TEMA 4. ROLES QUIRÚRGICOS DE LA ENFERMERÍA: LA ENFERMERA DE ANESTESIA


Como en cualquier ámbito en el que desarrollemos nuestra profesión, las funciones de la enfermera de anestesia deberían incluir las asistenciales propias de cuidado del enfermo, las compartidas con el anestesista, administrativas, como la cumplimentación de la hoja de anestesia, los controles de uso de determinados fármacos, etc... Docentes, con las alumnas de enfermería o de postgrado y máster, o con nuestras propias compañeras. Y, por último, de investigación, es necesario recalcar la necesidad de colaborar, como profesión científica que somos, en proyectos de investigación que sustenten nuestras prácticas clínicas.

Como vimos en los temas 4 y 5, el conocimiento y manejo de la aparatología y medicación anestésica es imprescindible para desarrollar nuestro trabajo en el área quirúrgica. Con los conocimientos adquiridos en sendos temas, desarrollaremos ahora el rol de la enfermera de anestesia en el grupo. Como hemos mencionado, no existe la especialidad de enfermería quirúrgica, por lo que las funciones, competencias y su definición depende mucho de cada centro, de cada unidad, e incluso de cada equipo de anestesia en particular. Esto genera que seamos nosotras, las enfermeras, las que tengamos que desarrollar protocolos de trabajo para adaptarnos a cada situación para conocer nuestras funciones y los límites de actuación. Podríamos decir, que, con todas las variaciones inherentes a la falta de especialidad, la enfermera de anestesia es la profesional que asiste y colabora con el anestesista en sus funciones, por lo que debe conocer:

  • Cirugías: bajo que anestesia se realizan, monitorización específica, posibles situaciones críticas y variables a contemplar.
  • Farmacocinética y farmacodinámica de las drogas anestésicas y fármacos más habituales peri-operatorios.
  • Detección de complicaciones más habituales en la intubación-extubación y las medidas necesarias para corregirlas.

En muchos centros hospitalarios, la enfermera de anestesia quirúrgica forma parte del equipo de la consulta de pre-anestesia, su trabajo es rotatorio entre la consulta de pre-anestesia y el quirófano. Esta situación permite el conocimiento de toda la información del paciente relevante para la cirugía con antelación. La implicación de la enfermería en el proceso quirúrgico es mayor, y se observa un descenso en los errores relacionados con la falta de pruebas previas (radiografía de tórax, EKG, etc.) y la suspensión de medicamentos, entre otros.  

Esto no sucede en la mayoría de los hospitales, y la enfermera de anestesia desarrolla su labor asistencial exclusivamente en el quirófano, de hecho, en muchos de ellos, el ratio de enfermería por quirófano, ni tan siquiera es de tres, si no de dos y media, por lo que la enfermera de anestesia in situ en el quirófano desde la entrada hasta la salida del paciente del quirófano desaparece. Obviando las diferencias institucionales, las funciones de la enfermera de anestesia como norma general son:

Funciones durante la PRE-ANESTESIA:

