TEMA 2. DIABETES MELLITUS TIPO I Y TIPO II


La diabetes mellitus (DM) es un trastorno metabólico caracterizado por hiperglucemia crónica debido a defectos en la secreción o acción de la insulina. Se clasifica principalmente en DM tipo 1, de origen autoinmune, con inicio brusco en jóvenes y necesidad de insulina desde el diagnóstico, y DM tipo 2, asociada a obesidad, resistencia insulínica y aparición progresiva en adultos, que inicialmente puede tratarse con dieta, ejercicio y antidiabéticos orales. Existen otros tipos, como la diabetes gestacional, el MODY, la LADA o la secundaria a fármacos. La prediabetes se define por glucemias elevadas sin llegar a criterios de DM y representa un alto riesgo de progresión si no se corrigen los hábitos de vida.

El diagnóstico se basa en glucemia basal, test de tolerancia oral a la glucosa (SOG) o HbA1c, con cribado recomendado en mayores de 35 años y personas con factores de riesgo. El tratamiento es multifactorial: dieta equilibrada (pérdida de peso en DM2 con obesidad, dieta mediterránea, control de hidratos y grasas), ejercicio regular (150 min/semana), y en algunos casos, fármacos como metformina, sulfonilureas, inhibidores de DPP-4, agonistas GLP-1 o inhibidores de SGLT-2. La insulina es esencial en DM1 y necesaria en DM2 avanzada. Entre las complicaciones destacan las agudas (hipoglucemia, cetoacidosis, coma hiperosmolar) y las crónicas (retinopatía, nefropatía, neuropatía y enfermedad macrovascular). La prevención incluye educación sanitaria, monitorización de glucosa, cribado de complicaciones, cuidados específicos del pie diabético y apoyo en el uso de dispositivos como bombas de insulina (ISCI) y monitorización continua de glucosa (MCG). En Enfermería, el diagnóstico NANDA 00179: Riesgo de glucemia inestable es clave para la intervención preventiva.