TEMA 13. HIPERLIPIDEMIAS. CLASIFICACIÓN Y TRATAMIENTO


Las hiperlipidemias son alteraciones en el metabolismo de las lipoproteínas que se traducen en un exceso de colesterol y/o triglicéridos en sangre, lo que incrementa el riesgo cardiovascular. Estas partículas lipídicas circulan en el plasma gracias a lipoproteínas como quilomicrones, VLDL, LDL y HDL, siendo las LDL las más aterogénicas y las HDL las de efecto protector. Pueden clasificarse en primarias, de origen hereditario, y secundarias, relacionadas con factores ambientales, enfermedades como diabetes o hipotiroidismo, obesidad, alcohol o fármacos. Dentro de las primarias destacan la hipercolesterolemia familiar, la hipertrigliceridemia y las hiperlipidemias mixtas, mientras que las secundarias suelen estar ligadas a estilos de vida y patologías asociadas.

El diagnóstico se basa en el perfil lipídico (colesterol total, LDL, HDL, triglicéridos), la historia clínica y los antecedentes familiares, además de la valoración del riesgo cardiovascular con escalas como SCORE. El abordaje terapéutico comienza con medidas dietéticas: reducción de grasas saturadas y colesterol, aumento de fibra, pescado azul y cereales integrales, y supresión del alcohol en casos de hipertrigliceridemia. Si las cifras no se controlan, se recurre a fármacos como estatinas (primera elección para reducir LDL), fibratos (para triglicéridos), ezetimiba, resinas de intercambio o, en casos específicos, inhibidores de PCSK9 y omega-3. A estas intervenciones se añaden la práctica de ejercicio regular, el abandono del tabaco y la pérdida de peso, configurando una estrategia integral para reducir tanto los niveles lipídicos como la morbimortalidad cardiovascular asociada.