Consiste en identificar a pacientes desnutridos, en riesgo de desnutrición o con déficits nutricionales específicos, y/o en el seguimiento de las terapias nutricionales instauradas. No hay un indicador único que permita concluir el estado nutricional, por lo que se emplean diversos datos multiparamétricos, como datos clínicos y funcionales, medidas antropométricas y datos de laboratorio.
1. Parámetros antropométricos
Se emplean diferentes medidas en la valoración nutricional:
Peso: indicador útil, aunque debe vigilarse la existencia de edemas y/o ascitis que pueden influir en su medida. Se de-be determinar el peso real y el habitual para ver la pérdida de peso: si es >5 % en 1 mes o >10 % en 3 meses, la posibilidad de desnutrición es alta. Tradicionalmente se han empleado fórmulas para calcular el peso ideal:
- Fórmula de Brocca: Peso = talla (cm) - 100
- Fórmula de Lorentz: utiliza un factor K con valor 4 (varón) o 2 (mujer): Peso = talla (cm) - 100 - (talla (cm) - 150) / K
Talla: se debe determinar para poder calcular otras medidas, aunque en pacientes encamados o ancianos es difícil; existen medidas indirectas a través de ecuaciones aún no validadas en población española.
Índice de masa corporal: relación entre peso y talla según la ecuación: IMC = peso (kg)/talla (m²). Su resultado da una serie de puntos de corte:
- <18,5 Infrapeso.
- 18,5-24,9 Peso normal.
- 25-29,9 Sobrepeso.
- >30 Obesidad (con sus distintos grados).
Estimaciones indirectas de reserva proteica: el conocimiento de la composición corporal a través de bioimpedancia ha relegado estas mediciones a un segundo plano:
Pliegues cutáneos: el más usado ha sido el tricipital (también se utilizaron el bicipital, el subescapular y el suprailíaco).
- Perímetro braquial: medir la circunferencia media del brazo.
- Circunferencia muscular del brazo: correlaciona el perímetro braquial con el pliegue tricipital.
2. Datos de laboratorio
Se emplean diversos parámetros bioquímicos como indicadores del estado nutricional. Entre los más utilizados están los siguientes:
- Albúmina: principal indicador. Proteína con una vida media de 20 días. Puede verse alterado su valor por situaciones como intervenciones quirúrgicas, infecciones o por enfermedad hepática.
- Prealbúmina: con una vida media de 2-3 días, permite controlar cambios a corto plazo.
- Otras proteínas, como la proteína ligada al retinol y la transferrina, también se emplean para valorar cambios agudos en la situación nutricional.
3. Técnicas de cribado nutricional
Consisten en diferentes tipos de cuestionarios que combinan criterios de peso, ingesta y enfermedad. Los cuestionarios más importantes son los siguientes:
- Malnutrition Universal Screening Tool (MUST).
- Nutrition Screening Initiative (NSI) checklist: DETERMINE Your Nutritional Health.
- Mini Nutritional Assessment (MNA®). Herramienta con seis elementos para identificar adultos (de 65 años o más) desnutridos o en riesgo de desnutrición. Disponible en varios idiomas y con diversas formas de aplicación.
- Nutritional Risk Screening 2002 (NRS 2002). Se valoran los siguientes aspectos: pérdida de peso, ingesta, gravedad de la enfermedad e IMC.
- Herramientas de cribado hospitalario que usan bases de datos automatizadas como CONUT® e INFORNUT®, ambas con gran sensibilidad y desarrolladas en España.
4. Propuesta GLIM
La Global Leadership Initiative (GLIM), una iniciativa a la que pertenecen la mayoría de las sociedades científicas de nutrición, busca aunar consensos sobre malnutrición y en 2019 publicó sus conclusiones:
- Lo primero en la valoración del estado nutricional debe ser el cribado (mediante alguna de las técnicas mencionadas, MUST, NRS 2002, CONUT®).
- Utilización de diferentes criterios:
- Fenotípicos: pérdida de peso, IMC bajo, ↓ masa muscular.
- Etiológicos: ↓ ingesta, existencia de inflamación.
Según esta propuesta, en el diagnóstico de desnutrición deberían combinarse al menos un criterio fenotípico y otro etiológico.
BIBLIOGRAFÍA
- Berman A, Snyder S. Kozier y Erb. Fundamentos de enfermería. Madrid: Pearson Educación; 2013.
- Domarus A, Farreras Valentí P, Rozman C, Cardellach López F. Medicina interna. Barcelona: Elsevier; 2020.
- Hinkle J, Cheever K. Brunner y Suddarth. Enfermería medicoquirúrgica. 14 ed. Barcelona: Wolters Kluwer; 2019.
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