El principal objetivo de la administración de un medicamento es lograr la concentración efectiva de la sustancia, que ejercerá una acción terapéutica en un sitio específico, alcanzará los efectos deseados y evitará la toxicidad.
6.1 SEGURIDAD EN LA ADMINISTRACIÓN DE MEDICACIÓN
La preparación y administración de fármacos en el periodo pediátrico y neonatal no es una actividad fácil debido, básicamente, a una escasa evidencia científica en el uso de fármacos en estos grupos de edad, a la falta de preparaciones comerciales diseñadas para esta población y a que las dosis no están bien definidas, porque se extrapolan las de adulto o se ajustan en función del peso o la superficie corporal, lo que puede llevar a usar dosis tóxicas o ineficaces.
Por otra parte, la necesidad de ser precisos en el cálculo de las dosis y de mantener el capital venoso del paciente, sobre todo neonatal, obliga a diluir los fármacos antes de su administración parenteral. Durante este proceso, se aumenta el riesgo de error en cuanto al cálculo, al diluyente elegido, la concentración final o la estabilidad de la mezcla.
La seguridad del paciente constituye una prioridad de los sistemas sanitarios. Los errores de medicación y los acontecimientos adversos prevenibles, constituyen un grave problema de salud pública con importantes repercusiones, no solo desde el punto de vista humano, asistencial y económico, sino también porque generan desconfianza de los pacientes en el sistema y dañan la imagen de los profesionales e instituciones sanitarias.
Los errores de medicación en pediatría son tres veces más frecuentes que en la edad adulta. La incidencia es mayor en las unidades neonatales, cuidados intensivos pediátricos y urgencias. Los errores de medicación ocurren en todas las etapas del sistema de utilización de los medicamentos, aunque la mayoría de estudios detectan un mayor porcentaje de errores en la prescripción y en la administración. El error más frecuente ocurre en el cálculo de dosis erróneas.
6.2 ADMINISTRACIÓN DE FÁRMACOS POR VÍA PARENTERAL
Hace referencia a la administración de los fármacos, atravesando una o más capas de la piel o de las membranas mucosas, mediante inyección.
Antes de proceder a la administración de cualquier fármaco por vía parenteral, hay que tener en cuenta una serie de medidas higiénicas para la prevención de infecciones relacionadas con la asistencia sanitaria: lavado higiénico de manos previo, disponer de un lugar exclusivo, limpio y con buena iluminación para la preparación de medicación, identificar a la persona que va a preparar la medicación (brazalete, dorsal, gorro, chaleco…) Para advertir al resto del equipo de que no la interrumpan y evitar distracciones.
Es importante cargar siempre la medicación con el tamaño de la jeringa adecuada a las cantidades que se van a preparar. Utilizar siempre la jeringa inmediatamente superior en mililitros al volumen necesario (para volúmenes entre 0,1 ml y 1 ml, utilizar jeringas de 1 ml, para volúmenes, entre uno, 1 ml y 2 ml, utilizar jeringas de 2 ml, etc.) preferiblemente, utilizar jeringas, conexión, Luer-Lock y el menor espacio muerto.
Los viales intravenosos han de ser de uso exclusivo de cada paciente. En viales de utilización multidosis, utilizar siempre una aguja y jeringa estéril para cada dosis a cargar.
No recuperar el contenido sobrante de las ampollas de fármacos abiertas para su utilización posterior ni utilizar ningún fluido parenteral que presente turbidez, fugas o partículas.
Por otro lado, no se recomienda utilizar agujas mayores de 21 G para pinchar el vial de caucho. Se debe hacer con un ángulo de unos 45° y con el bisel de la aguja hacia arriba para evitar el efecto Coring (desgarro que se produce en el tapón de goma, cuando es atravesado por una aguja de inyección, y que puede generar partículas de este que se precipita al interior del recipiente que encierra o que se introducen por el bisel de la aguja).
Desinfectar los puntos de acceso de la válvula de inyección (bio-conectores) y la goma de los viales con clorhexidina alcohólica al 0,5 % o alcohol de 70°, esperando 30 segundos antes de su uso. Medir exactamente la cantidad de fármaco diluyente a utilizar (los sueros y algunas ampollas no contienen la cantidad que figuran en el etiquetado).
Se debe asegurar que el volumen cargado incluye el purgado del cono de la jeringa y, cuando sea necesario, de la hoja de inyección.
Comprobar el volumen cargado a la altura de los ojos, una vez eliminado el aire.
Nunca conservar las perfusiones continuas durante más de 24 horas, excepto las bombas de infusión continua, de fármacos vasoactivos y por prescripción médica.
Reconstitución y dilución: la reconstitución y la dilución. Son dos conceptos importantes en la preparación de fármacos parenterales, que se describen a continuación.
GENERALIDADES DE LA ADMINISTRACION INTRAVENOSA:
Como norma general, antes de administrar un fármaco por vía intravenosa, se debe comprobar la permeabilidad de la luz del catéter administrando solución lavadora.
