2.2. Destrezas interpersonales
Se entiende como las habilidades para desarrollar un vínculo de confianza con el paciente.
Para poder analizar la información es necesario haber validado los datos con el propio paciente. Y en base a esos datos validados, estableceremos el diagnóstico de enfermería, preguntando y pidiendo opinión al propio paciente. Esto es necesario porque el actor principal de los cuidados de enfermería, no es la enfermedad, sino la persona.
La habilidad interpersonal más importante para la enfermería es la Escucha Activa. Para llevar a cabo esta escucha activa es necesario:
- Evitar acciones o gestos que distraigan al paciente.
- Mantener el contacto visual con el paciente.
- Hacer preguntas siempre y cuando sean necesarias.
- Asentir con la cabeza mostrando una expresión facial adecuada.
- Evitar interrumpir al paciente cuando está hablando.
- Parafrasear o repetir las palabras del paciente para confirmar los datos obtenidos de la conversación. Es necesario establecer un canal para la retroalimentación o feed-back.
2.3. Destrezas técnicas
Para la enfermería las destrezas técnicas están relacionadas con el conocimiento y habilidad de realizar una buena valoración enfermera donde se pueda sustentar el diagnóstico de enfermería.
Para poder realizar una valoración enfermera, además de tener habilidades interpersonales para la obtención de datos procedentes de la entrevista personal, es necesario saber realizar una serie de técnicas profesionales con el fin de recoger datos objetivos provenientes del examen clínico.
Estas habilidades técnicas se consiguen mediante el estudio teórico de una serie materias específicas, y mediante el ejercicio de la práctica clínica que posea la enfermera.
2.4. Flexibilidad con la ambigüedad
Es necesario adaptarse a las condiciones particulares de cada paciente, de cada sistema de salud, y de cada centro de trabajo, con el fin de poder establecer los diagnósticos de enfermería más precisos, planteando las intervenciones enfermeras más adecuadas en función del estado de la ciencia, de la normativa local vigente, y del acceso físico a medios (por ejemplo; disponer de un quirófano), y materiales (por ejemplo; medicamentos y productos sanitarios.).
Además, hay que adaptarse a las características biológicas, psicológicas, sociales, y espirituales del paciente, ya que las respuestas personales de un individuo ante una alteración de la salud son diferentes.
2.4. Práctica reflexiva
Se define como la habilidad para examinar introspectivamente nuestras propias conductas, con el fin de determinar nuestras fortalezas y debilidades relacionadas con la práctica profesional.
Las cualidades de una enfermera que utilice la práctica reflexiva son:
- Mente abierta. Tiene relación con la capacidad de aceptar las indicaciones sobre nuestros puntos fuertes y débiles en el ejercicio práctico.
- Responsabilidad. Entendida en este caso como la capacidad de una enfermera, para reconocer y aceptar las consecuencias de la emisión de un diagnóstico.