3. DRENAJE TORÁCICO
La cavidad torácica es un espacio cerrado y hermético, limitado por la parrilla costal, esternón, músculos intercostales, diafragma y revestidos todos ellos por la pleura parietal. En su interior están los pulmones recubiertos por la pleura visceral. Entre ambas pleuras está la cavidad pleural.
De la cavidad torácica se puede drenar:
- Aire, en casos de neumotórax.
- Sangre, al existir un hemotórax.
- Pus, relacionado con un empiema.
- Líquido linfático, en caso de quilotórax.
Este drenaje se realiza mediante la inserción de tubos torácicos flexibles, que se conectan posteriormente a un sistema subacuático que mantiene la negatividad del espacio pleural e impide la entrada de aire desde el exterior a la cavidad pleural (Pleur-evac®).
Este sistema está compuesto por tres cámaras conectadas entre sí, con una conexión única al paciente.
- En la primera cámara se acumula el drenaje obtenido, fácilmente visible y cuantificable.
- La segunda cámara es el sello subacuático, de modo que permite la salida de aire desde el espacio pleural, pero impide la entrada de líquido o aire a dicho espacio.
- La tercera cámara está graduada y puede conectarse a un sistema de vacío central, permitiendo graduar la presión negativa ejercida sobre el espacio pleural según la cantidad de agua destilada con que se rellene.

Tiene una capacidad de 2.500 ml.