  • Identificación del paciente. Comprobar nombre, dos apellidos, y que figura en la programación del día.
  • Verificar la identificación del paciente con el sistema del centro, códigos de barras, códigos QR, pulseras identificativas con nº de Hª, etc.
  • Desvestir (si ha pasado por URP, retirar camisón de la institución), comprobar la preparación del campo quirúrgico, tumbar en el camao camilla de traslado al quirófano. Colocar gorro de quirófano (salvo si neurocirugía).
  • Preparación y revisión del material básico para intubación: aunque la cirugía programada no precise de intubación orotraqueal, es necesario tener siempre preparado todo el material para una INTUBACION DE EMERGENCIA:
    o   Mascarillas de oxigenación de varios números.
    o   Cánulas de Guedel® de tres calibres.
    o   Laringoscopio y dos palas, corta y larga.
    o   Fiadores flexibles tipo Eschmann.
    o   Tubos de intubación de los calibres más empleados ( 6,5, 7, 7,5 y 8) normales y anillados. Si la cirugía es torácica, tubos de intubación selectiva.
    o   Lubricante hidrosoluble o en spray
    o   Jeringa para inflar el globo
    o   Esparadrapos y/o vendas de fijación.
    o   Equipo de aspiración con varias cánulas, y comprobar que FUNCIONA. La aspiración de sangre o secreciones es vital para la visión durante la intubación, y más aún si es de urgencia.
    o   Conocer la ubicación del fibroscopio, el carro de intubación difícil y todos los aparatajes de ayuda en la intubación.
  • Revisión de dispositivos para asegurar la vía aérea.
    o   La intubación puede ser orotraqueal, a través de la boca, nasotraqueal, a través de uno de los orificios nasales, por traqueostomía pre-existente o mediante abertura quirúrgica de una vía aérea artificial (temas 4 y 5). La en enfermera de anestesia debe comprobar que se encuentran dentro del quirófano, o en su defecto en el área, y en perfecto estado de funcionamiento:
    o   Laringoscopio: con dos mangos, corto y largo, y tres tamaños de pala.
    o   Airtraq de varios tamaños. Cada color del Airtraq permite la ubicación de un determinado calibre de tubo endotraqueal.
    o   Guías o fiadores flexibles:  Frova, Eschmann, guías flexometálicas, etc.
    o   Tubo de Guedel: de diversos tamaños, generalmente rojo, naranja, verde y amarillo.
    o   Fibroscopio. Presente en el área y en un lugar accesible para emplearlo si la intubación es complicada.
                   -     Dispositivos supraglóticos: mascarillas laríngeas básicas, combitube, tipo proseal, supreme,                               ambú y Fastrach.

 

Imagen 54. Combitube

 

  

 Imagen 55. ML Ambu®  

                          

Imagen 56. ML

 

Imagen 57. ML Fastrach 

 

  • Revisión de la HªCª:

    o   Pruebas preoperatorias presentes en función del riesgo ASA, (EKG, analítica con E. de coagulación, radiografía de tórax, etc). Alergias consultadas y reflejadas.
    o   Comprobar que la orden referente a la medicación que debía ser suspendida y la que debía tomarse se ha cumplido.
    o   Verificar la existencia del Consentimiento Informado para la técnica anestésica elegida, y el asociado a la técnica quirúrgica planteada, se encuentran firmados por el paciente, representante, o tutores legales y los cirujanos y anestesistas. Conocer los protocolos de actuación del centro y la legislación vigente, ante la negativa a someterse a la cirugía o revocación del consentimiento informado por parte del paciente o su representante legal y/o tutor.
  • Hemoderivados. Si precisa, verificar que el Banco de Sangre del centro tiene la petición de reserva de sangre para la cirugía. Si no lo es, sacar analítica y enviar volante de petición: cruzar y reservar para transfusión las unidades pertinentes. Si en el centro se realiza, muchos pacientes donan y reservan su propia sangre previo a la cirugía. Si es así hay que avisar al Banco y comprobar que está descongelada. Si existe sistema de trazabilidad mediante códigos de barras para control transfusional de hemo-derivados, comprobar la asociación del código de paciente y el código de las peticiones.
  • Ayunas. Verificar ayunas correctas y preparaciones pre-quirúrgicas, si las hubiera, realizadas, por ejemplo, enemas, papillas de Bario, Heparina subcutánea, etc. Asi como que la retirada de joyas, prótesis, piercings, etc. en la URP se ha realizado. Si faltase algún objeto, por ejemplo, las gafas que suelen dejarse hasta la entrada a quirófano, identificarlo con pegatina identificadora del paciente y entregar a la familia lo antes posible.
  • Laparoscopia. La cirugía laparoscópica la veremos en profundidad en los siguientes temas, pero desde el punto de vista de la enfermería de anestesia, ésta debe recordar comprobar que el paciente porta las medias de compresión. Es una medida estandarizada en la mayoría de los centros hospitalarios y recomendada por las GBPC para la prevención de eventos trombótico
  • Vías periféricas. Se canaliza vía periférica en E.S. y se iniciará profilaxis antibiótica, si se contempla en el protocolo (30 min antes de la incisión). Se conecta a la vía periférica suero salino al 0,9% de 500ml, y varias llaves de tres vías para facilitar la administración de las drogas anestésicas. Se procura la canalización de la vena cefálica cerca de la cabeza del radio, para dejar la flexura libre a la canalización de vías centrales de acceso periférico como la antecubital. En ocasiones, si no se dispone de una sala pre-quirúrgica, la vía se canaliza directamente en el quirófano.
  • SEGURIDAD. La preanestesia es el momento de verificar datos que generen errores de identificación del paciente, alergias, lateralidad, ayunas, antibioterapia, etc. La OMS recomienda que todas las actividades de la pre-anestesia se reflejen en una hoja de check list.

