Fármacos en la Hemostasia: Anticoagulantes, Antiagregantes y Fibrinolíticos


2.2. Anticoagulantes orales

Los anticoagulantes orales o antivitaminas K son sustancias emparentadas químicamente con la vitamina K, que se administran por vía oral y cuyo mecanismo de acción viene dado por la inhibición de la reducción enzimática de la vitamina K, impidiendo que se produzcan determinados factores de coagulación. Su efecto máximo, no aparecerá hasta por lo menos 36 horas después de ser administrados. Por tanto, no estarán indicados para tratamientos de urgencia, sino para tratamientos crónicos. La duración de su efecto se prolonga varios días.

Se clasifican en dos grandes grupos:

  • Cumarinas: bishidroxicumarina o dicumarol, biscumacetato de etilo, acenocumarol, fenprocumón y warfarina.

  • Inandionas: fenindiona, difenadiona y anisindiona 

El acenocumarol y la warfarina son los anticoagulantes orales de uso más extendido en España.


Los anticoagulantes orales atraviesan la barrera hematoencefalica y placentaria, y pueden llegar a leche materna. Se metabolizan en el hígado y sus metabolitos son expulsados por riñón y heces. Poseen buena relación dosis-respuesta anticoagulante, pero su uso prolongado en el tiempo puede llevar a fluctuaciones del efecto sin variación de la dosis, debido generalmente a procesos fisiológicos o patológicos, cambios en la dieta o administración de otros fármacos.

El ajuste de la dosis se realiza en cuanto al INR (razón normalizada internacional) que, en situaciones normales, debe mantenerse entre 2-3.

 

Las reacciones adversas son frecuentes debido, especialmente a las numerosas interacciones. Por ello, un paciente que este en tratamiento con estos fármacos siempre debe consultar antes de tomar cualquier otro fármaco. Las principales reacciones adversas son: hemorragia, defectos congénitos, abortos, hemorragia fetal o neonatal si se administra a embarazadas, necrosis cutánea y síndrome de los dedos morados por cumarinas. Con menor frecuencia: alopecia, urticaria, dermatitis, fiebre, náuseas, diarrea, cólico abdominales y anorexia.

 

En el tratamiento o prevención de las TVP y/o de la embolia pulmonar, una vez resuelto el accidente trombótico agudo e instaurado el tratamiento con heparina intravenosa, debe administrarse un anticoagulante oral de forma inmediata, incluso a la vez que la heparina, debido a que como comentábamos anteriormente los efectos tardan tiempo en instaurarse. 

Otras indicaciones de los anticoagulantes orales son: prevención de la embolia cerebral en enfermedades cardiacas como la fibrilación auricular o reemplazos de válvula cardiaca. En estos casos el INR debe situarse entre 2,5–3,5. Aunque pueden utilizarse en otros procesos no han mostrado mayor efectividad que los antiagregantes y si un mayor riesgo por lo que su uso en estos casos es más discutido.