Las infecciones relacionadas con la atención sanitaria son aquellas que se adquieren en algún momento durante la atención en el sistema sanitario. Las infecciones se pueden transmitir de múltiples maneras (vía respiratoria, digestiva, por contacto), pero la vía más frecuente de transmisión de estas es por contacto a través de las manos de los profesionales sanitarios. No obstante, la OMS considera que una higiene de manos inadecuada o no realizada es uno de los factores más importantes que contribuyen a desarrollar dichas infecciones.
Se entiende por higiene de manos aquel procedimiento cuyo objetivo es reducir el número de microorganismos que hay en la piel de las manos.
Cuando las manos están sucias, deben lavarse con agua y jabón, ya que el jabón facilita la eliminación de la suciedad. Cuando las manos están contaminadas, pero no hay suciedad visible, el procedimiento de elección es la desinfección mediante preparados de base alcohólica, ya que los antisépticos eliminan un mayor número de microorganismos.
La higiene de manos es la forma más sencilla y eficaz al alcance de todos para evitar la propagación de las infecciones que se transmiten a través del contacto. Diversas publicaciones demuestran que la higiene de manos contribuye a reducir las infecciones relacionadas con la atención sanitaria.
Todos los profesionales implicados en el cuidado de los pacientes, con independencia del diagnóstico que tengan, están obligados a realizar la higiene de manos. También es necesario que la realicen los pacientes, sus familiares y los visitantes que les atienden.
La duración total del lavado de manos con agua y jabón de todo el procedimiento es de 40-60 segundos.
La duración total de la higiene de manos con solución hidroalcohólica es de todo el procedimiento es de 20-30 segundos.
Es muy recomendable que los profesionales sanitarios cuiden la piel de sus manos hidratándolas varias veces al día, preferentemente una vez finalizada la jornada laboral.
Los guantes en ningún caso sustituyen la higiene de manos. Si se utilizan, deben cambiarse siempre de un paciente a otro y, cada vez que se retiren, debe realizarse una higiene de manos.
Imagen 3 y 4.
Imagen 5.
4.1 REGLAS DE ORO DE LA HIGIENE DE MANOS
- La higiene de manos debe realizarse exactamente donde se está atendiendo al paciente (en el punto de atención).
- Durante la asistencia al paciente, existen 5 momentos en los que es esencial realizar la higiene de las manos («Mis 5 momentos para la higiene de las manos»).
- Es preferible realizar la higiene de manos con los preparados de base alcohólica, siempre y cuando sea posible.
- ¿Por qué? Porque es más accesible en el punto de atención, más rápida, más efectiva y mejor tolerada (contienen emolientes).
- Cuando las manos estén visiblemente sucias, utilizar agua y jabón.
- Realizar la higiene de manos mediante la técnica correcta y durante el tiempo adecuado.
4.2 USO DE GUANTES
- El uso de guantes no exime de realizar la higiene de las manos.
- Ponerse guantes cuando se prevea contacto con sangre, fluidos corporales o materiales potencialmente infecciosos.
- Quitarse los guantes inmediatamente después de estar con el paciente. Unos guantes usados nunca deben tocar las superficies del entorno, ni otros pacientes.