Funciones durante la ANESTESIA:

  • Asegurar la posición correcta del paciente.

(Explicadas detalladamente en el Tema 8). Que sea la adecuada para la técnica anestésica elegida, en primer lugar, y tras ella, la colocación necesaria para la cirugía programada, por ejemplo, decúbito prono o semi-Kraske para artrodesis de hernia lumbar.

  • Revisar medicación.

Comprobar la presencia en el quirófano de la medicación más empleada en la cirugía (ver temas 4 y 5), colaborar con el anestesista en la preparación y correcta rotulación y etiquetado de todas las bombas de infusión y jeringas de medicación.

  • Monitorización.

La monitorización permite al anestesista vigilar y controlar las funciones vitales y los órganos del paciente durante la anestesia de cualquier acto quirúrgico. Los dispositivos de monitorización perioperatoria han proliferado en los últimos años, y cada día son más precisos, posibilitando el incremento del nivel de seguridad del paciente.

Existen unos ESTÁNDARES DE MONITORIZACIÓN, que se aplican a todos los cuidados de anestesia y pueden modificarse si el anestesiólogo asi lo elige. Están sujetos a revisión constante dada la velocidad en los avances tecnológicos y la práctica clínica. Fueron aprobados por la ASA (Asociación Americana de Anestesiología) en 1986 y su última revisión se hizo en 2005:

o   Estándar I: en el quirófano debe estar presente personal de anestesia cualificado durante todo el proceso de las intervenciones bajo anestesia general, regional o cuidados que precisen monitorización.  La justificación radica en que, los cambios de aparición brusca, en el estado del paciente durante la anestesia, requieren de personal cualificado para proporcionar los cuidados necesarios.

o   Estándar II: durante todos los tipos de anestesia (salvo la local), se debe valorar de forma CONTINUADA, la oxigenación, ventilación, circulación y temperatura del paciente.

OXIGENACIÓN

Mediante la medición de fracción inspirada y espirada de oxígeno (anestesia general) y mediante pulsioximetría: medición cuantitativa de la oximetría de pulso.

 

Imagen 59. Sensor de oximetría de pulso

 

VENTILACIÓN

Con el objetivo de asegurar la ventilación pulmonar adecuada del paciente en todo momento. El sistema debe disponer de dispositivo de detección de desconexión de cualquiera de los componentes del sistema respiratorio mediante alarma acústica.

En cualquier paciente que reciba anestesia general debe valorarse de forma continua:

o   Verificación de la correcta colocación del tubo endotraqueal.

o   Los signos de excursión torácica y auscultación de los ruidos respiratorios.

o   Niveles de CO2 en el gas espirado mediante su monitorización con capnografía.

CIRCULACIÓN

Mediante electrocardiografía continua y la presión arterial no invasiva, al menos cada 5 minutos.

Medición de temperatura central con sonda introducida en boca/recto durante toda la cirugía, sobre todo en aquellas en las que se prevean cambios bruscos en la temperatura. 

  • Monitorización estándar básica:

Dícese de aquella que debe cumplirse en todos los casos, aumentada en los casos en que el anestesista, la cirugía o la situación del paciente asi lo requiera. Si hablamos de anestesia general, la monitorización estándar básica consistirá en EKG, T/A no invasiva, Fr/C, Fr/R, Sat arterial de O2, fracción inspirada de O2, y fracción espirada de CO2.

