La Enfermería ha consolidado su estatus como profesión reconocida formalmente en España a través de normativas como la Ley 44/2003 de Ordenación de las Profesiones Sanitarias, que establece a la enfermera como un profesional autónomo y responsable de la planificación, ejecución y evaluación de los cuidados dirigidos a la promoción, mantenimiento y recuperación de la salud. Esta evolución ha implicado el reconocimiento de funciones específicas en ámbitos asistencial, investigador, docente, de gestión y prevención, destacando la necesidad de competencias compartidas y de estructuras organizativas más lineales en un contexto sanitario multidisciplinario.
En el ámbito disciplinar, la Enfermería ha desarrollado un cuerpo de conocimiento propio mediante la investigación, sustentado en teorías y modelos conceptuales que estructuran el cuidado a través del Proceso Enfermero (PE). Este método sistemático y estructurado incluye etapas que van desde la valoración inicial hasta la evaluación final, empleando un lenguaje estandarizado (NANDA-NOC-NIC) que garantiza la coherencia en los cuidados y facilita la continuidad asistencial, consolidando a la Enfermería como una disciplina científica en constante evolución.