La farmacodinámica es la parte de la farmacología que se dedica al estudio del mecanismo de acción de los fármacos.
Los fármacos no producen sus efectos por mecanismos desconocidos para las células sino que se limitan a estimular o inhibir procesos propios de las células.
Para que un fármaco produzca un efecto farmacológico es necesario que interactúe con receptores específicos del organismo. Se denominan receptores a las macromoléculas celulares encargadas de la señalización química entre y dentro de las células. Cuando una sustancia se combina con uno de estos receptores a través de un sitio de unión específico, se produce un cambio en la función celular.
Generalmente, los receptores, son de naturaleza proteica. Pueden encontrarse en la membrana, el citoplasma o el núcleo. Por extrapolación, se utiliza en término receptor en un sentido más general para referirse a dianas macromoleculares capaces de unirse a fármacos, aunque estas no desempeñen un papel en la transducción de señales mediadas por mensajeros, como es el caso de determinadas enzimas.
Para que un fármaco se una a un receptor este debe presentar afinidad elevada por el fármaco y especificidad para distinguir entre moléculas similares.
Generalmente la unión fármaco – receptor es reversible, aunque pueden darse casos de uniones irreversibles. Para estudiar la unión de fármacos a sus receptores suelen usarse radioligandos y curvas específicas de unión fármaco – receptor.
Entre las respuestas que los receptores pueden desencadenar, destacamos algunas como:
- Modificaciones en el flujo de iones.
- Cambios en la actividad enzimática.
- Modificaciones en la producción y/o la estructura de determinadas proteínas.
El receptor por lo tanto tiene dos funciones fundamentales: unirse al ligando y desencadenar una respuesta.
El simple hecho de que el fármaco interactúe con un receptor no es motivo suficiente para que de esa interacción surja una acción farmacológica. Se precisa que le fármaco tenga la capacidad de modificar la molécula en la forma necesaria para producir un efecto. Así, se denomina eficacia, a la capacidad de un fármaco de modificar los procesos de respuesta celular y desencadenar una respuesta biológica después de unirse a un receptor. Si no desencadena ninguna respuesta, estamos ante un antagonista.
Las curvas dosis – respuesta, relacionan la concentración de un fármaco con la respuesta farmacológica resultante, en el punto en el que se consigue el 50% del efecto la pendiente de la curva es máxima y la curva se aproxima a una línea recta.