2.1 ORÍGENES Y DEFINICIONES
El diagnóstico de enfermería constituye la segunda fase del actual proceso enfermero, donde la enfermera, una vez recopilada la información en la fase de valoración, analiza los datos para emitir juicios clínicos concretos sobre los problemas reales o potenciales de salud de la persona sobre los que es capaz de influir a través de sus intervenciones mediante el plan de cuidados establecido al efecto.
Para poder realizar un análisis crítico y razonado de los datos, la enfermera realiza un proceso lógico de tratamiento de la información denominado razonamiento diagnóstico, y posteriormente, debe emitir un juicio clínico concreto del problema o situación sobre la que va a actuar, a través de un diagnóstico de enfermería.
Este juicio clínico debe formularse teniendo en cuenta las características del diagnóstico de enfermería para que pueda ser considerado como tal, y seguir la estructura diseñada para su formulación.
Un diagnóstico enfermero encierra un juicio clínico derivado de los resultados de una valoración exhaustiva, basado en la comprensión de conceptos cruciales dentro de la disciplina enfermera. Estos conceptos abracan conocimientos teóricos y prácritos y reflejan patrones identificables (Herdman, 2024).
2.1.1 Evolución histórica de los Diagnósticos de Enfermería
- VERA FRY (1953) introdujo el término diagnóstico de enfermería para describir una de las fases necesarias en el desarrollo del plan de cuidados.
- Posteriormente, su aparición en las referencias bibliográficas fue muy escasa durante más de 20 años, apareciendo sólo referencias esporádicas en la literatura científica.
- National Group for the Classification of Nursing Diagnosis (1973) se reunió por primera
- Cuando por primera vez es reconocido el Proceso de Atención de Enfermería como tal con Hall (1955), Jhonson (1959), Orlando (1961) y Wiedenbach (1963), se consideraba un proceso de tres etapas (valoración, planeación y ejecución).
- Yura y Walsh (1967), establecieron el proceso con cuatro etapas (valoración, planificación, realización y evaluación)
- Pero no es hasta 1975 con Bloch (1974), Roy (1975), Aspinall (1976) y otros autores, cuando se establece el actual proceso con cinco etapas, incluyendo en ese momento al diagnóstico como parte del PAE.
2.1.2 Definiciones de Diagnósticos de Enfermería
Las principales definiciones que se han realizado para enmarcar este concepto del diagnóstico de enfermería son las siguientes:
- DE son los problemas de salud, reales o potenciales, que las enfermeras, en virtud de su educación y experiencia, están capacitadas, autorizadas y legalmente responsabilizadas a tratar (Moritz, 1976).
- “DE son los problemas de salud reales o potenciales que las enfermeras, en virtud de su educación y experiencia, están capacitadas y autorizadas para tratar” (Gordon, 1982).
- “El DE es un problema de salud real o potencial (de un individuo, familia o grupo), que las enfermeras pueden tratar de forma legal o independiente, iniciando las actividades de enfermería necesarias para prevenirlo, resolverlo o reducirlo” (Alfaro, 1986).
- “DE es una declaración que describe una respuesta humana (estado de salud real o potencialmente alterado), de un individuo/grupo a los procesos vitales, que la enfermera puede legalmente identificar y prescribir las actividades para mantener el estado de salud o reducir, eliminar o prevenir las alteraciones” (Carpenito, 1995).
- “El diagnóstico enfermero proporciona la base para la selección de intervenciones, para el logro de objetivos para los que la enfermera es responsable”. (N.A.N.D.A, North American Nurses Diagnosis, 1999).
El diagnóstico enfermero pretende conseguir un funcionamiento independiente y autónomo de la persona, favoreciendo su toma de responsabilidad en la realización de todos sus cuidados, potenciando, mejorando y restableciendo sus capacidades de autocuidado, a diferencia del diagnóstico médico donde la persona tiene un papel más pasivo y dependiente en el desarrollo de su proceso.
2.2 CARACTERÍSTICAS DE LOS DIAGNÓSTICOS DE ENFERMERÍA
Los diagnósticos de enfermería disponen de dos características o principios fundamentales que los definen y que deben estar presentes en todos ellos para que puedan ser considerados como tal:
- Abordan y se centran en situaciones y problemas derivados de las respuestas humanas. Un mismo proceso o situación vital puede provocar la presencia de reacciones distintas en diferentes personas, así como una evolución distinta en cada persona, por lo que requiere una actuación individualizada centrada en la persona, pudiendo variar la evolución del diagnóstico en función de las respuestas humanas que van apareciendo.
No abordan los procesos vitales, sino la respuesta y adaptación de la persona a los mismos (respuestas humanas).
- Definen situaciones y problemas de salud que son susceptibles de ser tratados por la enfermera de manera independiente a través de sus intervenciones: la enfermera es el agente principal y sus intervenciones deben estar adaptadas a los recursos del individuo, familia y/o comunidad, como de sus habilidades, conocimientos y experiencia clínica.
La presencia de estas dos características es imprescindible en todo DE ya que evitan la aparición de problemas y errores en la formulación de diagnósticos enfermeros y permiten dar contestación a la cuestión planteada sobre qué pueden diagnosticar las enfermeras.
2.3 TIPOS DE DIAGNÓSTICOS ENFERMEROS
Un diagnóstico enfermero representa la culminación del razonamiento diagnóstico (Gordon, 1994). Las enfermeras valoran diversas respuestas que muestran las personas, familias y las comunidades en relación con las condiciones de salud y los procesos vitales que son fundamentales en el ámbito de los cuidados enfermeros. (Herdman et al., 2024)
Los Diagnósticos enfermeros, según NANDA 2024-2026 abarcan:
- Diagnóstico enfermero focalizado en el problema: juicio clínico en relación con una respuesta humana no deseada de una persona, familia, grupo o comunidad, a una afección de salud/proceso vital que existe en la actualidad.
