Como ya sabemos, la OMS recomienda lactancia materna exclusiva hasta los seis meses y complementaria hasta los dos años, pudiendo alargarse todo lo que la madre y el lactante deseen. La lactancia materna reduce la fertilidad, suprimiendo la ovulación, en un proceso hormonal complejo de la hipófisis, el hipotálamo, ovario y mama. Pero está infertilidad tiene fecha de caducidad, va a depender de la succión, mientras que él bebe está con lactancia exclusiva es muy difícil conseguir la fecundación, pero con la implementación de los alimentos y el espaciamiento de las tomas, la ovulación se inicia. Es por eso, que la madre pueda volver a quedarse embarazada mientras está lactando. En ciertas culturas ante un nuevo embarazo, realizan el destete del hermano mayor, por creencias ancestrales en las que piensan que el hermano mayor puede absorber el espíritu del neonato a través de la leche. Desgraciadamente en nuestro mundo occidental, también siguen existiendo creencias populares que aconsejan su cese, creyendo que se puede poner en peligro al feto sin que el embarazo sea de alto riesgo y sin evidencia científica. En cambio, en otras culturas entre un 5% y un 60% de mujeres se quedan embarazadas mientras aún están lactando y siguen haciéndolo durante el embarazo.
Existen pocos trabajos científicos que estudien estas dos variables, embarazo y lactancia, pero los que existen evidencian que no hay diferencias significativas en las tasas de aborto espontáneo, ni de partos prematuros, ni en los pesos de los neonatos, ni retraso en su crecimiento posterior. Existen prácticas, por estar documentadas, que nos dicen que la estimulación del pezón (succión) provoca pequeñas contracciones por la liberación de oxitocina para la eyección de la leche, pero no existen pruebas de que esta oxitocina liberada durante el amamantamiento pueda inducir un parto prematuro o un aborto espontaneo, esto se debe a que el pico de oxitocina no alcanza el nivel necesario para estimular los receptores uterinos. Además, dichos receptores son muy inestables hasta el final del embarazo. Y la duración de la oxitocina en sangre tras la succión es muy breve. Las contracciones son indoloras e ineficaces, no son más intensas que las que tiene con las relaciones sexuales y estas no están contraindicadas a no ser que exista riego de amenaza de aborto o parto prematuro. La mitad de las mujeres que han entrado en estudios, reconocían tener contracciones mientras amamantaban, pero estas cedían al dejar de mamar. Gestantes con embarazos en vías de prolongación han intentado inducir sus partos de manera natural, aumentando el número de tomas de su hijo lactante para aumentar su producción de oxitocina, con el objetivo de iniciar el parto y no lo han conseguido. Son contracciones poco productivas a nivel uterino.
En cuanto a las necesidades nutricionales de la madre durante el embarazo se ven incrementadas, presentando un desafío nutricional, necesitan un aporte extra en minerales como el yodo, vitaminas, y sobre todo ácido fólico 0.4 mg/día desde el mes antes de la gestación hasta la semana 12, en embarazos de riesgo la dosis será de 4 mg/día, el objetivo es cerrar el tubo neural. Existen estudios que aconsejan tomarlo durante toda la gestación por el efecto protector para el labio leporino y cardiopatías genéticas. A pesar de estar embarazada y lactando, la necesidad energética de la mujer no es mayor de la necesaria en un embarazo sin lactancia. Lo único que se ha evidenciado con diversos estudios es que dichas mujeres tienen un menor aumento de peso y una pequeña disminución de los niveles de hemoglobina. Pero si la gestante toma el aporte dietético extra recomendado, la lactancia se considera compatible con el embarazo y no aporta mayores riesgos en el desarrollo fetal ni en la salud de la madre. Tampoco existe ninguna evidencia de que exista una repercusión sobre el contenido óseo ni un aumento de la osteoporosis
La lactancia materna se ha utilizado durante siglos para espaciar los embarazos, de hecho, cumpliendo una serie de requisitos se puede utilizar como método anticonceptivo natural y temporal, es el denominado Método Mela que consiste en lactancia materna exclusiva, con tomas que no superan las 4 horas durante el día y las 5 o 6 horas durante la noche, será necesario que él bebe sea menor de los 6 meses y que la madre se encuentre en amenorrea, si se cumplen todos estos requisitos tendrá una cobertura anticonceptiva hasta los 6 meses del 98 y hasta los 12 meses del 70% si sigue en amenorrea. Sí no se cumplen estos requisitos no se puede considerar un método anticonceptivo.
