El diagnóstico diferencial identifica una determinada situación de enfermedad mediante la comparación y eliminación de otras posibles causas que pueden cursar con un cuadro clínico similar o semejante.
El diagnóstico diferencial debe plantearse de manera integral para determinar la magnitud del daño vascular arterial y descartar una posible afección venosa concomitante variando el tratamiento y pronóstico a plantear de una manera importante.
El diagnóstico de la enfermedad/insuficiencia se establece en base a:
- Las características lesivas
- La morfología descritas en las manifestaciones clínicas
- La palpación de pulsos y realización de un Doppler /Eco-Doppler
- El diagnóstico diferencial debemos realizarlo con toda aquella lesión de extremidad inferior para descartar cualquier tipo de origen (venosas, arteriales, vasculitis, neuropáticas, hipertensivas, postraumáticas, hematológicas, infecciosas, por carcinomas primarios o metastáticos, etcétera).
La exploración minuciosa de intensidad de pulsos, morfología de la lesión, alteraciones de sensibilidad, coloración y anejos cutáneos nos orientará al diagnóstico etiológico.
9.1. ETIOLOGÍAS POSIBLES DE LAS LESIONES EN EXTREMIDAD INFERIOR
La recogida de datos en la anamnesis inicial del paciente nos ayudará en los pasos siguientes en la diferenciación etiológica, individual (venosa vs arterial) o combinada Los factores de riesgo cardiovascular que la persona presenta (hipertensión arterial, diabetes, dislipemia enfermedad arteriosclerótica, enfermedad trombótica, obesidad, tabaquismo, alcoholismo) son unos grandes indicadores que nos facilitaran en gran medida la diferenciación junto con las medidas preventivas y promoción de la salud que aplicaremos en nuestros planes de cuidado.
No debemos olvidar en la recogida de datos los tratamientos que toma de manera crónica y/o aguda pudiendo ser un factor de retardo en la cicatrización de las heridas en las extremidades inferiores como: hidroxiurea, anticoagulantes, citostáticos, antiinflamatorios no esteroideos, colchicina, corticoides, y otros inmunosupresores.
La evolución de la lesión en aparición y tiempo de lesión cutánea abierta también son de interés.
Las lesiones de larga evolución en ancianos pueden y debe evaluarse como un problema de senescencia celular.
La presencia y presentación de dolor ayudan a diferenciar entre úlceras de origen venoso o arterial.
Las ulceras venosas empeoran en las situaciones donde se aumenta la presión venosa, bipedestación estática, aliviándose la molestia o dolor al deambular.
De igual manera las ulceras venosas mejoran con reposo y elevación de la extremidad o la terapia compresiva.
Frente a esta sintomatología, el dolor arterial aparece en reposo o durante la deambulación, es mucho más intenso que el venoso, empeora con la elevación de la extremidad y la compresión.