión. El conocimiento de estas prácticas pone de manifiesto la capacidad creativa de la profesión sanitaria y de cómo las personas que trabajamos cuidando y curando a otras personas, tratamos de buscar soluciones creativas e innovadoras para mejorar nuestros procesos. 

SalusOne de SalusPlay es un ejemplo de práctica creativa e innovadora, a través de inteligencia artificial y mediante una app y una web ayudan a otros profesionales a mejorar la efectividad de los cuidados, mejoran la seguridad del paciente y permiten el crecimiento profesional mediante una formación que no para de crecer en propuestas y cursos. 

Otro ejemplo de creatividad en nuestra profesión es el uso de los “serious games” o juegos para enseñar, como los videojuegos o similares que buscan realizar educación para la salud y mejorar la calidad de vida de nuestros pacientes mediante la gamificación que busca cambios en el comportamiento y aumento de motivación. 

Redes sociales, telemedicina o las aplicaciones, son ejemplos de cómo gracias a la tecnología hemos encontrado soluciones innovadoras con las que mejorar la atención a nuestros pacientes y con las que crecer profesionalmente. 

Secuenciación genética, inteligencia artificial, impresiones en 3D, inmunoterapia, realidad virtual, biosensores, etc., son innovaciones creadas en el campo de la salud con el potencial de realizar cambios en el actual sistema sanitario y en la forma que tenemos de tratar a nuestros pacientes. 

 

 

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