- Diagnóstico potencial: NANDA-I emplea los términos del sistema multiaxial, el eje potencial de mejora para representar los diagnósticos de promoción de la salud, y potencial de deterioro para representar los diagnósticos de riesgo. Estas dos formas potenciales de declaraciones diagnósticas dentro de NANDA-I se denominan:
- Diagnóstico de riesgo: juicio clínico en relación con la susceptibilidad de una persona, familia, grupo o comunidad de desarrollar una respuesta humana no deseada a una afección de salud/proceso vital (que representa un potencial deterioro).
- Diagnóstico de promoción de la salud: juicio clónico en relación con la motivación y el deseo de aumentar el bienestar y actualizar el potencial de salud, que representan una potencial mejora. Estas respuestas se expresan con una disposición para mejorar las conductas específicas de salud.
- Diagnóstico de síndrome: juicio clínico que engloba un grupo específico de diagnósticos enfermeros centrados en problemas que coexisten y requieren intervenciones similares.
2.4 FORMULACIÓN DE DEL DE
2.4.1 Formato PES
El DE es la base sobre la que se sustentan los resultados y las intervenciones de las enfermeras. La importancia de esta fase para la resolución del problema de salud es reflejada en la formulación del diagnóstico, el cual incluirá las causas que lo provocan y su sintomatología.
Un DE abarca más que una simple etiqueta diagnóstica ya que constituye una declaración normalizada, estandarizada, bien definida y refleja un juicio clínico de la enfermera, derivado de una valoración exhaustiva, de unos conocimientos enfermeros y de sus destrezas en la práctica.
Toda esta información se estructura en el formato PES (Problema-Etiología-Sintomatología) de diagnósticos enfermeros desarrollada por Marjory Gordon en 1982; una estructura aceptada internacionalmente para la formulación de un diagnóstico enfermero, donde la información se agrupa en tres apartados:
- Problema (P): es la parte central del enunciado diagnóstico donde se realiza una descripción clara y concreta del problema o situación de riesgo. Este apartado se denomina etiqueta diagnóstica, indica la manera de respuesta integral de la persona o familia ante un cambio en el estado/situación de salud.
- Etiología (E): son los agentes o factores causales del problema o situación de riesgo de la persona. Este apartado se denomina factores relacionados, factores etiológicos o factores de riesgo, dependiendo del tipo de diagnóstico, e indica la causa o raíz del problema. Es el elemento fundamental para la planificación de los cuidados. La actuación de la enfermera debe ir encaminada a eliminar los agentes que motivan el problema; cuanta mayor especificidad podamos conseguir, más acertada va a ser la planificación de los cuidados.
- Signos y síntomas (S): describe las manifestaciones que se han identificado en la fase de valoración en la persona como consecuencia del problema. Constituye un elemento fundamental para determinar la intensidad del problema.
Un ejemplo de la correcta formulación de un DE NANDA-I empleando el formato PES, sería:
- 00011 estreñimiento (problema)
- Relacionado con (r/c) ingesta insuficiente de fibra, ingesta insuficiente de líquidos y deterioro de la movilidad física (etiología)
- Manifestado por (m/p) heces duras y sensación de obstrucción anorrectal (sintomatología)
00011 estreñimiento r/c ingesta insuficiente de fibra, ingesta insuficiente de líquidos y deterioro de la movilidad física m/p heces duras y sensación de obstrucción anorrectal.
2.4.2 Cómo redactar un DE según el formato PES
- Unir la primera parte (P) del diagnóstico con la segunda (E) utilizando la fórmula “relacionado con”
- La primera parte del diagnóstico identifica las respuestas de la persona, y no una actividad de enfermería.
- Redactar en términos convenientes y aconsejables desde el punto de vista legal.
- Escribir el diagnóstico sin emitir juicios de valor, sino basarse en datos objetivos y subjetivos que se hayan recogido y validado con el usuario.
- Evitar invertir el orden de las partes del diagnóstico
- No mencionar signos y síntomas en la primera parte del diagnóstico.
- No indicar el diagnóstico de enfermería como si fuera un diagnóstico médico.
- No escribir un diagnóstico de enfermería que repita una orden médica.
- No rebautizar un problema médico para convertirlo en un diagnóstico de enfermería.
- No indicar dos problemas al mismo tiempo; dificulta la formulación de los objetivos.
2.4.3 Novedades NANDA-I 2024-2026 en documentación de los DE:
Una de los posicionamientos de NANDA-I 2024-2026 respecto a la formulación diagnóstica y su registro en la historia clínica electrónica (HCE), es que la etiqueta diagnóstica por sí sola es suficiente como información esencial para la documentación del paciente; siempre que los indicadores diagnósticos (factores de relacionados/riesgo y características definitorias) estén debidamente y exhaustivamente valorados y registrados en otra parte de la documentación del paciente (se entiende que en la valoración).
NANDA-I sigue recomendado el uso de formato PES en la formación de nuevas enfermeras en la universidad, como método eficaz para fomentar las habilidades de pensamiento crítico entre los estudiantes; pero hay otros docentes que abogan por continuar el uso del sistema de tres partes o formato PES en todo momento, también en la HCE.
Pero para esta edición NANDA-I, se considera apropiado el uso solo de la etiqueta diagnóstico en la asistencia sanitaria, siempre que los que los indicadores diagnósticos estén debidamente registrados. Además, refieren que la mayoría de las HCE a nivel internacional incluyen las etiquetas diagnósticas, pero no los componentes “relacionado con” y “manifestado por”. La ausencia de esto no merma la exactitud del diagnóstico ni la calidad de los cuidados derivados de las intervenciones elegidas.
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