TEMA 1. TRASTORNOS NEURODEGENERATIVOS Y PSICOLÓGICOS EN LA PERSONA MAYOR


La demencia es un síndrome clínico progresivo que afecta funciones cognitivas (memoria, praxias, funciones ejecutivas), conducta y autonomía, interfiriendo la vida diaria y las relaciones. Su prevalencia aumenta con la edad: ~0,05 % entre 40–65 años y hasta ~39 % en >90 años en España, con una proyección de ~2 millones de diagnósticos en 2050. No es un proceso fisiológico del envejecimiento (el término “demencia senil” es inapropiado) y su etiología es diversa: primarias neurodegenerativas, secundarias (déficits, tóxicos, tumores), vasculares o mixtas; algunas son potencialmente reversibles (SCA, pseudodemencia por depresión). Genera gran impacto sanitario, social y económico por su alta prevalencia, la discapacidad y dependencia (ABVD/AIVD), y por la fragmentación en la respuesta sociosanitaria y el déficit de conocimiento social.

La enfermedad de Alzheimer (60–70 % de las demencias) cursa con pérdida de memoria progresiva y otros déficits, con evolución descrita por GDS/FAST (retrogénesis) y supervivencias largas tras el diagnóstico. El diagnóstico es clínico (alteración de memoria + otro déficit cognitivo, deterioro funcional, inicio gradual y progresivo, exclusión de otras causas) apoyado por neuroimagen/biomarcadores; el tratamiento emplea IACE (donepezilo, rivastigmina, galantamina) y memantina, además de estimulación cognitiva, cuidados por etapa y apoyo al cuidador. Otras demencias clave son: la demencia por cuerpos de Lewy (10–15 %; parkinsonismo sin temblor típico, alucinaciones visuales vívidas y fluctuaciones cognitivas; supervivencia media 5–8 años), donde la levodopa ayuda poco y los cuidados se centran en seguridad; las frontotemporales (segunda causa <65 años) con alteraciones conductuales y/o del lenguaje; y la demencia vascular (20–25 % en mayores), postictus trombóticos/embólicos/hemorrágicos, con formas multiinfarto, estratégico, postictus y mixta, cuyo manejo prioriza prevención secundaria, rehabilitación y cuidados generales.

La enfermedad de Parkinson idiopática (segunda neurodegenerativa más frecuente) se debe a pérdida de neuronas dopaminérgicas en sustancia negra y produce temblor de reposo, rigidez, bradicinesia e inestabilidad postural, además de síntomas autonómicos, trastornos de la marcha, disfagia, caídas y, en fases avanzadas, demencia y afectación emocional. El diagnóstico es clínico y se apoya en la respuesta a levodopa; el tratamiento combina levodopa (con fenómenos wearing-off/on-off), agonistas dopaminérgicos, IMAO y medidas no farmacológicas (fisioterapia, logopedia, terapia ocupacional, estimulación cerebral profunda en refractarios). En salud mental del mayor, la depresión es muy prevalente (aumenta en institucionalizados; riesgo de pseudodemencia y suicidio), se criba con Yesavage/Cornell y se trata con ISRS y soporte psicosocial; la ansiedad (>10 %) se asocia fuertemente a depresión y demencia, destacando el trastorno de ansiedad generalizada y las fobias (agorafobia), con manejo mediante ISRS y psicoterapia (TCC, relajación, exposición).