Si la anestesia es regional: EKG, T/A no invasiva, Fr/C, Fr/R y Sat arterial de O2.

 EKG, pulsioximetría, Tensión arteria no invasiva (PNI), colocación del TOF, BIS, entropía, termómetro, etc. 

“La monitorización no invasiva, y en ocasiones la mínimamente invasiva es responsabilidad directa de la enfermería, por ello debemos conocer los dispositivos presentes en el quirófano, los avances y nuevas técnicas de monitorización” 

  • Monitorización invasiva: en ocasiones, y dependiendo de múltiples factores, es labor de la enfermera de anestesia, la canalización y monitorización de la arteria radial para la medición de la presión arteria (PAI). Las canalizaciones de vías venosas centrales yugulares recae en el anestesista.
  •  Venoclisis con Abocath® 18 o 20., si la vía no está canalizada Si el paciente es pediátrico, Abocath® nº 22 o 24. Recordar que calibres inferiores a 20 no se pueden emplear para transfusión de hemoderivados. Como ya hemos comentado, generalmente, y salvo indicación contraria del anestesista se inicia infusión de suero fisiológico o Ringer Lactato.
  • Preparacion del material para canalización de vías centrales. Se colocarán en mesas auxiliares equipo de paños de anestesia si lo hubiera, en su defecto, cubremesas estéril y se añade bata y tres paños adhesivos, guantes estériles, cápsulas pequeñas con suero, bisturí del 11, seda (recta o curva y porta) apósito, desinfectante y el equipo de la vía. En ocasiones las vías centrales vienen encajadas en el propio envoltorio, asi que es mejor abrir la vía central cuando el anestesista ya esté vestido para que pueda el mismo, una vez que abramos el paquete, coger la vía. 

Algunas situaciones especiales:

› En pacientes diabéticos: realizar medición de glucemia capilar y registrarla antes de iniciar la perfusión de suero. La cifra de glucemia capilar prepandial o postprandial ideal estaría entre 120 y 200 mg/dl.

Si la cirugía puede retrasarse hasta estabilización metabólica de la glucemia es recomendable, si la situación del paciente o la urgencia de la cirugía no lo permite, insulina rápida si precisa y a quirófano. El suero de elección será el fisiológico al 0,9% de mantenimiento de vía y para la disolución y administración de fármacos. Si es posible, canalizar una segunda vía para administrar suero glucosado al 5% con insulina, o al 10% si se precisa de una restricción de líquidos, (en ese caso la cantidad de insulina que se añade se duplicará).

› Pacientes pediátricos: añadir un equipo de suero de microgoteo y depósito con marcas identificativas de ml, más Dosi-Flow® y alargadera a la vía. FIJAR MUY BIEN con tablas o férulas específicas de fijación de vías venosas infantiles. El riesgo de pérdida de la vía por arrancamiento en el despertar, traslado y post-operatorio de los niños es muy elevado.

› Pacientes de neurocirugía: por la postura quirúrgica del paciente, del equipo quirúrgico y de la mesa de la instrumentista, la cabeza, tórax y brazos del paciente quedan ocultos, es importante añadir alargaderas entre la llave de tres vías próxima al Abocath® y otras dos unidas al terminal del equipo de suero: equipo de suero-llaves de tres vías-alargadera larga-llave de tres vías-abocath®. En ocasiones, una vez el paciente anestesiado, se canaliza vía venosa de calibre 16 o 14 en las venas del empeine (venas marginal interna, arco venoso dorsal).

› Paciente de traumatología: en osteosíntesis y cirugía protésica de EEII, la vía venosa se canalizará en la ES contraria a la afecta (ej.: prótesis de cadera derecha, Abocath® en E.S.I.).

› Pacientes inestables: cirugías con alto riesgo de sangrado, de inestabilidad hemodinámica o de urgencia, una vez anestesiado el paciente, en la mayoría de los casos se canalizará una vía venosa de dos o tres luces con monitorización presión central.

