Todos los elementos de la acción sanitaria están vinculados con algún riesgo para el paciente. Los profesionales y los gestores sanitarios deben hacer una adecuada gestión de los riesgos.
La gestión de riesgos en los servicios sanitarios, se entiende como el conjunto de actividades destinadas a identificar, evaluar y reducir o eliminar el riesgo de que se produzca un EA, que afecte a Personas, Instalaciones, Recursos económicos y al Prestigio y renombre de la institución y sus profesionales.
La gestión del riesgo asistencial combina tres tipos de riesgos interdependientes:
- El riesgo del propio paciente.
- El riesgo relacionado con las decisiones sanitarias sobre las estrategias preventivas, diagnósticas y terapéuticas.
- El riesgo ocasionado por los cuidados recibidos.
1. El RIESGO Y EL CICLO DE LA GESTIÓN DEL RIESGO:
El ciclo de la gestión del riesgo está formado por 6 fases:
- Análisis de situación y contexto.
- Identificación de riesgos.
- Análisis y evaluación de los riesgos.
- Planificación de respuestas.
- Despliegue de la gestión de riesgos.
- Implementación y seguimiento.
2. NIVELES DE PREVENCIÓN DE LOS EFECTOS ADVERSOS RELACIONADOS CON LA ASISTENCIA SANITARIA
Dentro de la gestión de riesgos, juega un papel muy importante la prevención de los mismos. El concepto de prevención comprende todas aquellas actividades cuyo fin es tanto reducir la probabilidad de enfermedad, como interrumpir o disminuir su progresión. La prevención de los EAs tiene una triple finalidad:
- Disminuir el riesgo de que aparezcan.
- Abordarlos precozmente para disminuir su evolución.
- Y Mitigar las consecuencias y evitar su reaparición, reduciendo su impacto.
Para prevenir los principales EAs podemos utilizar estrategias de prevención primaria, secundaria, terciaria e incluso cuaternaria.
3. INDICADORES DE SEGURIDAD DEL PACIENTE
Para poder valorar con que frecuencia se producen determinados EAs, así como hacer un seguimiento de su evolución, se utilizan los indicadores.
Los indicadores son datos, preferentemente cuantitativos, que proporcionan información sobre la estructura, el funcionamiento y los resultados de los servicios sanitarios, con el fin de facilitar la toma de decisiones en la gestión de los mismos. La elección de indicadores a monitorizar dependerá, obviamente, de la disponibilidad de datos fiables y del servicio o unidad a vigilar.
Existen varias iniciativas encaminadas a seleccionar un conjunto de indicadores de la seguridad del paciente, destacando las realizadas por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y por la Agency for Health Care Research and Quality de los EEUU (AHRQ).