1. ERRORES EN LOS ESTUDIOS EPIDEMIOLÓGICOS
Todo estudio epidemiológico es entendido como un ejercicio de medición, en el que debe perseguirse la exactitud, esto es, la estimación del parámetro deseado con el mínimo error. Pero todo estudio epidemiológico está sujeto a un cierto margen de error.
Existen dos posibles fuentes de error, el error aleatorio y el error sistemático. Un estudio es preciso cuando carece de error aleatorio y es válido cuando carece de error sistemático.
1.1. Error aleatorio, Intervalos de confianza y Contraste de hipótesis
Por error aleatorio (debido al azar) entendemos el error ligado al propio proceso de medición, esto es, a la falta de precisión. Los errores aleatorios no suelen afectar a la validez interna de los estudios, pero sí limitan su potencia.
1.2. Error sistemático, Sesgos de selección y clasificación, e Interacción y Confusión.
Por error sistemático entendemos la falta de validez en la medición. También se le denomina sesgo. La validez es por tanto, la carencia de error sistemático. La validez de un estudio de investigación suele distinguir entre dos conceptos: validez interna y validez externa.
- Por validez interna se entiende la propiedad de que los resultados del estudio son válidos entre los propios sujetos del estudio.
- Por validez externa se entiende la capacidad de generalización de los resultados.
Podemos clasificar los sesgos, en sesgos de selección, sesgos de información (o clasificación) y sesgos de análisis (confusión e interacción).
2. REQUISITOS QUE DEBE CUMPLIR UN INSTRUMENTO DE MEDICIÓN
Una cuestión clave en el diseño de investigación es la decisión sobre cómo hacer las mediciones para asegurar la fiabilidad y la validez.
La fiabilidad significa que el observador que repite la prueba, u otra persona que emplea el mismo método, debe ser capaz de obtener los mismos resultados. La validez significa que la medición deberá representar en realidad lo que tiene intención de cuantificar.
Para asegurar la fiabilidad o la reproducibilidad de los resultados, deberán tenerse en cuenta que:
- Las mediciones efectuadas no deberán variar en un mismo observador, ni entre varios observadores.
- La variabilidad de los instrumentos o de los laboratorios.
- La variabilidad entre los pacientes, si las mediciones varían según el momento en que se efectúan.
Todos los instrumentos y procedimientos empleados en la medición de variables deben proporcionar valores homogéneos repetibles siempre que el objeto, la característica o el atributo medidos no hayan experimentado cambios o variaciones. Este es el requisito de la fiabilidad o precisión. Además, el instrumento debe medir exactamente aquello para lo que ha sido diseñado y no otros aspectos que pudieran confundir los valores de la variable de interés, este es el requisito de validez.
3. FIABILIDAD DE LA MEDIDA
Hablar de fiabilidad en medición, es hablar en gran medida de precisión. La precisión de una medida es el grado en que ésta es reproducible con casi el mismo valor, cada vez que se mida.
La precisión tiene una influencia muy importante sobre la potencia o poder estadístico de un estudio. Cuanto más precisa sea una medición, mayor será la potencia para probar las hipótesis.
La precisión, denominada también reproducibilidad, fiabilidad y consistencia, es una función del error aleatorio (variabilidad por azar), de forma que cuanto mayor sea el error, menos precisa será la medición.
Existen tres fuentes principales de error aleatorio cuando se hacen mediciones:
- Variabilidad del observador.
- Variabilidad del instrumento.
- Variabilidad del participante.
3.1. Estrategias para mejorar la precisión
Existen cinco métodos para minimizar el error aleatorio y aumentar la precisión de las mediciones. Estos son:
- Normalización de los métodos de medición.
- Formación y aprobación de los observadores.
- Perfeccionar los instrumentos.
- Automatización de los instrumentos.
- Repetición.
3.2. Validez de la medida
Hablar de validez de la medida es hacerlo, en gran medida, de su exactitud. La exactitud de una medida es el grado en el que realmente representa lo que se pretende que represente, es decir, hasta qué punto la medición representa el fenómeno de interés.
La exactitud es una función del error sistemático (sesgo). Cuanto mayor sea el error, menos exacta será la medición. Las tres clases principales de error de medición que afectan a la exactitud son:
- Sesgo del observador.
- Sesgo del instrumento.
- Sesgo del participante.
Los principales planteamientos para mejorar la exactitud incluyen las cuatro primeras estrategias ya enumeradas para la precisión, y otras tres más. Estas son:
- Realización de mediciones discrecionales.
- Calibración del instrumento.
- Enmascaramiento.
4. VALIDEZ Y FIABILIDAD DE LAS PRUEBAS DIAGNÓSTICAS
La utilidad de una prueba diagnóstica depende fundamentalmente de su validez y de su fiabilidad, pero también de su rendimiento clínico y de su coste.
La validación de una prueba diagnóstica se realiza mediante la comparación de sus resultados con el denominado “estándar de oro”.
La sensibilidad y la especificidad son características intrínsecas de la prueba diagnóstica, que informan de su validez antes de conocer el resultado.
Respecto a la fiabilidad de una prueba, esta viene determinada por la estabilidad de sus mediciones cuando se repite en condiciones similares.