TEMA 4. NECESIDADES NUTRICIONALES DEL LACTANTE


1. INTRODUCCIÓN

El conocimiento de las necesidades nutricionales del lactante en los primeros meses se ha obtenido del modelo biológico insuperable que es la leche materna y por ello las fórmulas de inicio deben asemejarse todo lo posible a la leche de la madre. La leche materna cubre las necesidades energéticas hasta los 6 meses, a partir de esa edad aparecen las carencias nutricionales y se debe introducir la alimentación complementaria.

2. NECESIDAD ENERGÉTICA Y DE AGUA

2.1. Necesidad energética

Las necesidades energéticas durante el primer año de vida son muy elevadas, inversamente proporcionales a la edad del niño. Se recomiendan ingestas entre los 105-108 kcal/kg/día de peso en los 6 primeros meses (en el recién nacido a término sano es de 80-90kcal/kg de peso), y de los 6-12 meses unas 96 kcal/kg/día.

Los requerimientos energéticos durante la infancia dependen de tres factores: mantenimiento (el metabolismo basal), crecimiento y actividad física. Con lo que la proporción de energía que debería aportar los distintos nutrientes varía dependiendo del periodo de crecimiento que se encuentre el niño:

  • Durante la etapa de recién nacido y lactante, el crecimiento es rápido y la proporción de energía que deberían de aportar los nutrientes son similares a lo que aporta la leche materna, y son los siguientes:

o   Hidratos de Carbono: 36-40%

o   Grasas: 50%

o   Proteínas: 7%

  • Durante la etapa prescolar y escolar, el crecimiento es más estable y la proporción de energía que deberían de aportar los nutrientes son los siguientes:

o   Hidratos de Carbono: 50-54%

o   Grasas: 30-35%

o   Proteínas: 12-15%

2.2. Necesidad de agua

La National Research council (NRC) recomienda 1,5 ml/Kcal de energía administrada que es la relación que existe en la leche humana.

3. NECESIDAD DE PROTEINAS, GRASAS Y DE HIDRATOS DE CARBONO

 3.1. Proteínas

Las proteínas son muy importantes para el crecimiento y el mantenimiento celular. Existen ocho aminoácidos esenciales que el organismo no sintetiza y son: leucina, valina, isoleucina, fenilamina, metionina, lisina, treonina y triptófano. Las necesidades de aminoácidos esenciales en el recién nacido son del 40% respecto al 20% del adulto.

La leche materna es el mejor alimento como fuente de proteínas, ya que aporta aminoácidos esenciales y otros aminoácidos de alto valor biológico como la cistina, la caseína y la taurina. La taurina es abundante en la leche humana especialmente en el calostro, y es muy importante en el desarrollo cerebral y en la conjugación de los ácidos biliares.

3.2. Grasas

Las grasas regulan el equilibrio hidroelectrolítico y permiten el crecimiento y desarrollo del sistema nervioso del recién nacido.

Las grasas comienzan su digestión en la boca gracias la enzima lipasa de la saliva y posteriormente en el duodeno gracias a la lipasa pancreática. La grasa de la leche materna se digiere muchísimo mejor que cualquier otra leche por la presencia de lipasa en su composición. Esta lipasa de la leche materna es activada por las sales biliares y esto también justifica que, el niño alimentado con leche materna tenga una mayor absorción de ácidos biliares y por ello aumente la concentración total y reserva de los ácidos biliares.

3.3. Hidratos de carbono

El carbohidrato más abundante de la leche materna es la lactosa y tiene la cualidad de aumentar la absorción de calcio.

Cuando la lactosa no se digiere en el intestino delgado, llega al colon y se produce su fermentación por las bacterias generándose de esta forma ácidos grasos de cadena corta, los cuales ayudan a la absorción de minerales y agua.

En la leche materna también existe oligosacáridos que intervienen en el desarrollo neuronal en la síntesis de gangliósidos y esfingolípidos.

