TEMA 5. TRATAMIENTO Y PREVENCIÓN DE LA COVID-19 POR CORONAVIRUS


  1. 1. TRATAMIENTO DE LA COVID-19

Hasta la aprobación de Pxlovid no existía un tratamiento específico para esta enfermedad y por lo tanto era fundamental asegurar un tratamiento de soporte precoz. Sin embargo, la OMS ha publicado una guía de recomendaciones de tratamiento fundamentada en la evidencia tras el tratamiento del SARS, MERS-CoV o gripe grave (17), que incluye las siguientes medidas:

  1. Iniciar precozmente el tratamiento de soporte a los pacientes con síndrome de distrés respiratorio del adulto (SDRA), dificultad respiratoria, hipoxemia o shock. 
  2. Administrar antimicrobianos empíricos para tratar los posibles agentes etiológicos del SDRA: iniciar dentro de la primera hora de tratamiento especialmente para pacientes con síntomas de sepsis, aunque se sospeche infección por 2019-nCoV. El desescalado o suspensión se realizará en base a los resultados microbiológicos y el curso clínico. 
  3. Administrar un inhibidor de la neuraminidasa sólo cuando haya circulación local del virus de la gripe u otros factores de riesgo para gripe, como el antecedente de viajes o exposición a virus de la gripe no estacional. El coronavirus no produce neuraminidasa, por tanto, los inhibidores de neuraminidasa no son efectivos para 2019-nCoV.
  4. No administrar corticoesteroides sistémicos de forma rutinaria para el tratamiento del SDRA o de la neumonía viral fuera de los ensayos clínicos, a menos que sean indicado por otra razón. Una revisión sistemática de estudios observacionales que utilizaron corticoesteroides en pacientes con SARS no encontró beneficios significativos en la supervivencia, mientras que su uso sí se asoció a efectos adversos como la necrosis avascular, psicosis y diabetes (18). El uso de corticoides también se ha relacionado con la mayor incidencia de infección y el retraso en la eliminación del virus de las vías respiratorias inferiores (19,20).
  5. El tratamiento debe ser adaptado a las condiciones de cada persona y sus comorbilidades.

Existe una serie de tratamientos específicos que están en estudio:

  1. Inhibidores de la neuraminidasa: Son medicamentos antivirales químicamente relacionados que inhiben la enzima neuraminidasa viral y actúan contra los virus de influenza A y B.  Hasta la fecha no existen datos disponibles de que sea efectivo en el tratamiento de 2019-nCoV, pero como se ha hecho en otros contextos, dado que estamos en plena epidemia de gripe estacional, se considera que muchos casos sospechosos podrían beneficiarse de este tratamiento (21).  El oseltamivir oral se está utilizando ampliamente para casos sospechosos en los hospitales de China. El ganciclovir y aciclovir no deben utilizarse rutinariamente.
  2. Análogos de nucleósidos: Los análogos de nucleósidos son fármacos con estructura similar a los nucleósidos de ADN o ARN víricos y que impiden su replicación dentro de la célula. La ribavirina y favipiravir podrían representar una opción terapéutica frente a 2019-nCoV. La ribavirina inhibe in vitro el crecimiento de virus tanto de ADN como de ARN, tales como mixovirus, paramixovirus, arenavirus, bunyavirus, virus del herpes, adenovirus y poxvirus. El favipiravir ha demostrado su eficacia frente a los virus de la gripe, West Nile, fiebre amarilla, enterovirus y virus de la fiebre del Valle del Rift entre otros. Durante el brote de SARS en 2004, la experiencia en 41 casos clínicos tratados con lopinavir/ritonavir comparados con 111 históricos tratados con ribavirina, mostró grandes diferencias en la evolución clínica adversa (muerte o SADR): 2.4% vs 28.8%, p<0.001, respectivamente (22). Por analogía de ambos virus, este tratamiento podría ser eficaz frente a 2019-nCoV. El remdesivir se está considerando como un medicamento de uso potencial para el tratamiento de 2019-nCoV. En la actualidad, se está desarrollado un protocolo de investigación clínica controlada y aleatorizada para la evaluación de su eficacia en pacientes con infección por 2019-nCoV y ya se encuentra registrado (2019-nCoV leve a moderado: NCT04252664; 2019-nCoV severo: NCT04257656).En diciembre de 2021 la FDA aprobó el uso combinado de nirmatrelvir y ritonavir para tratamiento oral en pacientes con enfermedad severa por coronavirus. A inicios de 2022 ha sido aprobado también por la Agencia Europea del Medicamento y todos los países de nuestro entorno ya han solicitado suministros de este nuevo medicamento. Bajo el nombre comercial de Paxlovid y desarrollado por la farmacéutica Pfizer, es un combinado de dos antivirales: nirmatrelvir y ritonavir. El nirmatrelvir (PF-07321332) es un agente antiviral que actúa inhibiendo la proteasa 3C (3CLPRO) que es la enzima necesaria para la maduración del coronavirus. Su uso en ensayos clínicos ha sido exitoso disminuyendo la mortalidad de pacientes críticos y los ingresos en UCI de pacientes graves. Su administración y uso es hospitalario.
  3. Inhibidores de la proteasa: son un grupo de medicamentos antivíricos que actúan como inhibidores competitivos de las proteasas que utilizan los virus para la ruptura de polipéptidos, dando lugar por lo tanto a viriones alterados que no son infecciosos, evitando de esta forma la multiplicación del virus. La Comisión Nacional de Salud de la República Popular de China en sus directrices de tratamiento está suministrando como terapia antiviral el Interferon-α inhalado (5 millones dos veces al día) y la combinación de lopinavir/ritonavir (400mg/100mg dos veces al día) basados en el amplio espectro antiviral del interferón α y a la actividad in vitro del lopinavir/ritonavir frente a 2019-nCoV. Hasta el momento no se tienen datos de la eficacia clínica de estos tratamientos.
  4. Anticuerpos monoclonales: Los anticuerpos monoclonales tienen un buen valor terapéutico para las infecciones virales y podrían llegar a ser medicamentos útiles en la infección por 2019-nCoV.

Las medidas de aislamiento se mantendrán hasta el cese de los síntomas y la obtención de dos resultados de laboratorio negativos en dos muestras respiratorias separadas por al menos 24h. En los casos leves en aislamiento domiciliario será suficiente con una muestra negativa tras el cese de los síntomas. En los casos clasificados como posibles en áreas con transmisión comunitaria, no se realizará pruebas diagnósticas para el alta. En los casos clasificados como posibles en áreas con transmisión comunitaria, no se realizará pruebas diagnósticas para el alta. El profesional sanitario asistencial que realice su seguimiento indicará el momento del alta; la recomendación general será permanecer en aislamiento 14 días desde el inicio de los síntomas, siempre que el cuadro clínico se haya resuelto. 