Imagen 6.
UTILIZAR GUANTES ESTÉRILES
Procedimientos quirúrgicos: parto vaginal; procedimientos radiológicos invasivos; acceso y procedimientos vasculares (tubos centrales); preparación de nutrición parental y agentes quimioterapéuticos.
UTILIZAR GUANTES DE EXPLORACIÓN EN SITUACIONES CLÍNICAS
Posibilidades de tocar sangre, fluidos corporales, secreciones, excreciones y objetos visiblemente manchados de fluidos corporales.
- EXPOSICIÓN DIRECTA AL PACIENTE: contacto con sangre; contacto con membrana mucosa o piel dañada; posible presencia de organismos muy infecciosos y peligrosos; situaciones de epidemia o de emergencia; inserción y retirada de dispositivos intravenosos; extracciones de sangre, interrupción de inserciones venosas; exámenes pélvicos y vaginales; succión de sistemas de tubos endotraqueales no cerrados.
- EXPOSICIÓN INDIRECTA AL PACIENTE: evacuación del recipiente para vómitos, el manejo/limpieza de instrumentos, el manejo de los residuos, la limpieza de superficies y objetos ensuciados con líquidos corporales.
UTILIZACIÓN DE GUANTES NO INDICADA (excepto precauciones de CONTACTO)
No existe riesgo de exposición a sangre o fluidos corporales, o a un entorno contaminado.
- EXPOSICIÓN DIRECTA AL PACIENTE: al tomar la presión arterial, la temperatura y el pulso; realizar inyecciones subcutáneas e intramusculares, bañarse y vestir al paciente, transportar al paciente, cuidado de ojos y oídos (si no hay secreciones); cualquier manipulación del catéter vascular en ausencia de fugas de sangre.
- EXPOSICIÓN INDIRECTA AL PACIENTE: al usar el teléfono; anotar datos en la gráfica del paciente; administrar medicamentos por vía oral; distribuir o recoger bandejas de comida; quitar y cambiar las sábanas de la cama del paciente; conectar al paciente a aparatos de ventilación no invasivos o cánulas de oxígeno; desplazar los muebles de la habitación del paciente.
4.3. LAVADO QUIRÚRGICO
El lavado de manos quirúrgico es el proceso destinado a eliminar la mayor cantidad de patógenos de las manos y antebrazos disminuir la contaminación de estos, evitando la transmisión de microorganismos transeúntes, reduciendo la flora resistente para asegurar las condiciones de asepsia necesarias en el quirófano. El lavado quirúrgico de manos se realiza siempre inmediatamente antes de colocarnos la bata y los guantes estériles. El proceso dura unos 5 minutos aproximadamente y debe realizarse antes de cualquier intervención quirúrgica.
Materiales:
- Jabón antiséptico de amplio espectro de acción rápida y prolongada, que no sea irritante ni sensibilizante. Por ejemplo:
o Povidona yodada al 7,5%, detergente que cumple los criterios para un lavado quirúrgico eficaz. Ejerce rápidamente su acción microbiana frente a microorganismos gram positivos y gram negativos. Los yodofósforos pueden ser irritantes para la piel, las personas alérgicas al yodo no pueden cepillarse con este tipo de sustancia.
o Gluconato de clorhexidina en concentración acuosa al 4%, que ofrece también un efecto antimicrobiano frente a los microorganismos gram positivos y gram negativos. El efecto residual se mantiene durante más de 6 horas. Este antiséptico no suele ser irritante para la piel, pero sí lo es para los ojos en caso de salpicaduras.
- Toallitas o paños estériles desechables (en su mayoría incluidos en el paquete de la bata estéril).
- Esponja y cepillo de uñas estéril (generalmente impregnados o de povidona yodada o de clorhexidina).
Imagen 7. Ejemplo de lavamanos quirúrgico
- Lavamanos: ubicado en el en la zona limpia del área quirúrgica generalmente con visibilidad al quirófano (cristaleras), con altura y con un sistema para accionar el grifo sin tocarlo con las manos (manilla para accionar con el codo, pedal o célula fotoeléctrica).
Imagen 8. Equipo quirúrgico durante el lavado de manos.
- En algunos quirófanos se dispone de secadores de aire caliente.
Procedimiento:
La técnica del lavado de manos quirúrgico debe ser la misma para todo el personal que la realice (cirujanos, enfermeras, TCAE, MIR, etc.). Debe estar escrita con infografía descriptiva y clara y a mano para que todo el personal pueda verla. Debe incluir los siguientes aspectos: las manos y los brazos se lavarán primero durante unos minutos para quitarle la suciedad más grosera, si la hubiera; las uñas y sus lechos ungueales se limpiarán utilizando la parte del cepillo. El lavado seguirá un orden claro y nunca alterable:
- Retirar las joyas: anillos, pulseras, reloj, antes de iniciar el lavado.
- Abrir el paquete del cepillo-esponja antiséptico.
- Se abre el grifo, accionando el dispositivo de apertura del que se disponga (pedal, manilla para codo, célula fotoeléctrica).
- Mojar las manos y los antebrazos.

Imagen 9. Aclarado de manos hacia los antebrazos. - Las manos y los antebrazos se lavan primero durante unos minutos para quitar la suciedad. Se cepillan las uñas y los lechos ungueales. Se inicia el lavado de las manos con el cepillo esponja estéril desechable, llevando un orden sincrónico y no modificable: dedos, espacios interdigitales, palma y dorso de la mano, muñecas y antebrazos. Este proceso durará unos 5 minutos.
- Se aclaran manos y antebrazos siempre manteniendo las manos por encima de los codos y separadas del cuerpo. si el vello de antebrazos retiene espuma no se frota se repite el aclarado manteniendo la posición de los brazos las veces que sean necesarias.
- El secado de las manos debe ser cuidadoso, utilizando una toalla estéril para cada mano. Se comienza a secar por la parte distal de las manos y se sube hacia el brazo eliminando a continuación la toalla, sin volver nunca hacia la mano de nuevo. Si bien el secado ya se realiza dentro de quirófano, es necesario dejar una distancia prudencial entre nosotros, el campo quirúrgico y la mesa de instrumental. Recordemos que el lavado quirúrgico de manos no esteriliza, por lo que hasta que nos coloquen la bata estéril no debemos acceder, ni al instrumental, ni al campo.
Este método de cepillado anatómico durante 5 minutos proporciona una reducción bacteriana suficiente y no hay estudios que avalen una diferencia significativa entre estos 5 minutos o un aumento a los 10 minutos de lavado. El cepillado excesivo es contraproducente, se pueden producir erosiones y la flora residente ascender a capas más superficiales de la piel. El agua utilizada durante el lavado no debe ser estéril necesariamente ya que sería suficiente si el agua de la red pública está clorada.
Secuencia de imágenes del lavado quirúrgico:

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