INTRODUCCIÓN


La enfermería como disciplina se ha desarrollado a través de los siglos desde una etapa no profesional de cuidados innatos dentro de la familia; a una disciplina con pleno desarrollo científico y técnico que ofrece los mejores cuidados basados en pruebas científicas.

Esta evolución no habría sido posible sin un corpus de conocimiento propio y la generación de modelos y teorías del cuidado que sirvan de marco conceptual y sustenten y justifiquen el qué y el cómo de nuestra profesión.

Tan importante es ofrecer los mejores resultados en salud a nuestros usuarios ofreciéndoles el mejor cuidado posible, sino que también es igual de importante generar resultados científicos que identifiquen avances en los cuidados a las respuestas humanas del proceso de salud-enfermedad o justifiquen la importancia del cuidado, entre otros.

Gracias a tener un marco conceptual propio que defina la disciplina enfermera, hemos podido desarrollarnos en todos los campos: asistencial, docencia, investigación y gestión; rompiendo techos de cristal y evidenciando la relevancia de las enfermeras en la atención a la ciudadanía.

En el siglo XXI, con una pandemia de patología crónica y con debates abiertos sobre los cuidados domiciliarios, la hospitalización domiciliaria, los hospitales de cuidados intermedios vs los hospitales de agudos… las enfermeras tenemos que liderar estos retos en salud, que son retos sobre el cuidado, teniendo muy claro quiénes somos, de dónde venimos y hacia dónde vamos con un marco conceptual claro y definido.