Los estándares de tratamiento más aceptados durante el primer brote en la mayoría de los hospitales para los procesos respiratorios en el momento actual son: lopinavir/ritonavir + hidroxicloroquina (o cloroquina) + azitromicina o cefalosporina.

Las dosis y vías de administración se pueden ver en el siguiente cuadro desarrollado por el servicio de farmacia del Hospital Universitario de Burgos. 

En la actualidad las nuevas indicaciones han cambiado sobre todo debido a los ensayos clínicos que se han ido desarrollando y a que en la actualidad tenemos alguna evidencia disponible.

Como norma general y al igual que en cualquier tratamiento es necesaria la individualización del mismo respecto a la situación clínica del paciente en el momento de la toma de decisiones.

De esta forma en el momento actual:

  • Se ha abandonado el uso de cloroquina e hidroxicloroquina habiéndose demostrado una mala relación beneficio/riesgo tanto en la prevención como en el tratamiento.
  • El uso de corticoides es más precoz, estandarizado y a dosis más altas que en la primera oleada del virus y posiblemente esto haya hecho que el mejor manejo del distress respiratorio haya contribuido a una disminución de la mortalidad. Esta disminución es multifactorial y debida a otros factores como (pacientes en UCI con menor riesgo, menos saturación de camas en unidades de críticos, pacientes más jóvenes y con menos patologías concomitantes) 

Es interesante ver el papel que jugó la hidroxicloroquina a lo largo de esta pandemia.

En un primer momento se postuló tratamiento empírico de hidroxicloroquina y cloroquina (fármacos antipalúdicos orales) para la profilaxis y el tratamiento de la enfermedad COVID-19  por su actividad in vitro frente al SARS-CoV-2 pero sin poder ofrecer ensayos clínicos publicados donde se corroborará tal efecto.

Posteriormente se publicaron ensayos clínicos con una metodología limitada (escaso tiempo, no aleatorizados, escasa muestra y pocas variables) donde se vio que la combinación de azitromicina con hidroxicloroquina disminuía la carga viral a partir del sexto día de tratamiento en pacientes con infección tanto de vía respiratoria superior como inferior. Por ello en un primer momento (primera oleada) se utilizaron de forma estándar en el tratamiento y se postuló la posibilidad de su uso como profilaxis preexposición y postexposición en personas de riesgo.

Posteriormente se empezaron a ver los efectos secundarios del uso de hidroxicloroquina en estos paciente con complicaciones severas a nivel cardíaco de todos los tratamientos que se estaban empleando (hidroxicloroquina, lopinavir/ritonavir y azitromicina) al alargar el intervalo QT tanto por separado como administrados de manera conjunta.  Los resultados de estudios clínicos mejor diseñados han demostrado la ausencia de beneficio del tratamiento tanto aislado como asociado a azitromicina en una cohorte retrospectiva. 

En esta segunda oleada se están utilizando fundamentalmente remdesivir y corticoides de forma más precoz y a dosis más elevadas.

Existen dos revisiones sistemáticas respecto al uso de remdesivir.  La primera incluye 33 ensayos clínicos con un total de más de 13.000 participantes y se concluye que la dexametasona y el remdesivir podrían ser beneficiosos para los pacientes con COVID-19, pero la certeza de la evidencia fue baja a muy baja. En la segunda revisión se realiza un metanálisis que compara la tasa de mejoría clínica entre los pacientes con COVID-19 que recibieron un ciclo de 5 días de remdesivir versus un ciclo de 10 días de remdesivir versus atención estándar (solo 4 ensayos clínicos) pero demostró que la tasa de mejoría clínica fue significativamente mayor en el grupo de remdesivir de 5 días y el grupo de remdesivir de 10 días en comparación con el grupo de atención estándar. 

Actualmente se están utilizando corticoides (dexametasona) de manera más precoz en pacientes graves con una disminución de la mortalidad a los 28 días entre los pacientes que estaban recibiendo ventilación mecánica invasiva. La indicación de corticoides en el manejo de la neumonía COVI-19 debe valorarse de forma individualizada. No obstante, podría considerarse en aquellos casos donde sea necesario por la presencia de factores asociados, o en base a la situación clínica del paciente. Parece existir evidencia en favor de su uso para pacientes en situación grave.

El uso de anticoagulantes (heparina) se está haciendo también de forma rutinaria. Hay ensayos clínicos en proceso de los que se han publicado protocolos, para evaluar su beneficio en pacientes con síndrome respiratorio severo tanto en pacientes en los que se requiere ventilación mecánica como en los que esta situación no se produce

En el momento actual la base del tratamiento es la siguiente:

  1. Tratamientos individualizados.
  2. Uso de antibióticos exclusivo si hay sospecha o confirmación de sobreinfección bacteriana.
  3. Ante neumonía bilateral: anticoagulación y uso precoz de corticoides.
  4. Tratamiento específico frente al SARS-Cov 2: Bajo el nombre comercial de Paxlovid y desarrollado por Pfizer, se trata de un combinado de dos antivirales: nirmatrelvir y ritonavir. 

El Paxlovid fue autorizado por la Agencia Europea del Medicamento el 31 de enero de 2022. En la mayoría de las CCAA va a estar prescrito bien en los servicios de urgencias y en los centros de atención primaria ya que su objetivo es evitar la progresión a enfermedad grave en pacientes diagnosticados y que estén en situación de riesgo de mala evolución. 