  • Profilaxis antibiótica: siempre que esté indicado en el protocolo. Generalmente en la mayoría de los protocolos de profilaxis antibiótica, la primera dosis se administra al paciente 30 min antes del comienzo de la cirugía. De esa manera se consiguen niveles de antibióticos plasmáticos idóneos, el olvido El antibiótico de elección suele ser de amplio espectro, activo frente a microorganismos que, con más facilidad pueden contaminar la herida quirúrgica.

Especial mención merece en este apartado la parada cardio-respiratoria en el quirófano y la desfibrilación: 

1. DESFIBRILACIÓN INTRA - OPERATORIA 

Cuando acontece una parada cardio-respiratoria en el quirófano disponemos de un tiempo de anticipación a la parada: los pacientes quirúrgicos están monitorizados, y cuando los signos vitales comienzan a alterarse en el preludio de una PCR, en la mayoría de los casos da tiempo al personal a preparar lo necesario para una resucitación cardio respiratoria.

Cuando en las intervenciones, bien sea por las complicaciones inherentes a la propia cirugía, bien sea por el propio estado del paciente, se prevé una situación critica y de inestabilidad hemodinámica o cardio circulatoria, durante la anestesia se adhieren los electrodos (pegatinas) del DESA (Imagen 60 y 60 bis) antes de anestesiar al paciente. Si no hubiera DESA o los electrodos interfieren en el campo quirúrgico (cirugía cardio torácica) se pueden colocar en la espalda, o se revisa y sitúa cerca del paciente el desfibrilador (Imagen 61), comprobando su buen funcionamiento y que tanto las palas externas como las internas (contacto directo con el miocardio) son las compatibles con el desfibrilador.

En demasiadas ocasiones acontecen situaciones críticas inesperadas en el quirófano, debemos recordar SIEMPRE, revisar y comprobar el estado de los desfibriladores del área, asi como los “carros de parada cardio respiratoria”, intubación difícil y medicación de urgencia. “Hay que prepararse para lo peor para conseguir lo mejor”

La medicación que se emplea en las PCR intraquirúrgicas es la estándar, adrenalina, atropina, amiodarona, etc... No entraremos en profundidad en ella ya que es algo inherente a la enfermería en todos sus ámbitos de desarrollo clínico. Nos centraremos en el manejo de la desfibrilación precoz y el rol de la enfermería en estas situaciones.

1.1 Desfibrilación precoz.

Mecanismo de desfibrilación (DF).

Para entender la DF debemos en tender la circulación cardiaca del ser humano. El nodo sinoauricular (en la AD) es el marcapasos fisiológico, manda el impulso eléctrico de 60 a 100 lpm propagándose por ambas aurículas provocando la despolarización auricular (onda P). El impulso nervioso continúa y en el nodo auriculo-ventricular disminuye la velocidad de conducción, por lo que la sangre fluye de las aurículas a los ventrículos.

De ahí continúa al Haz de His y a las fibras de Purkinje provocando la despolarización ventricular, es decir, la contracción ventricular (complejo QRS).

Justo después del pulso o latido, del QRS, hay un tiempo en el que las células musculares cardíacas no responden a ningún impulso nervioso, es un periodo refractario que incluye la despolarización y la fase inicial de la repolarización (periodo refractario absoluto: desde inicio de QRS hasta inicio de onda T). Acto seguido tiene lugar otro periodo refractario relativo, en el que las células cardíacas si responden a un estímulo fuerte (pendiente positiva de onda T).

Cuando las células cardiacas son capaces de responder de nuevo a los estímulos nerviosos de menor intensidad es el fin de la repolarización ventricular (pendiente negativa de la onda T).

Cuando por algún motivo, esta polarización-repolarización miocárdica está alterada, por ejemplo, el paciente sufre FV/TV, la medida efectiva es la DF eléctrica, que consiste en la aplicación de estímulo breve (“choque”) eléctrico que atraviesa toda la pared cardíaca. Y genera una despolarización forzada simultánea del 75-90% de las células miocárdicas.

Este “choque” se produce aplicando las palas externas o las pegatinas (palas adhesivas) del DF en el tórax de paciente.

Tipos de desfibriladores

  • Desfibrilador de onda monofásica.

