2. ANÁLISIS DE COMPORTAMIENTOS Y VALORES
2.1. ÉTICA Y VALORES
Toda institución sea pública o privada ha de disponer de unos valores bien definidos, una marca de distinción, unas palabras que por sí solas definan los objetivos fundamentales de la misma, esto forma parte de la carta de presentación, es parte del ser de la propia empresa, es mostrar su manera de actuar. Si repasamos los valores de empresas muy conocidas en sectores tan diversos como las bebidas de cola, la energía eléctrica, la seguridad, entre otras vemos que definen sus valores con estos términos: liderazgo, colaboración, integridad, pasión, diversidad, calidad, proactividad, excelencia, marca, trabajo en equipo, compromiso social, lealtad, innovación… Valgan estos ejemplos:
- http://www.cocacolaespana.es/informacion/vision-mision-valores
- http://www.empresa.nestle.es/es/sobre-nestle/mision-vision-valores
- http://www.pepsico.es/company/values/
¿Y las instituciones sanitarias? También definen sus valores con términos como los siguientes: conocimiento, humanismo, calidad, iniciativa, accesibilidad, acogida, pericia, confianza… Sólo nos hemos de dar un paseo por sus websites:
- http://www.vhebron.net/missio-valors-i-visio
- http://www.santpau.cat/es/web/public/qs-objectius-valors
- http://www.juntadeandalucia.es/servicioandaluzdesalud/hrs3/index.php?id=mision_vision_valores
- http://www.lafe.san.gva.es/mision-vision-y-valores
Los valores de la empresa son los pilares más importantes de cualquier organización. Con ellos en realidad se define a sí misma, porque los valores de una organización son los valores de sus miembros, y especialmente los de sus dirigentes.
Y los gestores enfermeros, han de tener valores: sin duda si, cualquier gestor ha de tener sus propios valores a defender bajo cualquier concepto, valores intrínsecos a mantener durante su ejercicio como gestor, valores que permitan a su centro de trabajo y a los profesionales que con el trabajan identificar esa manera propia de actuar. Como gestor sanitario, y a lo largo de mi desempeño profesional, valorando todas las experiencias vividas he ido componiendo mi línea de valores, unos valores que siempre he procurado mantener, ya que son mis señas de identidad, rasgos personales, maneras de vivir la gestión, que por propio interés se han de mantener vigentes e incorruptibles a lo largo del tiempo.
El Proyecto HUGES, Humanizando la Gestión Sanitaria, elaboró en modo colaborativo en red en noviembre de 2017, el Decálogo del liderazgo humanizado, que vimos anteriormente, en mi caso como gestor tengo mis propios valores que son: justicia, trasparencia y respeto
- Justicia: Equidad en la toma de decisiones, sin influencias, haciendo uso de las normativas vigentes sin excepciones. Con trato igualitario sin distinción, el ser justo va a aumentar nuestra credibilidad como gestores sanitarios.
- Transparencia: No hay nada que moleste más a los profesionales que un gestor no sea transparente. La ocultación de información, sea la que sea, lo único que consigue es que los profesionales pierdan la confianza en el gestor. La transparencia se puede conseguir de muchas maneras: información universal a todo el personal, actualmente es un valor fácil de conseguir: medios telemáticos a nuestra disposición: e-mail, intranets… Que nadie puede estar desinformado para evitar ser acusados de no ser transparentes.
- Respeto: Los profesionales merecen TODO el respeto por parte de sus mandos, un gestor que pierda el respeto por sus subordinados deja de merecer la confianza. No hemos de olvidar que a pesar del puesto que ocupemos en la organización, todos merecemos respeto.
La lista de valores podría ser mucho más amplia, tal como planteó el Proyecto HUGES pero a nivel personal como gestor es mejor empezar con una lista realista, ¿Cuántos objetivos nos planteamos?, soy de la opinión que hay que plantearse objetivos medibles, asumibles, potencialmente resolutivos, y escoger estos tres valores permite una combinación práctica excelente para poder obtener una respuesta adecuada, con niveles de confianza muy buenos, que mantengan la credibilidad. Estos son mis valores en la actualidad, en los que baso mi práctica diaria como gestor, y a modo de ejemplo los expongo en este artículo, los valores han de ser mantenidos pero también deben ser actualizados periódicamente para adaptar los mismos a las nuevas necesidades y variaciones de escenarios. Los gestores sanitarios y por ende los gestores enfermeros han de tener valores claros y definidos, comprometidos con la institución y sus profesionales, y lo que nunca se debe olvidar: tus valores se han de mantener siempre.