  1. Indicaciones: Pacientes diagnosticados de infección por coronavirus con menos de 5 días de clínica en pacientes que no precisan oxígeno suplementario y en los que exista un riesgo de progresión a enfermedad severa. Este riesgo de progresión va a estar determinado por la existencia de: edad mayor de 80 años con alguna enfermedad que genere riesgo de progresión, inmunodeprimidos, enfermedad renal, hepática, respiratoria o neurológica crónica, diabetes con afectación de órgano diana u obesidad (IMC>35).
  2. Presentación y posología. Cada dosis de Plaxlovid está compuesta por tres comprimidos: dos de nirmatrelvir de 150 mg cada uno de ellos (color rosa) y 1 de ritonavir de 100 mg (color blanco). Los tres comprimidos han de ingerirse a la vez cada 12 horas. El tratamiento dura 5 días.
  3. Contraindicaciones y consideraciones especiales:
    • Alergia a cualquiera de sus componentes o excipientes.
    • Insuficiencia renal En pacientes con insuficiencia renal moderada (eGRF ≥ 30 a
    • No hay estudios en embarazo, lactancia ni en población pediátrica.
    • En pacientes en tratamiento con ritonavir por cualquier otro proceso (tratamiento de VIH o hepatitis) no hay que modificar la dosis ya que se considera que al ser un tratamiento de 5 días no se supera el umbral de toxicidad.
    • El uso de ritonavir puede reducir la eficacia de los anticonceptivos hormonales combinados. Se debe advertir a las pacientes que utilizan anticonceptivos hormonales combinados que utilicen un método anticonceptivo alternativo efectivo o un método anticonceptivo de barrera adicional durante el tratamiento con Paxlovid y hasta un ciclo menstrual después de suspender el tratamiento con Paxlovid.
  4. Interacciones medicamentosas: Es el aspecto más grave y a considerar por la gran cantidad de interacciones. Se recomienda consultar en la ficha técnica y en caso de duda retirar la medicación que interaccione con el Paxlovid durante el tratamiento ya que normalmente el tratamiento de coronavirus tiene prioridad y es corto en duración. Si existen dudas consultar con los servicios de farmacia. Las principales interacciones se pueden ver en el siguiente cuadro:

 

  1. Efectos secundarios: Las reacciones adversas más comunes notificadas durante el tratamiento con Paxlovid cada 12 horas durante 5 días y durante 34 días tras la última dosis fueron disgeusia (5,6 %), diarrea (3,1 %), cefalea (1,4 %) y vómitos (1,1 %).  

2. OTROS ASPECTOS A TENER EN CUENTA EN EL TRATAMIENTO

2.1 TRATAMIENTO CONCOMITANTE CON IECAS Y ARAII 

Aparecieron algunas publicaciones procedentes de China que sugieren que el tratamiento con antihipertensivos del tipo IECA y/o ARAII podría ser un factor de riesgo de gravedad y de mortalidad para pacientes infectados con el COVID-19. 

Debido a la amplificación relacionada con las redes sociales, los pacientes que toman estos fármacos para su hipertensión arterial y sus médicos tienen una preocupación creciente y, en algunos casos, han dejado de tomar estas medicaciones.

Estas hipótesis surgen de estudios observacionales, de estudios de modelos in-vitro y de estudios en animales. Algunos de ellos realizados en la pandemia COVID19, pero otros estudios extrapolados de que al igual que el coronavirus causante de SARS, el COVID-19 se une a una enzima, la ECA2, para infectar a las células, y que dicha enzima parece estar sobrexpresada en sujetos tratados con IECA o con ARAII. 

Sin embargo, hasta la fecha, no existen datos clínicos que avalen una mayor gravedad en la evolución de la infección en pacientes tratados con IECA o con ARAII y las recomendaciones se basan principalmente en hallazgos experimentales, sin evidencia de un efecto clínico real en seres humanos. 

Por otro lado, la suspensión de los tratamientos muy probablemente no se traduciría en una reducción inmediata de ECA2, por lo que de ser cierta la hipótesis, el efecto no sería inmediato y sí podría aumentar a corto plazo el riesgo de complicaciones relacionadas con la patología que se está tratando. 

Muchos de los enfermos infectados por COVID-19 son pacientes de edad avanzada que tienen patologías de base (diabetes mellitus, cardiopatía isquémica), las cuales a su vez son factores de riesgo de una mayor gravedad y mortalidad por COVID-19, por lo que es esperable que muchos de ellos estén tratados con IECA o ARAII, sin que ello signifique que el propio tratamiento antihipertensivo sea el factor que empeora el pronóstico de su infección por COVID-19. 

Con respecto a pacientes graves infectados con COVID-19 y en tratamiento con IECA, ARA-II u otros antihipertensivos, el médico deberá valorar la pertinencia de mantener este tratamiento en función de la situación hemodinámica del paciente. 

El “Council on Hypertension” de la Sociedad Europea de Cardiología quiere destacar la falta de evidencia que apoye el efecto perjudicial de los IECA y ARA en el contexto de este brote pandémico de COVID-19.

El “Council on Hypertension” recomienda con fuerza que los médicos y los pacientes deben continuar el tratamiento con sus medicaciones antihipertensivas habituales ya que no hay evidencia clínica ni científica que sugiera que los IECA y ARA deban ser dejados de tomar debido a la infección por el COVID-19”.  

2.2 PARACETAMOL o IBUPROFENO EN EL TRATAMIENTO DE SÍNTOMAS EN LA INFECCIÓN POR COVID-19 

La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) informa que no existe ningún dato actualmente que permita afirmar un agravamiento de la infección por COVID-19 con el ibuprofeno u otros antiinflamatorios no esteroideos, por lo que no hay razones para que los pacientes que estén en tratamiento crónico con estos medicamentos los interrumpan.

La posible relación entre la exacerbación de infecciones con ibuprofeno o ketoprofeno es una señal que está en evaluación para toda la Unión Europea en el Comité de Evaluación de Riesgos en Farmacovigilancia a solicitud de la agencia de medicamentos francesa (ASNM).

Este análisis finalizará previsiblemente en mayo de 2020 pero, con la información disponible es complejo determinar si esta asociación existe, ya que el ibuprofeno se utiliza para el tratamiento de los síntomas iniciales de las infecciones y, por lo tanto, la relación causa-efecto no es fácil de establecer.

Las fichas técnicas de los medicamentos que contienen ibuprofeno ya indican que este medicamento puede enmascarar los síntomas de las infecciones, lo que podría retrasar su diagnóstico y ser la causa de que se diagnostiquen en estadios más floridos, aunque esto se refiere a las infecciones en general, no específicamente a la infección por COVID 19.

Las guías recomiendan el uso de paracetamol para el tratamiento sintomático de la fiebre como primera alternativa. Sin embargo, tampoco hay ninguna evidencia que contraindique el uso de ibuprofeno en el tratamiento de síntomas menores. En ambos casos, los medicamentos deben ser utilizados en base a la ficha técnica y a la menor dosis capaz de controlar los síntomas.

La AEMPS seguirá informando puntualmente ante cualquier nueva información sobre este asunto. 

Un tema importante con los tratamientos son las potenciales interacciones medicamentosas que puedan ocurrir. La Universidad de Liverpool actualiza todas las posibles interacciones medicamentosas. Se puede acceder a través de Covid-19 Drug Interactions 

3. PREVENCIÓN

La prevención es la herramienta terapéutica más eficaz con la que contamos en el momento actual.

