La preparación del lecho de la herida (PLH) es un concepto dinámico que debe ser planteado desde una visión holística, un planteamiento global del paciente. El concepto de (PLH) ha ganado reconocimiento a lo largo de los años como método para el abordaje de heridas crónicas.
Comprender la fisiología cicatricial, el microambiente de la lesión cutánea, desde la visión integral del paciente hasta la individualidad y peculiaridad de su herida, el abordaje multidisciplinar y el conocimiento del material terapéutico desarrollado para las heridas, nos permitirá tratarlas con el rigor científico que merecen, el sentido crítico que precisan y la pasión de los profesionales que día a día las atienden.
A finales del S. XX, Vincent Falanga introdujo el término preparación del lecho de la herida (PLH); la definición traducida al español sería: “el abordaje de una herida para acelerar la cicatrización endógena o para facilitar la efectividad de otras medidas terapéuticas”. El concepto de PLH ha ganado reconocimiento a lo largo de los años como método para el abordaje de heridas crónicas.
El concepto de PLH consta de 8 puntos desglosados en 15 actuaciones que conjuntamente permiten una valoración integral del paciente que padece una herida crónica:
Punto 1- Tratar la causa
- Valorar la capacidad del paciente para cicatrizar. Considerar: la aportación sanguínea y factores concretos del huésped (enfermedades concomitantes, drogas…).
- Tratar correctamente la causa de la lesión tisular (presión, humedad, fricción, insuficiencia arterial, venosa, pie diabético…).
Punto 2-Autonomía del paciente
- Lograr que el paciente tome parte activa en las decisiones. El dolor y la calidad de vida deben evaluarse y registrarse y formar parte del plan de tratamiento.
- Proporcionar educación y soporte para el paciente a efectos de incrementar la coherencia con el proceso del tratamiento.
Punto 3-Cuidados locales de la herida
- Valorar y realizar un seguimiento del historial de la herida y las características físicas (Localización, tamaño, base, exudado, piel perilesional, categorización y dolor).
Punto 4- Desbridamiento
- Desbridar las heridas que pueden cicatrizar, retirando el tejido necrótico y no viable (de forma cortante, autolítica, enzimática, mecánica, biológica). En heridas que no pueden cicatrizar, solo deberá retirarse el tejido no viable. El desbridamiento activo que conlleve sangrado está contraindicado.
Punto 5- Inflamación y equilibrio bacteriano
- Valorar la herida en cuanto a equilibrio bacteriano, infección o inflamación persistente.
- Utilizar agentes antibacterianos tópicos no sensibilizantes ante síntomas y signos locales de un incremento de la carga bacteriana.
- Usar antibióticos sistémicos si signos y síntomas de infección sobrepasan los bordes de la herida o la úlcera alcanza el hueso.
- En inflamación persistente, los antiinflamatorios tópicos o sistémicos pueden considerarse basándose en el proceso superficial, local o sistémico de la enfermedad.
Punto 6 -Equilibrio de la humedad
- Limpiar heridas con suero salino normal templado. Uso de antisépticos tópicos SOLO para heridas que no cicatrizan o cuya carga bacteriana local es más importante que la estimulación de la cicatrización.
- Seleccionar el apósito correcto para el adecuado equilibrio de la humedad que estimule al tejido de granulación y la re-epitelización.
Punto 7- El efecto borde
- Evaluar la velocidad de cicatrización para determinar si el tratamiento es óptimo.
Si nota que no lo es, reevaluar la causa y la problemática específica del paciente.
- Aplicar terapias activas de curación de heridas (agentes biológicos, injertos de piel, terapias avanzadas) cuando todos los otros factores han sido corregidos y aún así la cicatrización no progresa.
Punto 8- Generalidades
- Los mejores resultados se basan en la educación y la evidencia, unido a grupos interdisciplinarios y la cooperación de los sistemas sanitarios.
Al contrario de lo que se pueda pensar, el concepto de PLH en es un concepto dinámico, que no estático, ya que debe adaptarse a las necesidades de la herida y el proceso de cicatrización. Por ejemplo, pueden existir zonas de la herida que se encuentren en fase de remodelación y otras en fases de inflamación.
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