No hay que utilizar soluciones heparinizadas como solución lavadora.
Se aconseja utilizar SG 5 % o SF, pero este último con precaución en pacientes con insuficiencia cardíaca o insuficiencia renal.
Lavar con la solución seleccionada antes y después de cada administración de medicamentos, salvo que se asegure la compatibilidad del medicamento con la solución intravenosa, tanto si la vía está heparinizada, como si se está administrando por ella una perfusión continua.
Administrar el medicamento en la entrada más cercana al sitio de venopunción, disminuyendo así el volumen de solución lavadora a utilizar. Registrar la cantidad y tipo de solución lavadora utilizada, junto con el volumen del medicamento que se administra, para que posteriormente, se pueda calcular de una manera más práctica y fiable el volumen acumulativo diario. En los prematuros, la cantidad de solución lavadora es vital para el balance hídrico.
6.3 GENERALIDADES DE LA ADMINISTRACIÓN INTRAMUSCULAR
La zona de elección Neonatos es la región antero externa del muslo. La inyección correcta se realizará con un ángulo de 45°. En niños con edad inferior a 12 meses el ángulo de punción será de 90°. El volumen máximo que se puede administrar es de 0,5 ml. El tamaño de las agujas más utilizadas son las de 25G y 27 G.
6.4 GENERALIDADES DE LA ADMINISTRACIÓN INTRAÓSEA
Está indicada en situación de emergencia, cuando un acceso a una vía venosa no ha sido posible por un lapso de cinco minutos o más.
6.5 GENERALIDADES DE LA ADMINSTRACIÓN SUBCUTÁNEA
La administración subcutánea se utiliza como una opción alternativa cuando la vía oral no es efectiva, ofreciendo un acceso cómodo y amplio a través del tejido subcutáneo. Es, por lo tanto, una práctica esencial en manejo clínico del paciente pediátrico, ya sea para el tratamiento de patologías agudas o crónicas.
FÁRMACOS UTILIZADOS Y SU UTILIZACIÓN EN PEDIATRÍA
La administración subcutánea ofrece una serie de ventajas significativas; al ser administrados directamente en el tejido subcutáneo, los medicamentos entran rápidamente en el torrente sanguíneo sin necesidad de metabolización hepática previa y alcanzando una alta biodisponibilidad cercana al 90%.
Se destaca la preferencia por:Fármacos hidrosolubles, baja viscosidad, pH neutro, soluciones isotónicas, evitando pH extremos, fármacos poco irritantes y bajo peso molecular.
La elección entre el agua para inyección y la solución salina normal (NaCl 0,9%) como diluyente es objeto de debate. Se recomienda el SSF 0,9% porque es isotónico y por tanto, es menos probable que contribuya al desarrollo de reacciones en el lugar, pudiéndose usar con la mayoría de los medicamentos. En algunos casos, está indicado el agua para inyectables para la dilución (ejemplo: fenobarbital).
6.6 ADMINISTRACIÓN DE FÁRMACOS POR VÍA ORAL
La administración por vía oral es más fisiológica que la parenteral, más segura y más económica, aunque no está libre de complicaciones. Muchas veces, la administración oral se realiza a través de sonda orogástrica o nasogástrica.
Se han de utilizar jeringas y líneas de nutrición oral (color morado) para evitar confusiones con la vía parenteral. Es importante asegurarse de la correcta colocación y localización de la sonda y permeabilidad, lavándola con agua destilada (1,5 del volumen de la sonda), antes y después de la administración del fármaco (como limpieza). Evitar la mezcla de varios fármacos en la jeringa y en la sonda.
Todos los fármacos orales pueden administrarse por sonda transpilórica, excepto el ácido acetilsalicílico y el ácido valproico.
Para poder administrar un fármaco, la forma farmacéutica debe ser manipulada, lo que puede afectar a sus características a su perfil farmacocinético, al efecto farmacológico y a la aparición de efectos secundarios. La mayoría de fármacos orales que se administran en neonatos y pediatría son formas farmacéuticas orales preparadas por el servicio de farmacia del Hospital.
6.7 ADMINISTRACIÓN DE FÁRMACOS POR VÍA INHALATORIA/ ENDOTRAQUEAL
La vía inhalada es la vía de administración de medicamentos de acción directa sobre los pulmones, con una mayor rapidez, una dosis más pequeña del fármaco y menor incidencia de efectos secundarios. A continuación, se describen las diferentes formas de administración en el paciente pediátrico y neonatal.
- Vía intranasal
- Vía inhalatoria
- Vía endotraqueal
6.8 ADMINISTRACIÓN DE FÁRMACOS POR VÍA OFTÁLMICA
La administración de fármacos por vía oftálmica consiste en la aplicación directa sobre el ojo de preparados oftálmicos, como gotas (colirios) o pomadas.
- Colirios
- Pomadas