Se ha demostrado que la prevención pre o post exposición frente al SARS-Cov-2 con hidroxicloroquina es ineficaz

Para prevenir la transmisión, la comunidad en general debe hacer lo siguiente:

  • Evitar frecuentar espacios cerrados con aglomeración de personas.
  • Mantener al menos un metro de distancia de las personas con síntomas respiratorios por COVID-19 (por ejemplo, tos o estornudos). Con los actuales estudios de propagación del virus a través de gotículas de menor tamaño se recomienda en caso de espacios cerrados donde exista riesgo de generación de aerosoles ya sea a través de generación artificial (máquinas) como natural (cantar, chillar, jadear) mantener distancias más separadas hasta incluso de 5 metros.
  • Realizar higiene de las manos con frecuencia, con un desinfectante para manos a base de alcohol, si las manos no están visiblemente sucias (durante 20 a 30 segundos) o bien, con agua y jabón cuando las manos estén visiblemente sucias (durante 40 a 60 segundos).
  • En caso de toser o estornudar, debe cubrirse la nariz y la boca con la cara interna del codo flexionado o con un pañuelo, e inmediatamente después de usarlo, desechar el pañuelo y realizar la higiene de manos.
  • Evitar tocarse la nariz y la boca.
  • Mantener ventilación adecuada en espacios cerrados. 

 

Si un paciente tiene síntomas hay que derivarle a los teléfonos establecidos por los diferentes servicios sanitarios para atención y consejos a través del teléfono con la información clara de mantener el aislamiento a no ser que existan síntomas graves.

  

 

3.1 Normas de Seguridad de los trabajadores ante la reanudación de la actividad laboral por COVID-19

Ante la progresiva incorporación a la actividad laboral, toda la sociedad debemos ser responsable para evitar una segunda oleada de contagios respecto al COVID-19.

Empresas, trabajadores, autoridades sanitarias y población general deberemos cumplir unas medidas estrictas para hacer más laxo el confinamiento, poder reanudar nuestra actividad laboral e ir reanudando progresivamente la normalidad manteniendo una seguridad mínima que disminuya los riesgos.

INCORPORACIÓN LABORAL TRAS EL CONFINAMIENTO POR COVID-19 SEGÚN EL ESTADO DE SALUD DEL TRABAJADOR

Se pueden dar varias situaciones: trabajador afectado de COVID-19 en el momento de la incorporación laboral, trabajador que tenga procesos o enfermedades de riesgo, trabajador sano o que se haya recuperado de COVID-19. 

  1. Trabajador afectado de COVID o contacto de riesgo. Esté en hospital (casos moderados-graves) o en domicilio (casos leves - moderados) o con un contacto estrecho (aislamiento por sospecha de infección) debe estar en situación de Incapacidad Temporal (IT). Aunque la IT esté extendida como enfermedad común se equipara a nivel de retribución a enfermedad profesional en todos los casos (dentro de territorio nacional español).
  2. Trabajador que tenga procesos o enfermedades de riesgo: Hay un listado de enfermedades sobre todo cardiovasculares o respiratorias que hacen que trabajadores que tengan estos procesos crónicos sean considerados como trabajadores de riesgo. Si la empresa puede dar opción de teletrabajo se le adjudicará esta modalidad. En caso de no ser posible se le encargarán tareas que no le expongan a un aumento de riesgo y se le ofrecerán los medios y equipamiento necesario para su protección. En caso de que ninguno de los requisitos previos se le pueda proveer, los servicios médicos de la empresa redactarán un informe indicando que este trabajador es de alto riesgo y se emitirá una IT por este motivo.
  3. Trabajador sano o recuperado de COVID-19 y sin patologías previas de riesgo: Se reincorporará a su actividad laboral en el momento y forma determinado. 

La opción más recomendable es siempre favorecer, en caso posible, el teletrabajo. El Institut Valencià de Seguretat y Salut en el Trevall (INVASSAT) propone el siguiente algoritmo para la reincorporación laboral del trabajador.  

 

 

SITUACIONES RELACIONADAS CON EL ENTORNO DE TRABAJO PARA LA PREVENCIÓN DE COVID-19

Existen una serie de situaciones que pueden suponer un riesgo de contagio por la acumulación de personas, como puede ser el transporte público (ida y vuelta del trabajo), uso de baños, salas de reuniones, comedores o vestuarios.

1. Transporte público

La opción más recomendable para ir al trabajo es ir andando o en bicicleta (manteniendo distancia de seguridad con otros peatones), vehículo particular (individual o máximo dos personas en diagonal y utilizando mascarilla) y la menos recomendable es el transporte público (mascarilla y evitando tocar superficies). En caso de usar vehículo particular se recomienda limpieza de superficies tras cada uso.

2. Puesto de trabajo

Normas de seguridad en el puesto de trabajo para prevenir el contagio por Coronavirus:

  • Separación mínima de 2 metros entre trabajadores. Si es posible utilizar mamparas separadoras entre puestos.
  • Evitar el uso de equipos compartidos.
  • Lavado de manos frecuente y limpieza y/o desinfección de superficies.
  • Si el trabajador desempeña sus funciones de cara al público deberá contar con protección adecuada, como es una protección ocular-facial, guantes, solución hidroalcohólica y mascarilla FPP2. Si la persona no trabaja cara al público utilizará mascarilla quirúrgica, solución hidroalcohólica y guantes.

3. Uso de baños y vestuarios

  • Evitar aglomeraciones en el espacio compartido. Mantener distancia de seguridad de 2 metros.
  • Mantener el máximo tiempo posible puertas abiertas y ventilación.
  • Lavado de manos. Secado con papel desechable.
  • Intentar mantener la limpieza del baño por parte de los usuarios.
  • Limpieza y desinfección de baños por parte de equipos de limpieza de forma periódica.
  1. Uso de comedor
  • Evitar aglomeraciones en el espacio compartido. Mantener distancia de seguridad de 2 metros.
  • Mantener el máximo tiempo posible puertas abiertas y ventilación.
  • Lavado de manos. Secado con papel desechable.
  • Intentar mantener la limpieza del comedor por parte de los usuarios.
  • Limpieza y desinfección de comedores por parte de equipos de limpieza tras el horario de comida.
  • Mantener protegidos los alimentos en envases cerrados.

5. Reuniones y formaciones

  • Realizar las reuniones y formaciones imprescindibles.
  • Desarrollar preferiblemente reuniones y formaciones no presenciales.
  • En caso de no poder realizarse de forma virtual:

o   Mínimas personas necesarias.

o   Mantener distancia de seguridad de 2 metros.

o   Lavado de manos (disponer de geles hidroalcohólicos).

o   Ventilar la sala tras su uso

4. PRECAUCIONES PARA LOS PROFESIONALES SANITARIOS

Para los profesionales sanitarios existen una serie de medidas generales y otras específicas:

1. Medidas generales: En los últimos días estamos viendo recomendaciones de no asistir a eventos de sanitarios multitudinarios en espacios cerrados (congresos, sesiones generales), con el fin de evitar transmisión entre profesionales sanitarios. El principal motivo es que tengamos que permanecer en aislamiento o cuarentena si somos casos probables o en tratamiento domiciliarios (casos leves) o ingresados (casos graves), ya que como sanitarios somos piezas claves en el manejo de esta pandemia para el resto de población.