4. NECESIDAD DE MINERALES, VITAMINAS Y OLIGOELEMENTOS

4.1. Minerales

Las necesidades de minerales en el lactante están cubiertas en la alimentación con leche materna, entre ellos podemos destacar:

  • El sodio, potasio y cloro que deben formar parte de la ingesta entre 2-3 mEq/Kg/día. Se recomienda evitar los alimentos con elevada carga de solutos sin suplemento de agua, debido a que el neonato no dispone de ningún sistema de excreción de sodio y puede producirle un grave problema. Esto ocurriría con fórmulas distintas a la leche materna que no estuvieran adaptadas o con introducción precoz de alimentos sólidos en la dieta.
  • El calcio. Importante para la estructura ósea y dental, e importante también en la contracción muscular y coagulación. Se acumula en los huesos y su déficit puede originar osteopenia y raquitismo. Su requerimiento diario ideal es de 210 mg diarios.
  • Magnesio. Importante para la estructura dental y ósea. El requerimiento diario es de 30mg diarios.
  • Hierro. Importante para estructura de la hemoglobina y sistemas enzimáticos. El depósito que tiene lugar en el último trimestre del embarazo es suficiente para cubrir las necesidades de los recién nacidos a término hasta los 6 meses de edad, momento en el que se debe introducir la alimentación complementaria para aumentar el aporte de hierro. La recomendación ideal en la infancia es de 6 mg diarios.

4.2. Vitaminas

Las vitaminas intervienen como enzimas en los procesos metabólicos, y por ello, es importante su administración en el lactante.

VITAMINAS LIPOSOLUBLES (A, D, K, E)

Pueden almacenarse en la grasa de los tejidos y pueden resultar tóxicos si se administran en cantidad excesiva.

  • Vitamina A o retinol. Se almacena en el hígado y es importante para la formación y mantenimiento de epitelios y mucosas, crecimiento de huesos y dientes y visión nocturna. Su déficit produce piel escamosa y seca, ceguera nocturna y fatiga frecuente.
  • Vitamina D o calciferol. Se sintetiza en la piel cuando recibe radiación ultravioleta solar. Es importante en el metabolismo para la formación de huesos y dientes, y mantiene la acción del corazón y sistema nervioso. Su déficit produce raquitismo en niños. Para alcanzar los requerimientos diarios es necesario la administración de 400UI/día y así prevenir el raquitismo, tanto los neonatos alimentados con leche materna como los alimentados con leche de fórmula. Y se recomienda su administración a todos los bebés menores de 6 meses porque los lactantes reciben muy poco sol directo, y la fuente principal de vitamina D es la luz solar.
  • Vitamina E o Tocoferol. Está relacionada con la ingesta de hierro. El hierro cataliza la oxidación lipídica de la membrana de los hematíes y protege a los glóbulos, los tejidos y los ácidos grasos esenciales de su destrucción. Su déficit produce pérdida muscular, daño nervioso, fallo reproductivo y anemia.
  • Vitamina K o Filoquinona. Es necesario para la síntesis hepática de los factores de la coagulación II, VII, IX y X. Esta vitamina está presente en las verduras, pero también es capaz de sintetizarla las bacterias intestinales. La única fuente de vitamina K del neonato es de tipo alimenticio, debido a que el intestino todavía es estéril y no hay síntesis de vitamina K por medio de la flora intestinal. Esta es   la razón de administrar Vitamina K en las primeras horas de vida (1mg IM) y así poder prevenir la enfermedad hemorrágica del recién nacido.

VITAMINAS HIDROSOLUBLES

Las vitaminas hidrosolubles rara vez son tóxicas debido a su escasa capacidad de almacenamiento y al elevado aclaramiento renal del neonato.

  • Vitamina B1 o tiamina. Es importante para la obtención de energía de los carbohidratos, y para el crecimiento y tono muscular. Su déficit puede producir alteración cardiaca, fatiga, confusión mental y enfermedades nerviosas.
  • Vitamina B2 o Riboflavina. Es importante también para la obtención de la energía cutánea y grietas en comisuras labiales.
  • Vitamina B6 o Piridoxina. Es importante porque ayuda en la construcción del tejido corporal y en el metabolismo de las proteínas. Su déficit puede llegar a producir convulsiones, dermatitis, debilidad muscular, grietas en la piel y anemia.
  • Vitamina B12 o Cobalamina. Importante en el desarrollo celular, funcionamiento del sistema nervioso y en el metabolismo de proteínas y lípidos. Su déficit puede llegar a producir anemia, nerviosismo, fatiga, neuritis y degeneración cerebral.
  • Niacina. Importante en el metabolismo de los carbohidratos, proteínas y lípidos. Su déficit puede llegar a producir enfermedades cutáneas, fatiga, diarrea e indigestión.
  • Ácido pantoténico. Es importante en el catabolismo de los micronutrientes. Su déficit puede ocasionar fatiga, vómitos, malestar estomacal, infecciones y calambres musculares.
  • Biotina. Importante en el metabolismo de los carbohidratos, proteínas y lípidos. Su déficit puede llegar a producir náuseas, vómitos, perdida de pelo, piel seca y escamosa.
  • Folato. Importante para el desarrollo de material genético y producción de glóbulos rojos. Su déficit puede producir malestar gastrointestinal, anemia y grietas en los labios.
  • Vitamina C o ácido ascórbico. Importante en la estructura de huesos, cartílago, músculo y vasos sanguíneos. También importante en la absorción del hierro y conservación de encías. Su déficit puede producir retraso en la curación de heridas, escorbuto, fatiga y mala digestión y depresión. 