Es evidente que las consecuencias de una institución sanitaria sin referentes éticos nunca son neutras. En el campo de la salud, quizás por efecto paradójico, cuando una enfermera realiza una cura, por ejemplo, está gestionando recursos económicos. Cuando lo hace mal por no haber escuchado bien o por miedo a represalias o por el sentimiento que produce contar con muchos controles, está malgastando recursos y amenazando el equilibrio del sistema. Cuando es resolutivo saludablemente y atiende personalizadamente a los pacientes y familias, puede encontrarse con que con que le consulten más –incluso innecesariamente-, hasta un punto que puede llegar a la saturación y a convertir en inviable el mismo sistema porque los propios pacientes con sus expectativas planteen problemas nuevos.
No es fácil gestionar. No es fácil establecer prioridades con criterios de igualdad y accesibilidad, partiendo del hecho de que los recursos son, en todo caso, limitados, además de ser escasos en algunos ámbitos.
Por eso, cuanto más conscientes somos de la relación entre gestión, ética y humanización, más responsables hemos de ser en el reto de impregnar el mundo de la salud de lo más genuinamente humano.
“La humanización es muy difícil de implementar, fundamentalmente porque es una actitud de los profesionales, los valores que la sustentan son invisibles, no se pueden medir, y están infravalorados en el ámbito sanitario”. Mercedes Carreras.
Según el Código Deontológico de la Enfermería Española (https://www.codem.es/codigo-deontologico): la Enfermera/o reconoce que la libertad y la igualdad en dignidad y derecho son valores compartidos por todos los seres humanos, que se hallan garantizados por la Constitución Española y la Declaración Universal de Derechos Humanos. Por ello, la Enfermera/o está obligado a tratar con el mismo respeto a todos, sin distinción de raza, sexo, edad, religión, nacionalidad, opinión política, condición social o estado de salud. Consecuentemente las Enfermeras/os deben proteger al paciente, mientras esté a su cuidado, de posibles tratos humillantes, degradantes, o de cualquier otro tipo de afrentas a su dignidad personal. En ejercicio de sus funciones, las enfermeras/os están obligadas a respetar la libertad del paciente, a elegir y controlar la atención que se le presta. Y si extrapolamos lo que tiene que cumplir una enfermera a los gestores enfermeros nos encontramos en la misma situación:
Dignidad, igualdad, no discriminación, protección de los profesionales a su cargo, no ejerecer tratos humillantes, degradantes o indignos.
Siguiendo con el Código Deontológico de la Enfermería Española, hay un apartado dedicado a las condiciones de trabajo, alguna de ellas dirigida de manera expresa a quienes “accedan a puestos de relevancia o responsabilidad”:
- La Enfermera/o que acceda a puestos de relevancia o responsabilidad en la Administración Sanitaria o en centros sanitarios, deberá tratar en todo momento con corrección a sus colegas, aún en el caso de surgir discrepancias.
- Las Enfermeras/os deben trabajar para asegurar y mantener unas condiciones laborales que respeten la atención al paciente y la satisfacción de los profesionales.
- Aun en el caso de conflictos laborales y de suspensión organizada de los servicios profesionales, la Enfermera/o tendrá presente que su primera responsabilidad es atender a los intereses de los enfermos.
- La Enfermera/o que participe en un conflicto laboral, tiene el deber de coordinar y comunicar las medidas adoptadas para garantizar la continuidad de los cuidados que necesitan sus pacientes.
- Cuando la Enfermera/o observare que las deficiencias que se dan en las instituciones sanitarias, públicas o privadas, en que presta sus servicios, pueden influir negativamente sobre la salud o la rehabilitación de los pacientes que tiene a su cargo, deberá ponerlo en conocimiento del Colegio, para que éste tome las medidas oportunas. El Colegio, si la gravedad del caso lo requiere, lo comunicará al Consejo General, para que éste, a nivel de Estado, ejerza las acciones oportunas ante los organismos competentes y dicte las instrucciones necesarias para la debida protección de los pacientes y del personal de Enfermería.