Es importante identificar a todo el personal sanitario que atiende a los casos en investigación, probables o confirmados de infección por nuevo coronavirus. El riesgo deberá ser valorado de forma individualizada. Si no se han cumplido las medidas de precaución, serán considerados contactos estrechos y se manejarán como tales.

2. Medidas específicas: Son fundamentalmente la higiene de manos y el equipo de protección individual.

2.1 Higiene de manos

La higiene de manos es la medida principal de prevención y control de la infección. Deberá realizarse, según la técnica correcta y siempre en cada uno de los siguientes momentos:

  • Antes del contacto con el paciente.
  • Antes de realizar una técnica aséptica.
  • Después del contacto con fluidos biológicos.
  • Después del contacto con el paciente.
  • Después del contacto con el entorno del paciente.
  • Antes de colocarse el equipo de protección individual y después de su retirada      

Si las manos están visiblemente limpias la higiene de manos se hará con productos de base alcohólica; si estuvieran sucias o manchadas con fluidos se hará con agua y jabón antiséptico. El haber utilizado guantes no exime de realizar la correcta higiene de manos tras su retirada.

Las uñas deben llevarse cortas y cuidadas, evitando el uso de anillos, pulseras, relojes de muñeca u otros adornos.

Higiene de manos con solución hidroalcohólica 

1. En primer lugar, depositaremos en la palma de nuestra mano una dosis suficiente de producto que asegure cubrir todas las superficies
2. A continuación, frotaremos las palmas de nuestras manos entre sí 



3. En el siguiente movimiento frotaremos la palma de nuestra mano derecha contra el dorso de la izquierda, entrelazando los dedos y viceversa, con la otra mano.
4. Después lo haremos con las palmas de ambas manos entre sí, con los dedos entrelazados.
5. Acto seguido, frotaremos el dorso de los dedos de una mano con la palma de la mano opuesta, agarrándonos los dedos. 




6. A continuación, y en un movimiento de rotación, atraparemos el pulgar de una mano con la palma de la otra y repetiremos el movimiento con el dedo pulgar de la mano contraria.
7. Finalmente, frotaremos la punta de nuestros dedos de una mano contra la palma de la otra, haciendo un movimiento de rotación. Y haremos lo mismo con los dedos de la otra mano. 

Una vez secas, nuestras manos serán seguras. 

¿Cómo desinfectarse las manos? Fuente: OMS. Con acceso enhttps://www.who.int/gpsc/information_centre/gpsc_desinfectmanos_poster_es.pdf?ua=1

2.2. Equipo de protección individual (EPI)

El personal que tome las muestras clínicas atienda o traslade a casos en investigación, probables o confirmados o las personas que entren en la habitación de aislamiento, deberán llevar un equipo de protección individual para prevenir la transmisión de la infección. En los casos de pacientes menores o que requieran acompañamiento, el acompañante deberá adoptar las medidas necesarias para su protección mediante la utilización de equipos de protección individual adecuados. El equipo de protección individual se colocará antes de entrar en la habitación. Una vez utilizado se eliminará dentro de la habitación con excepción de la protección respiratoria que se retirará fuera de la misma. Se realizará una correcta higiene de manos después de retirar el equipo de protección. Los EPI desechables se deben colocar en los contenedores adecuados y deben ser tratados como residuos infecciosos. 

De acuerdo con lo establecido en las diferentes leyes y normativas, el equipamiento a usar frente a este tipo de casos debe estar certificado en base al Reglamento (UE) 2016/425 relativo a los equipos de protección individual, también denominados EPI, lo cual queda evidenciado por el marcado CE de conformidad.

 La recomendación general es la de utilizar EPI desechables, o si no es así, que al menos puedan desinfectarse después del uso, siguiendo las recomendaciones del fabricante. 

Los EPI deben escogerse de tal manera que se garantice la máxima protección con la mínima molestia para el usuario. Y para ello, resulta fundamental escoger la talla, diseño o tamaño que se adapte adecuadamente al mismo.  

Además, es fundamental una correcta colocación los EPI para evitar posibles vías de entrada del agente biológico. Del mismo modo es muy importante la adecuada retirada de estos, para evitar el contacto con zonas contaminadas y/o dispersión del agente infeccioso.  

Veremos a continuación cuáles son los EPI que pueden proteger al personal potencialmente expuesto durante el manejo de los pacientes en investigación o confirmados de infección por el coronavirus. La evaluación del riesgo de exposición permitirá precisar la necesidad del tipo de protección más adecuada.  

1. Material de protección respiratoria. 

Con el fin de evitar contagios, los casos confirmados y en investigación deben portar mascarillas quirúrgicas. También pueden llevar una mascarilla autofiltrante, pero es importante saber que en ningún caso ésta incluirá válvula de exhalación, ya que el aire exhalado pasaría directamente al ambiente sin ningún tipo de retención, favoreciendo la dispersión del virus. La colocación de la mascarilla quirúrgica a una persona con sintomatología respiratoria supone la primera medida de protección para el profesional sanitario.  

La protección respiratoria generalmente recomendada para los profesionales sanitarios que vayan a estar en contacto a menos de 2 metros con casos en investigación o confirmados, es una mascarilla autofiltrante tipo FFP2 o media máscara provista con filtro contra partículas P2.  

Las mascarillas autofiltrantes o los filtros empleados no han de reutilizarse y, por tanto, deberán desecharse tras su uso.  

Cuando se realicen procedimientos asistenciales en los que se puedan generar bioaerosoles en concentraciones elevadas, se recomienda el uso por el personal sanitario de mascarilla autofiltrante contra partículas FFP3 o media máscara provista con filtro contra partículas P3.  

Los equipos de protección respiratoria deberán quitarse en último lugar, tras la retirada de otros componentes como guantes, batas, etc. 

Las mascarillas autofiltrantes (que deben cumplir la norma UNE-EN 149:2001 +A1:2009) o, en su caso, los filtros empleados (que deben cumplir con las normas UNE-EN 143:2001) no deben reutilizarse y, por tanto, deben desecharse tras su uso. Las medias máscaras (que deben cumplir con la norma UNE-EN 140:1999) deben limpiarse y desinfectarse después de su uso. Para ello se seguirán estrictamente las recomendaciones del fabricante y en ningún caso, el usuario debe aplicar métodos propios de desinfección ya que la eficacia del equipo puede verse afectada. 