Los motivos por los que las madres deciden seguir amamantando en el embarazo son múltiples, pero principalmente es por respetar al hijo lactante, por vivir una nueva experiencia y por ayudar a potenciar el vínculo entre hermanos. No es fácil tomar esta decisión, no todas las madres se quieren informar sobre este tema, según un estudio del 2016, el perfil de la mujer es, pareja estable, media de edad 35 años, nivel de estudios alto, apoyada por grupos de lactancia y bien formada.
Uno de los primeros signos que identifican las mujeres cuando se quedan embarazadas es el aumento de sensibilidad en los pechos, por los cambios hormonales. Muchas madres no toleran ese exceso de sensibilidad y la succión del pezón, haciendo que la hora de la toma se convierte en un momento incomodo y desagradable, pudiendo llegar hasta la agitación por amamantamiento. Este consiste en un rechazo inconsciente e irracional por parte de la madre para poder lactar. Se trata de un impulso incontrolable, son sensaciones muy desagradables, la madre necesita dejar de dar de amamantar inmediatamente, sintiéndose culpable por ello. Necesitan sentirse comprendidas, no enjuiciadas y sobre todo que entiendan que es algo ajeno a su voluntad. En ocasiones con el tiempo desaparece y otras es necesario que dejen de lactar, destetando.
La leche a lo largo del embarazo se verá modificada por la actuación de las hormonas. Cambiará su sabor volviéndose más salada según avance la gestación. En un embarazo sin lactancia la formación del calostro se inicia a partir de la semana 16, en la denominada lactogénesis I, su composición será la misma hasta después del parto con la expulsión de la placenta y el paso a la lactogénesis II o formación de la leche de transición. En una gestación con lactancia, la leche madura se mantiene hasta el final del embarazo. El 83% de las madres sintieron una disminución de la producción entre la semana 12 y la 16 siendo acusado por el niño. En este periodo el 50% de los niños se destetan voluntariamente por la disminución en la producción de leche debido a la interacción de las hormonas del embarazo con la lactancia. Entre la semana 20-24, la leche cambia de sabor y esto hace que algunos niños rechacen el pecho. Del 100% de niños estudiados, el 62% se desteto durante el embarazo y el 38% mantuvo lactancia en tándem. El equipo de investigación del departamento de nutrición de la Universidad Complutense de Madrid, realizó un estudio sobre la composición del calostro de la madre lactante y la no lactante en la semana 35 y a las 48 horas posparto, no encontrando diferencias significativas entre ambas, determinando que las concentraciones de diversos parámetros, inmunológicos, bioquímicos, inmunoglobulinas IgA e IgG totales, lactosa, proteínas, grasas y vitamina B12 son iguales, es decir tienen el mismo valor nutricional. Sabemos que hasta la semana 35 la leche es madura y en la 38 ya es calostro, lo constatan las madres porque veían un cambio en la composición de las heces de sus hijos pasando de nuevo a ser blandas y amarillas, como las de los neonatos. Este cambio macroscópico de las heces no repercutía en la nutrición del bebe lactante. Pero no sabemos exactamente en qué momento la leche se convierte en calostro. Este tema requiere un estudio con mayor precisión, pudiendo realizarse un trabajo de investigación muy interesante
Lejos de ser un perjuicio para el recién nacido, el que la madre haya mantenido la lactancia durante todo el embarazo y pase a una lactancia en tándem, ha demostrado que estos fetos cuando nacen tienen una menor pérdida de peso los primeros días de vida, con una recuperación de su peso al nacer mucho más rápida, en comparación con su hermano mayor, no evidenciándose diferencias significativas entre la mujer no lactante y la lactante en el peso de sus hijos. La media del peso del primer hijo está en 3350 gramos y la del segundo en un embarazo con lactancia, en 3500 gramos, manteniendo la estadística de tener más peso que el hermano mayor de una gestación sin lactancia. El aumento rápido de peso se debe a que la lactancia ya está instaurada y él bebe tiene toda la leche que necesita, saliendo en grandes cantidades, con rapidez y fácilmente gracias al mantenimiento de esta por parte de su hermano mayor.