Son aquellos en los que la corriente se produce en una sola dirección, es decir unipolar, por lo que necesitan de mayor potencia eléctrica, generalmente, de 360J. La segunda descarga es la más efectiva ya que la primera es la que disminuye la impedancia. Se han dejado de emplear. (Imagen 63)

  • Desfibrilador de onda bifásica.

Descargan corriente que viaja en una dirección positiva en un tiempo determinado para luego revertirse y fluir en dirección negativa los últimos milisegundos de la descarga. Estas descargas eléctricas son superiores que las monofásicas (externas o implantables) porque permiten que la cantidad de energía aplicada sea menor y más efectiva. (Imagen 65)Estos DF permiten la colocación tanto de electrodos adhesivos como de palas.

Colocación de las pegatinas y de las palas:

Si el desfibrilador dispone de palas, éstas deben colocarse de tal manera que la descarga atraviese el corazón, para ello las colocaremos: una pala en el 4º-5º espacio intercostal izquierdo, sobre la línea media axilar (ápex) y la otra pala, en el 2º-3er espacio intercostal paraesternal derecho en la zona infraclavicular.

La posición más habitual de las palas y pegatinas será anterolateral (Imagen 62), pero ambas, palas y pegatinas, pueden colocarse anteroposterior si interfieren con el campo quirúrgico. Si la posición es:

Anterolateral:

  • Electrodo derecho (o paraesternal): en vertical en la zona infraescapular derecha.
  • Electrodo izquierdo (o del ápex): en horizontal infraescapular y aproximadamente sobre el arco costal 4º-5º abarcando hasta línea media axilar.

Posterior:

  • Electrodo derecho: sobre la escápula derecha.
  • Electrodo izquierdo: sobre 4º-5º espacio intercostal espacio infraescapular en horizontal.

Existen variantes de la colocación de las placas, como se puede comprobar en la imagen 60.

 

Imagen 60. Colocación parches DESA.

 

Técnica de desfibrilación:

  • Aplicar gel conductor a las palas, en su defecto, gasas empapadas en suero fisiológico.
  • Seleccionar la carga que ordenará el anestesista (generalmente 200J)
  • Comprobar la selección asíncrona del DF.
  • Colocar las palas (descrito en el apartado b)
  • Comprobar que ambas palas no contactan entre si (no las gasas empapadas)
  • El anestesista (o la enfermera de anestesia) presiona las palas contra el pecho del paciente con una fuerza suficiente para evitar vacíos de contacto (unos 10kg aprox.) revisa de nuevo que el paciente sigue requiriendo de DF, es decir continúa en FV.
  • AVISA de la descarga en viva voz a todo el personal, comprueba que nadie toca al paciente, o zonas mojadas que puedan hacer de vehículo conductor.
  • Descarga oprimiendo los botones de descarga de ambas palas.
  • Comprobamos que se ha producido (espasmo musculo esquelético del paciente)
  • Confirmación de recuperación de ritmo o no, y seguimos el protocolo de medicación, RCP manual y DF del centro.

En las guías ERC 2010  se destaca la importancia del inicio temprano de las compresiones torácicas y sin pausas entre descargas, es importante recordar, que aunque en el quirófano estemos en un medio muy avanzado tecnológicamente en el que el paciente está muy controlado y contamos con la colaboración de otros profesionales como anestesistas y equipo quirúrgico, es NUESTRA RESPONSABILIDAD también, conocer las recomendaciones actualizadas de resucitación de PCR, debemos realizar las compresiones torácicas mientras se produce, por ejemplo, la recarga del DF. Al igual que en PCR en otros ámbitos la máxima será evitar “tiempos muertos” sin compresiones torácicas, pero, sin embargo, ya NO se recomienda el periodo de 2-3 minutos de RCP previa a la desfibrilación (si, si consultamos la guía americana AHA 2010).

Los momentos en los que la vida del paciente corre peligro, son situaciones estresantes y poco frecuentes, por lo que pueden llevarnos a errores por falta de práctica diaria. Es necesario revisar la situación de los desfibriladores, los protocolos de actuación del centro, los principales datos electrocardiográficos que son la antesala de la FV y realizar simulacros cada cierto tiempo para saber actuar de forma correcta, sincronizada con el equipo y de manera efectiva ante una parada cardio respiratoria en quirófano.