2. Guantes de protección. 

Los guantes utilizados habitualmente durante las actividades de atención al paciente y en laboratorios son los desechables, ya que las tareas asociadas requieren destreza y no admiten otro tipo de guantes más gruesos.  Sin embargo, destacar que, en otras actividades que no requieran tanta destreza, como por ejemplo en tareas de limpieza y desinfección de superficies que hayan estado en contacto con pacientes, puede optarse por guantes más gruesos y resistentes a la rotura. 

3. Ropa de protección. 

Respecto a la ropa, es necesaria la protección del uniforme del profesional sanitario de la posible salpicadura de fluidos biológicos o secreciones procedentes del paciente confirmado o en investigación al que se examine o trate.  

Este tipo de ropa, como equipo de protección individual que es, debe cumplir con la normativa de resistencia a la penetración de microorganismos. De esta forma, la ropa puede ofrecer distintos niveles de hermeticidad tanto en su material como en su diseño, cubriendo parcialmente el cuerpo como batas, delantales, manguitos, polainas, etc., o el cuerpo completo. En la designación, se incluye el Tipo y la letra B (de Biológico).  

En caso de que sea necesario protección adicional en alguna zona, como cierta impermeabilidad, también puede recurrirse a delantales de protección química, denominados Tipos PB [3] y PB [4] (PB procede de “Partial Body”) que, aunque no sean específicamente de protección biológica, pueden ser adecuados para el uso de protección contra salpicaduras mencionado o para complementar una bata que no sea un EPI.  

Se recomienda que la ropa de protección biológica sea desechable, ya que al eliminarse se evitan fuentes de posible contagio que pudieran aparecer en el caso de que la desinfección del equipo no se realizase correctamente. 

4. Protección ocular y facial 

Se debe usar protección ocular cuando haya riesgo de contaminación de los ojos a partir de salpicaduras o gotas (por ejemplo: sangre, fluidos del cuerpo, secreciones y excreciones).  

Los protectores oculares certificados para la protección frente a líquidos pueden ser gafas integrales frente a gotas o pantallas faciales contra salpicaduras. 

Es posible el uso de otro tipo de protector ocular, como son las gafas de montura universal con protección lateral, para evitar el contacto de la conjuntiva con superficies contaminadas (por ejemplo, contacto con manos o guantes). No obstante, si por el tipo de exposición se precisa garantizar una mayor protección y cierta hermeticidad de las cuencas orbitales, deberemos recurrir al uso de gafas integrales; y para la protección conjunta de ojos y cara, a pantallas faciales.  

Se recomienda usar siempre protección ocular durante los procedimientos de generación de aerosoles. Y cuando sea necesario el uso conjunto de más de un equipo de protección individual, deberemos asegurarnos de la compatibilidad entre ellos, lo cual es particularmente importante en el caso de la protección respiratoria y ocular simultánea, para que la hermeticidad de estos y su capacidad de proteger no se vean mermadas.  

Colocación y retirada de los EPI 

Con el fin de garantizar una adecuada protección durante la actividad asistencial, debemos seleccionar los EPI que garanticen esta protección y tenerlo en cuenta durante su colocación, de forma que no se alteren las funciones de protección específicas de cada equipo. En este sentido, es importante respetar siempre las instrucciones del fabricante. 

Los EPI deben ser almacenados adecuadamente, siguiendo las instrucciones dadas por el fabricante, de manera que se evite un daño accidental de los mismos o su contaminación.  

Y después de su uso, hay que asumir que los EPI y cualquier elemento de protección empleado pueden estar contaminados y convertirse en nuevo foco de contaminación, por lo que un procedimiento inapropiado de retirada podría provocar la exposición del profesional.  

Por todo ello, resulta fundamental implementar una secuencia de colocación y retirada de todos los equipos detallada y predefinida, cuyo seguimiento debe controlarse.  

Los EPI deben colocarse antes de iniciar cualquier actividad probable de causar exposición, y ser retirados únicamente después de estar fuera de la zona de exposición. 

Además, se debe evitar que los EPI sean una fuente de contaminación, procurando no dejarlos sobre superficies o zonas del entorno una vez que han sido retirados.  

Todo EPI será desechado tras su uso depositándolo en el contenedor excepto las gafas que, para su reciclado y uso personal del sanitario en posteriores intervenciones, serán lavadas con agua y jabón y desinfectadas con alcohol de 70 grados o solución hidroalcohólica. 

A continuación, detallaremos el protocolo de puesta y retirada de equipos de protección individual elaborada por OMS, y que puede consultarse en el siguiente enlace:https://www.who.int/csr/resources/publications/PPE_EN_A1sl.pdf

Colocación del EPI:

  1. En primer lugar, es importante identificar las posibles amenazas y riesgos, para seleccionar el equipo de protección adecuado. Planificar con antelación la puesta y retirada y verificar si se dispone de la ayuda de otro profesional, un espejo y contenedores o materiales adecuados para desechar el equipo cuando nos lo retiremos.
  2. A continuación, nos pondremos la bata de protección frente a la salpicadura de fluidos biológicos o secreciones.
  3. Una vez colocada, será el momento de ponerse la protección respiratoria y ocular. Para ello disponemos de dos opciones: usar una pantalla facial de protección frente a salpicaduras; o bien combinar el uso de mascarilla filtrante y gafas de protección. Es importante recordar que este equipamiento deberá ser de mayor nivel de protección (mascarillas auto filtrantes contra partículas FFP3 o media máscara provista con filtro contra partículas P3), en caso de realizar procedimientos que puedan generar aerosoles, como en algunos tratamientos respiratorios, aspiración de secreciones, intubación, reanimación cardiopulmonar, etc. 
  4. Finalmente nos colocaremos los guantes, procurando que cubran y queden por encima de los puños de la bata.  

Retirada del EPI:

  1. Una vez finalizada la atención sanitaria y en el momento de retirar el EPI, deberemos hacerlo con el objetivo de evitar nuestra propia contaminación y la de otras personas o el entorno. Para ello, retiraremos la equipación en un orden determinado, eliminando en primer lugar los materiales más contaminados.
  2. Nos quitaremos en primer lugar la bata y los guantes, de forma conjunta. Para ello, retiraremos la bata enrollándola hacia delante y cuando lleguemos al final sacaremos los guantes.
  3. A continuación, haremos higiene de manos, para la cual podemos utilizar solución hidroalcohólica.
  4. Una vez hecho esto, nos retiraremos los equipos de protección respiratorios y oculares. 
    1. En el caso de haber usado una pantalla facial, la retiraremos de forma segura, de atrás a adelante.
    2. Si hemos usado gafas y mascarilla filtrante, eliminaremos en primer lugar las gafas de atrás a adelante, y después la mascarilla, también de atrás hacia delante.
  5. Una vez retirados los EPI, procederemos nuevamente a una correcta higiene de manos.   