 

BIBLIOGRAFÍA

 

  • Alcolea. MT. Función gastrointestinal y necesidades nutricionales del RN. En: Hernández A, Gomez J. Enfermería del recién nacido. Madrid: Enfo ediciones;2012. p. 377-398.
  • Alfaro A, García F. Características fisiológicas del recién nacido. En: Hernández A, Gómez J. Enfermería del recién nacido. Madrid: Enfo ediciones; 2012. p. 287-305.
  • Asociación Española de Pediatría. Manual de lactancia materna de la teoría a la práctica. 2ª edición. Madrid: Editorial Panamericana; 2008.
  • Bernalte P, González MJ, Jiménez S. Crecimiento y desarrollo del lactante. En: Martin-Crespo C, Medina FJ. Bases del cuidado infantil y adolescente. Madrid: Enfo ediciones;2012. p.93-120.
  • Caballero E, Reyes C. Valoración de desarrollo neurocomportamental durante el primer año de vida. En: Hernández A, Gómez J. Enfermería del recién nacido. Madrid: Enfo ediciones;2012. p. 341-375.
  • Comité de lactancia materna de AEP (asociación española de pediatría). Lactancia materna: cuándo es necesario dar suplementos de leche. AEP: internet (consultado el 21/08/2021). Disponible en: enfamilia.aeped.es.
  • Comité de protocolos de la Academia Médica de Lactancia materna. Guía para el manejo de Ictericia en el lactante alimentado al seno materno, de 35 o más semanas de gestación. En: ABM, editor. Medicina de lactancia materna, Volumen 5, Numero 2. ABM: Mary Ann Liebert; 2010.
  • Cruz M. Tratado de pediatría. Vol I y II. 8ª ed. Madrid: Ediciones Argon; 2001
  • Departamento de Salud de la Generalitat de Cataluña. Recomendaciones para la alimentación en la primera infancia (de 0 a 3 años). Barcelona: Agencia de Salud Pública de Cataluña; 2016.
  • Fewtrell M et al. Complementary feeding: A position paper by the EuropeanSociety for paediatric gastroenterology, hepatology, and nutrition (ESPGHAN). Committee on Nutrition. J Pediatr Gastroenterol and nutrition. 2017 Jan; 64(1):119-132.
  • García-Carpintero E. Valoración del niño. En: Martin-Crespo C, Medina FJ. Bases del cuidado infantil y adolescente. Madrid: Enfo ediciones;2012. p.65-92.
  • González C. Un regalo para toda la vida. 3ª Edición. Madrid: Editorial Planeta; 2011.
  • Lawrence R. Lactancia materna. Una guía para la profesión médica. 6ª edición. España: Elsevier; 2007.
  • Palmer G. Complementary feeding: nutrition, culture and politics. London: Pinter and Martin Ltd; 2011.
  • Paricio JM. Tu eres la mejor madre del mundo. Barcelona: Ediciones B; 2013.
  • Ruiz MA, Arribas C, Ruiz B. Valoración del desarrollo físico durante el primer año de vida. Seguimiento de los parámetros biofísicos. En: Hernández A, Gómez J. Enfermería del recién nacido. Madrid: Enfo ediciones;2012. p. 307-339.
  • Organización Mundial de la Salud. Estrategia mundial para la alimentación del lactante y del niño pequeño. Ginebra: OMS; 2013.
  • Organización Mundial de la Salud. OMS;(consultado 15 agosto 2021). Disponible en:https://www.who.int/tools/child-growth-standards.
  • Unicef, report of proceedings. Strengthening action to improve feeding of infants and young children 6-23 months of age in nutrition and child health programmes. Geneve: WHO Press World Health Organization; 2010.
  • Gonzáles C. Manual práctico de lactancia materna. 3ª Edición. Barcelona: ACPAM, Asociación Catalana Pro Alletament Matern; 2016.
  • Ladewig PW, Lodon ML, Moberly S, Olds SB. Enfermería maternal y del Recién nacido. 5ª ed. Madrid: Mc Graw-Hill.Interamericana; 2006.