TEMA 5. MANEJO Y ALMACENAMIENTO DE LA LECHE HUMANA


 1. INTRODUCCIÓN

Como bien conocemos, la leche humana, además de nutrientes tiene muchas propiedades antibacterianas, probióticas y estimuladores del sistema inmune. Alguno de estos componentes se puede modificar con el almacenamiento dependiendo de las condiciones en que se haga, pero, aun así, hay evidencia de que la leche materna almacenada de forma adecuada mantiene sus cualidades únicas que le hacen ser claramente superior a la fórmula artificial.

Las mujeres que necesitan extraerse leche deben conocer cómo manipularla de forma adecuada para garantizar su seguridad al administrarla al bebé. En este tema vamos a dar las pautas que nos van a servir para manejar la leche fuera del hospital. En el tema 1 ya hablamos de las recomendaciones específicas para el manejo de la leche en la unidad neonatal. 

2. ALMACENAMIENTO DE LA LECHE HUMANA

La higiene de manos previa a la extracción de leche es importante. Las manos sucias pueden transmitir patógenos a la leche y se ha visto que cuantas menos bacterias tenga la leche en el momento de la extracción, desarrollará menos bacterias también durante su almacenamiento. Esta leche también tiene niveles más altos de proteínas que las leches con mayor carga bacteriana.

La leche materna puede guardarse en cualquier recipiente apto para uso alimentario. Lo importante es que tenga cierre hermético para evitar la oxidación y posibles derramamientos y contaminación al almacenarla. Lo ideal es que sea de vidrio o de plástico rígido traslúcido. Algunas madres que se extraen mucha cantidad o que están haciendo su propio banco de leche con vistas a la vuelta al trabajo, se quejan de que los recipientes rígidos ocupan mucho espacio en el congelador. En el mercado se pueden encontrar también bolsas específicas para leche materna que ocupan menos espacio. Aunque son muy cómodas para utilizar con la leche en fresco, si se utilizan para congelar es recomendable colocarlas en un envase tipo tupper para evitar que se rocen con otros alimentos o con hielo en el congelador lo que podría hacer que se rompieran.

Los recipientes deben estar etiquetados con la fecha en que se extrajo la leche, ya que es importante cuidar los plazos de utilización.

La leche que se extrae se puede mantener a temperatura ambiente alrededor de 5 horas (entre 3 y 8 horas dependiendo de la temperatura de la habitación), pero si no se va a utilizar en ese tiempo es preferible meterla en la nevera.

Lo ideal es ofrecerle al niño la leche fresca. Si no se va a utilizar en los siguientes 2 o 3 días, se debe congelar y esto, es preferible hacerlo en las 24 horas siguientes a haberla extraído.

La leche extraída a lo largo de 24 horas se puede juntar para congelarla si se ha ido extrayendo en pequeñas cantidades. Pero para juntarla debe estar a la misma temperatura. Para ello, se debe meter la leche recién extraída en la nevera, en el fondo, en la parte más fría y con la temperatura más estable (que suele ser la parte más baja). Nunca se debe dejar en la puerta de la nevera. La leche que se extraiga en la siguiente toma se debe meter también en la nevera en otro recipiente y dejarla allí una hora como mínimo. A partir de ese momento ya se puede juntar la leche de las dos tomas.

En el frigorífico, a una temperatura de 4 ºC, se puede mantener la leche refrigerada entre 3 y 5 días. En leches con muy poca carga bacteriana en la extracción se ha visto que eran seguras hasta 8 días de refrigeración. Como no podemos saber qué carga bacteriana tiene cada leche extraída, como media recomendaremos hasta 5 días.

No se recomienda congelar grandes cantidades en el mismo recipiente ya que no se sabe cuánto va a tomar el bebé. En cada recipiente congelaremos entre 60 ml y 100 ml. Puede haber alguno con menos leche aún, de forma que, si se toma uno de 100 ml y quiere más, se pueda sacar otro más pequeño. Así minimizamos el riesgo de tener que tirar leche sobrante

La leche congelada por debajo de -18 ºC se ha visto segura hasta 6 meses tras la extracción. Si la congelación es en un arcón congelador donde se manipula con menos frecuencia, a -20 ºC, puede ser segura hasta los 12 meses.

En esta tabla tenemos un resumen de los tiempos válidos de conservación de la leche en las diferentes circunstancias.

 

 

Tabla 2. Tiempos y temperatura de conservación de la leche 

 

3. MANEJO DE LA LECHE HUMANA

Elegiremos para utilizar en primer lugar la leche fresca, en segundo lugar, la leche refrigerada y en tercer lugar la leche congelada y de ésta, comenzaremos utilizando la más antigua para evitar tener que tirarla si se pasa de la fecha válida de consumo.

Para descongelar la leche el manejo es similar al de otros alimentos congelados. Si se prevé cuándo se va a utilizar, se puede meter en el frigorífico y dejar descongelar lentamente. Pero si hay que utilizar la leche rápidamente, se puede descongelar en un “baño maría”. Aunque esa leche, si no se mete de inmediato en la nevera, se debe consumir en el momento. No se debe dejar a temperatura ambiente.

Por lo general, la leche descongelada puede mantenerse en el frigorífico durante las siguientes 24 horas. No se recomienda volver a congelarla en caso de no utilizarla en ese tiempo.

En ocasiones, al descongelar la leche se puede notar un olor o sabor rancio. Debemos explicar a las personas que van a manejar la leche que no es preocupante. Es un efecto de las lipasas (enzimas que degradan las grasas) presentes en la leche. Éstas han degradado las grasas descomponiéndolas y por eso se produce ese olor y sabor. La verdad es que los bebés no suelen mostrar ningún disgusto por que la leche sepa así. Aunque si el niño al que se le ofrece es más mayor puede que rechace la leche. Algunas mujeres pueden tener una actividad de la lipasa mayor que la de otras mujeres y su leche adquiere ese sabor rancio muy rápidamente después de extraerla y los bebés pueden rechazar el sabor. En esos casos, se ha visto que calentar la leche sin que llegue a hervir nada más extraerla y enfriarla rápidamente y congelarla a continuación, reduce la actividad de las lipasas disminuyendo el olor y el sabor desagradables de forma que los bebés ya no la rechazan.

La leche extraída se separa en 3 fases, quedando la grasa en la parte de arriba, así que antes de utilizarla se debe remover (no agitar) para homogeneizarla. Cuando se va a administrar al bebé no es necesario calentarla en exceso. De hecho, la mayoría de los niños la aceptan a temperatura ambiente sin problema. Así que se puede calentar en un “baño maría” sin ponerlo directamente en el fuego

En cuanto al uso del horno microondas para calentarla, no se recomienda por el riesgo de que el calentamiento no sea uniforme y se puedan producir quemaduras. Por ello, si se utiliza, se debe remover la leche para estar seguro de que se ha calentado de manera uniforme y dejarla reposar hasta que tenga la temperatura adecuada.

 

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