Conforme vayamos retirando los EPI desechables, estos deberán depositarse en contenedores de desecho adecuados y ser tratados como como residuos biosanitarios clase III.  

Si no se puede evitar el uso de EPI reutilizables, estos se deberán recoger en contenedores o bolsas adecuadas, y descontaminarse usando el método indicado por el fabricante antes de guardarlos. El método debe estar validado como efectivo contra el virus y ser compatible con los materiales del EPI, de manera que se garantice su integridad y su efectividad y protección no resulte comprometida. 

2.3. Limpieza de equipo utilizado

Muchas veces utilizamos instrumental en la exploración de pacientes con sospecha de infección COVID19. Como norma general todo el material que pueda ser desechable se desechará depositándolo tras su uso en los cubos de desecho (depresores, conos de otoscopio…). En caso de tener que utilizar instrumental o material que no pueda ser desechado (termómetro, tensiómetro, fonendoscopio) se procederá a su limpieza. Las siguientes normas proceden de la Gerencia Asistencial de Atención Primaria de la Comunidad de Madrid. 

Aerosol y estabilidad de la superficie del SARS-CoV-2 en comparación con el SARS-CoV-1

Este es el título de una carta al director publicada el 17 de marzo en la revista New England Journal of Medicine (10.1056 / NEJMc2004973) que reviste gran importancia, sobre todo para la seguridad de los profesionales en contacto directo con pacientes afectados por coronavirus.

El trabajo analiza la estabilidad del SARS-CoV-2 y del SARS-CoV-1 (el causante de la epidemia de 2003) en diferentes condiciones.

El experimento se ha realizado bajo una temperatura de 21-23 ºC y 40% humedad. Posiblemente en nuestro medio (con temperatura algo más alta y menos humedad los valores de supervivencia de los virus sean algo menores). 

  • El virus permanece en aerosoles más allá de las 3 horas con un declive exponencial. La vida media (50% de la concentración inicial) es 1,2 horas. 
  • En superficies de cobre no se detectan viriones más allá de las 4 horas (en el SARS-CoV-1 8 horas). 
  • La vida media del virus en superficies de cartón/papel es de unas 8 horas. No se detectan virus a las 24 horas. 
  • La vida media del virus en superficies de plástico y de acero inoxidable es de 6,8 y 5,6 horas respectivamente. Se detectan viriones en acero a las 24 horas y casi 48 en el caso de plásticos. 

Las conclusiones que podemos sacar son: 

  • No existe una diferencia sustancial, en términos de estabilidad, entre el SARS-CoV-1 y el 2.
  • La vida media en plástico tan larga y la detección de viriones hasta 48 horas en esta superficie hace tener especial cuidado en la limpieza de las gafas protectoras.
  • La transmisión por aerosoles y fómites es evidente. 

3. Medidas en condiciones especiales: 

Recogida de muestras. Para la toma de muestras biológicas el personal sanitario deberá llevar colocado el equipo de protección individual especificado. Se deberá utilizar el material y el medio adecuado especificado por el Servicio de Microbiología. Se preparará la muestra para su envío al laboratorio en la misma habitación o box donde se encuentre el paciente. Se limpiará la parte externa del tubo que contiene la muestra con un desinfectante de superficies o una toallita impregnada en desinfectante. 

El transporte de la muestra al laboratorio se hará en mano, nunca por el tubo neumático. La muestra se manipulará con las precauciones estándares del manejo de muestras clínicas. Es importante notificar precozmente al laboratorio que van a recibir dicha muestra. Para su transporte fuera del hospital, las muestras se considerarán potencialmente infecciosas (categoría B) y deberán ser transportadas en un triple embalaje (UN3373). 

Transporte sanitario de pacientes. Cuando sea necesario realizar el transporte del paciente, se hará en una ambulancia con la cabina del conductor físicamente separada del área de transporte del paciente. El personal que intervenga en el transporte deberá ser informado previamente y utilizará un equipo de protección individual adecuado. Una vez finalizado el transporte se procederá a la desinfección del vehículo y a la gestión de los residuos producidos. 

Se debe realizar la limpieza y desinfección de las superficies con las que ha estado en contacto el paciente y/o sus secreciones con un desinfectante incluido en la política de limpieza y desinfección del centro sanitario. Estos virus se inactivan tras 5 minutos de contacto con desinfectantes de uso por el público en general, como la lejía o con una solución de hipoclorito sódico que contenga 1000 ppm de cloro activo (dilución 1:50 de una lejía con concentración 40-50 gr/litro preparado recientemente). El personal de limpieza utilizará equipo de protección individual adecuado dependiendo del nivel de riesgo que se considere en cada situación. 

4.1 Procedimientos diagnósticos y terapéuticos que generan aerosoles y cómo manejarlos en la Pandemia COVID-19

El aerosol es un conjunto de partículas microscópicas, sólidas o líquidas, que se encuentran en suspensión en un gas (partículas menores de 5 micras). Hay determinadas maniobras que generan este tipo de partículas que proceden de las vías respiratorias del paciente y que se distribuyen por el entorno inmediato de manera que se aumenta considerablemente el riesgo de transmisión de enfermedades infecciosas. Evitar la transmisión de agentes patógenos es un objetivo fundamental para la protección de profesionales sanitarios y otros pacientes en plena pandemia COVID-19.

La mayoría de la literatura consultada se basa en la prevención de infección en procedimientos que generan aerosoles conocidos para otros agentes patógenos que se transmiten a través de este mecanismo (Tuberculosis, Sarampión, Varicela, SARS-CoV-1).  

Los procedimientos que generan aerosoles son:

  1. Procedimientos diagnósticos: Broncoscopias, lavado broncoalveolar, inducción de esputos, toma de material de orofaringe.
  2. Procedimientos terapéuticos: administración de medicamentos a través de aerosoles, aspirado de secreciones, oxigenoterapia de alto flujo, intubación ventilación mecánica no invasiva, ventilación mecánica invasiva, ventilación manual, realización de traqueostomía quirúrgica y resucitación cardiopulmonar.
  3. Otros: autopsias (sobre todo en el uso de motosierras o lavado intestinal), maniobras odontológicas. 