Desde el punto de vista de la coordinación del personal de enfermería, es necesario distribuir las actuaciones para evitar duplicar acciones, si la enfermera de anestesia colabora con el anestesista en el proceso de RCP-DF, la circulante cargará la medicación necesaria que ordene el anestesista. Generalmente la instrumentista en estos momentos abandona su puesto y pierde la esterilidad para colaborar con sus compañeras. Se retira la mesa de instrumental a un lugar del quirófano que no interfiera con la resucitación y en el que no corra riesgo de perder la esterilidad por si la situación se solucionara y se pudiera continuar con la intervención.

 

Imagen 61. Desfibrilador Semi Automático (DESA)

 

Imagen 62. Conexiones del DESA

 

Imagen 63. Colocación de las placas DESA anterolateral

 

Imagen 64. Colocación placas DESA anteroposterior

 

Imagen 65. Desfibrilador monofásico

 

 

Imagen 66. Colocación palas externas DF

 

Funciones durante la CIRUGÍA:

  • En estrecha colaboración con el anestesista se encargará de la medicación necesaria: drogas de mantenimiento de la anestesia, reposición de las medicaciones en bomba de infusión, o medicación para solventar cualquier situación: heparina, inotrópicos, Vasopresores...
  • Llevará un control de los líquidos empleados, tanto para mantenimiento de la permeabilidad de las vías, como para administración de medicación y drogas, como de los empleados para reposición de volemia.
  • Colaborará con el equipo de anestesia en la extracción, etiquetado y envío de analíticas sanguíneas de control, si las hubiera.
  • Como norma general, una vez iniciada la cirugía, el mantenimiento y cuidados del paciente, salvo que acontezca alguna circunstancia que inestabilice al paciente, o la propia intervención sea de riesgo, o incluso, el estado vital del paciente sea muy inestable (cirugías de urgencia, politraumatismos, hemorragias, etc.) la enfermera de anestesia puede colaborar con su compañera circulante. En algunas unidades incluso, una vez iniciada la cirugía, la enfermera de anestesia acude al quirófano adyacente, si lo hubiera, para iniciar la anestesia de ese quirófano. Esto ocurre cuando el ratio de enfermeras por quirófano es de 2,5, es decir, una de las enfermeras del equipo, bien la circulante, bien la de anestesia, es compartida por dos quirófanos.  

Funciones al finalizar la CIRUGÍA:

  • Bajo las ordenes del anestesista, retirará las vías venosas o arteriales que ya no sean necesarias, colocando apósitos y compresivos si fuera necesario para evitar hemorragias y/o hematomas.
  • Si la anestesia ha sido general colaborará en la extubación. Conocerá la medicación reversora de los relajantes musculares, opiopides y anestésicos más comunes.
  • Monitorizará al paciente para su traslado a la unidad de destino si fuera necesario, mediante monitor de traslado con ventilación asistida, si el paciente no se extuba en el quirófano.
  • Varía en función de los protocolos de actuación de las diferentes unidades quirúrgicas, pero generalmente, es la enfermera de anestesia la que acompaña al equipo de anestesia en el traslado del paciente a su unidad de destino. Informa a la enfermera de recepción de la situación del paciente, las vías que porta, incidentes durante la intervención, y toda aquella información relevante necesaria.
  • Para ello se asegurará que dispone de:
    o   Ambú, tubuladura y bala de oxígeno, llena.
    o   Si el paciente continúa intubado y anestesiado, un tubo del mismo calibre y otro del calibre inmediatamente inferior y un sistema de sujeción (esparadrapo, venda, etc.)
    o   Laringoscopio con la pala empleada y una más larga.
    o   Medicación empleada en la anestesia: relajante muscular, hipnóticos y analgésicos.
    o   Maletín de traslado con medicación de urgencia: adrenalina, efedrina, actocortina, atropina, fentanest, etc...

 

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