Mención especial se necesita hacer sobre la actitud de nuestros profesionales en este tema, afortunadamente todo cambia y hemos pasado del 70% en 1999 que rechazaba la lactancia en el embarazo a un 55% en 2006, no hay más trabajos publicados sobre este tema hoy en día, pero todo nos hace pensar que gracias a la formación y concienciación de este equipo (ginecólogos, matronas, pediatras y enfermeras pediátricas) esos porcentajes de rechazo deben de ser más bajos. Pero a pesar de ello, las madres siguen sintiéndose presionadas muchas veces por sus médicos, matronas y enfermeras para destetar. Es necesario como agentes de salud apoyar a estas madres y divulgar lo beneficiosa que es incluso embarazada.
Toda madre que decida realizar este amamantamiento necesita todo el apoyo de su entorno (familia, amigos, profesionales, compañeros de trabajo…), se merece todo el respeto de nuestra sociedad.
En cuanto a las molestias ocasionadas por la lactancia en cada trimestre debemos saber a modo de resumen que:
En el primer trimestre aparecerán las molestias ya mencionadas en los pezones con aumento de la sensibilidad, aumento del tamaño de la mama por el efecto de las hormonas, progesterona y estrógenos. Muchas madres necesitaran destetar.
Segundo: disminución de la producción, por los cambios en el embarazo, se readapta para el nuevo nacimiento, este descenso hace que muchos bebes no se sientan cómodos con esa baja producción. Es necesario valorar la edad del niño, lo normal es que sean niños mayores de 6 meses, por lo que se recomienda introducir alimentación complementaria y si es necesario por la escasa producción en ese momento, artificial o de banco de leche generado antes.
Tercer: La composición de la leche se modifica y empieza a producir calostro, los niños lo notan rápido por el cambio de sabor, ligeramente más salado. El efecto laxante del calostro es algo transitorio y sin importancia. El niño no tiene ningún problema gastrointestinal. Cuando él bebe nace empieza una nueva etapa, la lactancia en tándem.
Todo lo anteriormente es considerando un embarazo de bajo riesgo, existen situaciones en las que por indicación médica será necesario realizar el destete, estas son: embarazos múltiples o de alto riesgo, contracciones mantenidas después de la toma, hemorragias vaginales, amenaza de aborto o parto prematuro, incompetencia cervical.
Para el niño mayor, mantener la lactancia materna es muy positivo a nivel emocional, con la llegada del hermano, los niños sufren y tienen cambios de conducta, algunos de ellos incluso hacen retrasos y el mantener el vínculo con la madre fomenta su autoestima y la aceptación del hermano recién nacido.
En el manual “Lactancia Materna: Guía para profesionales” de la Asociación Española de Pediatría, recoge que una gestación normal, no obliga al destete.
No hay evidencia científica que amamantar durante el parto aumente las posibilidades de sufrir un aborto o parto prematuro, es cierto que la lactancia produce la liberación de oxitocina, pero esta necesita de una gran cantidad de receptores. Existen estudios científicos que demuestran que a las 32 semanas de gestación la concentración de receptores para la oxitocina en el útero es 100 veces mayor que la encontrada en la no gestante, en el momento del parto aumenta hasta 300 veces. La capacidad de respuesta miometrial empieza a las 20 semanas, aumentado uniformemente hasta la 30, acelerando desde la 30 hasta el final de la gestación. Por lo tanto, la cantidad de receptores durante gran parte de la gestación es mínima.
1. CONCLUSIÓN
La lactancia materna, no afecta negativamente en el desarrollo fetal, no aumenta el riesgo de aborto o parto prematuro, no perjudica la salud del niño amamantado y tampoco perjudica la salud de la madre.
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