 

La primera medida es evitar estas maniobras en la medida de lo posible ante la sospecha de que el paciente pueda estar afectado por COVID-19 a través de:

  1. Demorar o evitar la maniobra generadora de aerosoles. Ante una afectación respiratoria severa que puede requerir acciones diagnósticas o terapéuticas urgentes, muchas veces no es posible, aunque se puede:
  • Disminuir el número de autopsias: Limitar el número de autopsias tanto clínicas como forenses a las estrictamente necesarias y mantener las medidas de protección adecuadas en aquellas imprescindibles de realizar.
  • Posponer procesos demorables: algunos procedimientos diagnósticos que no tengan nada que ver con el COVID-19 y que no pongan en riesgo la salud del paciente pueden ser demorados. 
  1. Sustituir la maniobra generadora de aerosoles por otra que no los genere: Por ejemplo, en el caso de uso de medicación respiratoria se pueden administrar en sistemas de inhalación de polvo seco que generan aerosoles heterodispersos cuyo tamaño de partícula oscila entre 1 y 2 micras. El mayor riesgo de transmisión de infección lo tienen los aerosoles generados por mecanismos de nebulización con dispositivos de agua seguidos de los nebulizadores tipo jet, ultrasónicos y de malla. Las cámaras espaciadoras tienen riesgo desconocido. 

En el caso que la maniobra no pueda ser demorada o evitada se realizará siguiendo las siguientes normas de protección: 

  1. Ambientales:
  • Cantidad de profesionales indispensable para su ejecución dentro de la habitación.
  • Traslado del paciente con mascarilla.
  • Habitación individual y, si puede ser, con presión negativa.
  • La salida de aire de la habitación deberá ir a zonas seguras del exterior (espacios donde no haya personas y lejos de las entradas de aire del edificio).
  • Disponer de un lugar adecuado para la eliminación de residuos y material de desecho.
  • Una vez realizada la maniobra hay que realizar una limpieza completa de la sala y, si no hay presión negativa, dejar pasar al menos una hora para la renovación completa del aire. 
  1. Protección personal con equipo de protección individual (EPI) completo (bata impermeable, gafas, mascarilla FPP2/FPP3 y guantes). Si hay riesgo de salpicaduras con líquidos corporales se recomienda además una pantalla facial. 

5. DIFUSIÓN DE BULOS SOBRE EL CORONAVIRUS 

En una sociedad globalizada e hiperconectada, el surgimiento de un problema de impacto internacional, que afecta a uno de los bienes más preciados como es la salud, genera multitud de bulos que se transmiten a través de las redes sociales con una velocidad y potencia impredecibles. 

Estos bulos generan desinformación y mayor alarma social:

  1. Respecto a la transmisión: No se transmite el coronavirus a través de picadura de mosquito, contacto con animales domésticos.
  2. Respecto a su tratamiento: No se trata el coronavirus con orina infantil, secado de manos con secadores de aire caliente, cocaína, frío o nieve, ajo, aceite de sésamo o antibióticos. 

Es digno de mencionar la iniciativa #SaludsinBulos de la agencia de comunicación COM Salud que buscar combatir los bulos de salud en colaboración con los profesionales sanitarios. Colaboran cerca de 50 sociedades científicas, colegios profesionales y asociaciones de pacientes. #SaludsinBulos  ha editado una serie de recomendaciones para detectar los bulos sobre coronavirus 

  • Busca la fuente. Al recibir una información relacionada con el coronavirus, fíjate de dónde procede. Desconfía de informaciones que no procedan de fuentes oficiales o institucionales, o que no cuenten con la colaboración y el respaldo de profesionales sanitarios identificables y con experiencia. 
  • No reenvíes de forma automática. Es habitual reenviar a familiares y amigos informaciones de salud que nos llegan a nuestras redes sociales y más aún si abordan asuntos de interés general como el coronavirus. No lo hagas. Piensa y contrasta antes de decidir reenviar una noticia sobre el coronavirus, muchas de ellas son bulos. 
  • Sé crítico. Debes saber que una de cada tres noticias de salud que son difundidas en Internet resultan ser falsas. Sé crítico ante titulares muy llamativos o noticias alarmantes sobre la epidemia. Esta actitud te ayudará a reconocer los bulos y no compartirlos. 
  • Las pseudoterapias nunca son la solución. En paralelo a la epidemia de coronavirus que estamos padeciendo globalmente, han aparecido numerosos “tratamientos milagro” que aseguran curar la enfermedad o prevenirla. Todas estas pseudoterapias son falsas, peligrosas para la salud y buscan un beneficio económico. Si recibes una información de este tipo, no la compartas y denúnciala. 
  • Recurre a páginas web fiables. Para informarte sobre el coronavirus, no acudas al doctor Google ni a fuentes desconocidas. Busca en páginas web y cuentas en redes sociales de organismos oficiales como el Ministerio de Sanidad, consejerías de Sanidad, y sociedades científicas con información al ciudadano. Estas webs informan citando las fuentes científicas en que se basan, apoyándose siempre en datos verificables. 
  • Ojo con las cadenas de Whatsapp. WhatsApp es el canal por el que más bulos se difunden. A menudo llegan en forma de audios de supuestos profesionales sanitarios o de textos de personas que mezclan datos reales con inventados, lo que les hace muy creíbles, pero sólo crean alarma. 
  • Contrasta las fotos y vídeos. Algunos bulos que están llegando estos días sobre el coronavirus vienen acompañados de imágenes falsas, de otros lugares y fechas. Existen buscadores inversos de imágenes para comprobar el origen. 
  • Cuidado con datos falsos. A menudo aparecen citados datos para convencer de la veracidad de un bulo, pero son falsos. No te dejes impresionar con las cifras y contrata que sean ciertas. 
  • No te dejes llevar por el pánico. Por último, es natural sentir preocupación ante la propagación del coronavirus y tener la necesidad de conseguir información. Son emociones humanas comprensibles, pero ten en cuenta que los bulos de salud se alimentan de tu miedo. No sucumbas al miedo irracional que pretenden los difusores de estas peligrosas noticias falsas. Ante el pánico, información veraz y de calidad.  
  • Denuncia. En la web de SaludsinBulos hay un apartado desde el que cualquier ciudadano puede contactar con el equipo y denunciar un posible bulo sobre el coronavirus. Además, tanto la Guardia Civil como la Policía Nacional cuentan con unidades específicamente dedicadas a investigar delitos telemáticos y es posible contactar también con ellos para denunciar bulos. 

Un magnífico informe sobre los bulos del coronavirus ha sido elaborado por el Instituto Salud sin Bulos accesible desde este enlace:

Para obtener información veraz y fiable dirigirse a fuentes sanitarias oficiales a nivel internacional, nacional o autonómico.

  

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