TEMA 2. LA LECHE HUMANA: UN HÍBRIDO BIOLÓGICO-SOCIAL. COMPOSICIÓN


  1. LA LECHE HUMANA: UN HÍBRIDO BIOLÓGICO-SOCIAL

La leche humana es el alimento de nuestra especie. Su composición es única y varía con las necesidades de la criatura. Se adapta a las características del recién nacido en cada momento, interviene en el comportamiento maternal primario y favorece el establecimiento del vínculo madre-hijo. A mayor tiempo de exposición, mayor beneficio (efecto dosis-respuesta).

Existen tres puntos focales o áreas principales sobre las que interaccionan los nutrientes de la leche materna. Más allá de la propia nutrición, se van a relacionar con:

  • El desarrollo cerebral.
  • El desarrollo del sistema inmunitario.
  • El comportamiento afectivo y de relación.

En la formación del sistema nervioso central primero se da la división celular con la formación de las neuronas y la neuroglia, y después la mielinización. Este periodo se da desde el último trimestre del embarazo hasta los dos años de vida aproximadamente, para al final del segundo año tener una mielinización similar a la del adulto. La leche materna contiene componentes óptimos para que este desarrollo sea adecuado entre los que destacan los fosfolípidos.

El sistema inmunitario es inmaduro al nacimiento y su maduración se da durante los primeros dos años de vida. Los inmunomoduladores de la leche materna favorecen la adquisición de este proceso. Los linfocitos T son los más presentes en calostro y leche materna. Se ha visto que los recién nacidos que son amamantados tienen un timo más grande que los que no lo son. La inmunoglobulina más presente es la IgA, especialmente en el calostro. La leche materna aporta también fagocitos, IgG, IgM, IgE, lactoferrina, lisozima, mucina, lípidos, componentes del complemento (C3), etc. Todos estos componentes poseen una gran especificidad pare llevar a cabo su acción inmunitaria.

El hemisferio derecho es el dominante durante los primeros dos a tres años de vida. Las comunicaciones de tipo emocional modulan el cerebro, por lo que las experiencias tempranas son determinantes. La relación que el recién nacido establece con su cuidadora principal, quien suele ser su madre, condiciona sus emociones y modela su comportamiento. La regulación de las emociones entre madre e hijo favorece más adelante una autorregulación efectiva y un desarrollo emocional normal según la teoría del apego. La preocupación maternal primaria se da en un periodo POSNATAL de especial sensibilidad de la madre a las necesidades de su hijo. En el cerebro materno se dan cambios irreversibles para favorecer el cuidado. La madre que amamanta busca más proximidad e interacciona más con su criatura, favoreciendo de esta manera mayor secreción de oxitocina.

 

  1. COMPOSICIÓN

La composición de la leche materna varía según el tipo de leche (calostro, leche de transición o leche madura), la edad de la criatura, la hora del día, el momento de la toma, el estado de salud de madre e hijo, etc. Los más de doscientos nutrientes que posee se caracterizan por su alta especificidad y biodisponibilidad.

2.1 Calostro

El calostro es la leche de los primeros días. Difiere de la leche madura en el tipo de componentes y en las proporciones de estos. Su volumen varía entre 2 y 20 ml por toma, con un volumen de aproximadamente 100 ml en las primeras 24 horas. A mayor paridad, mayor rapidez en el aumento de volumen. El calostro aporta menos energía que la leche madura (67 kcal/dl comparado con 75 kcal/dl). Posee mayor contenido de sodio, potasio, cloruro e IgA. Altos niveles de sodio al inicio de la lactancia se relacionan con un probable fracaso de la misma. Esto se produce principalmente por el retraso en el inicio de las tomas, al no remover la leche del pecho. Su característico color amarillo viene dado por el betacaroteno. Su contenido en proteínas es más alto que en la leche madura y su contenido en grasa y lactosa es más bajo.

2.2 Leche de transición

La leche de transición se da durante la segunda semana POSPARTO. La concentración de inmunoglobulinas y proteínas totales disminuye, mientras que la lactosa, la grasa y las calorías totales aumentan. Aumentan las vitaminas hidrosolubles y disminuyen las liposolubles.

2.3 Leche madura

La leche madura cuenta con el agua como componente principal (más del 90%). Los recién nacidos pierden hasta un 25% de su calor por el mecanismo de evaporación, especialmente del agua de la piel y los pulmones, y el agua de la leche contribuye a la regulación de la temperatura.

La fracción lipídica de la leche materna se da en una concentración de entre el 3% y el 5%. Tienen un papel fundamental en la formación de membranas celulares de múltiples tejidos, en el desarrollo del sistema nervioso y aportan la mitad de las calorías. Los más presentes son los triglicéridos, los fosfolípidos y el colesterol y los derivados de todos ellos. Su concentración varía según el momento del día o de la toma. La dieta materna afecta a la composición de los lípidos, pero no a la cantidad total de los mismos.

Las proteínas son el 0.9% del contenido de la leche materna. Entre ellas destacan la caseína, la seroalbúmina, alfa-lactoalbúmina, beta-lactoglobulina, inmunoglobulinas y otras glicoproteínas. Contiene ocho de los aminoácidos esenciales que provienen del plasma materno. Las proteínas más presentes en la leche materna son la lactoalbúmina (hasta 60%) y la caseína (hasta 40%), al revés que en la leche de vaca donde hay más caseína (hasta 80%) que lactoalbúmina (hasta 20%). Las inmunoglobulinas son el mecanismo principal por el que la madre pasa inmunidad al recién nacido. La inmunoglobulina principal es la IgG.

El carbohidrato principal es la lactosa. Es un disacárido compuesto por galactosa y glucosa que se sintetiza en la mama. Están presentes otros oligosacáridos cuya máxima concentración se da alrededor del día 4 y disminuye hasta mantenerse estable hacia el día 30. Están relacionados con el crecimiento de L. bífidus y su papel en la protección contra numerosas infecciones gastrointestinales.

Algunos de los minerales presentes en la leche humana son el sodio, el potasio, el calcio o el magnesio. Todos los minerales decrecen en los primeros 4 meses, a excepción del magnesio. La leche de vaca tiene hasta 3.6 veces más sodio que la leche humana y el triple de sales en total.

El hierro presente en la leche humana es menor que en la leche de vaca, sin embargo, tiene mayor biodisponibilidad. El recién nacido a término amamantado exclusivamente durante los seis primeros meses de vida no tiene riesgo de anemia. Otros elementos presentes son el zinc, el yodo, las vitaminas liposolubles (A, D, E y K), vitamina C y las vitaminas del complejo B, enzimas, prostaglandinas o factor de crecimiento epidérmico.

 

BIBLIOGRAFÍA

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