1. INTRODUCCIÓN
Las investigaciones se originan por dudas que nos surgen, sin importar en un primer momento el enfoque que habremos de seguir. Para iniciar una investigación siempre se necesita una idea. La idea de investigación surge de experiencias previas, ya sea de la lectura de la bibliografía existente, de la observación de eventos, de pensamientos o de problemas específicos de la práctica diaria. Las ideas constituyen el primer acercamiento a la realidad objetiva (desde la perspectiva cuantitativa), a la realidad subjetiva (desde la perspectiva cualitativa) o a la realidad intersubjetiva (desde la óptica mixta) que habrá de investigarse.
Las fuentes de ideas para una investigación pueden ser muy variadas: experiencias individuales, materiales escritos (libros, artículos de revistas o periódicos, notas y tesis), materiales audiovisuales y programas de radio o televisión, información disponible en internet (en su amplia gama de posibilidades, como páginas web, foros de discusión, entre otros), teorías, descubrimientos producto de investigaciones, conversaciones personales, observaciones de hechos, creencias e incluso intuiciones y presentimientos.
Inicialmente las preguntas son generales, poco precisas y requieren analizarse con cuidado para que se transformen en planteamientos más precisos y estructurados. Es importante acotar esta pregunta para obtener respuestas concretas, para lo cual se requiere una revisión bibliográfica sobre la idea o buscar referencias.
Las buenas ideas deben alentar al investigador, ser novedosas y servir para la elaboración de teorías y la resolución de problemas.
A menudo en investigación para la salud, las ideas nos las proporcionan otras personas y responden a determinadas necesidades, un paciente nos puede solicitar una investigación sobre cierto tema; en el trabajo, un superior puede requerirle a un subordinado un estudio en particular; o desde la gerencia pueden venir marcadas unas líneas de investigación determinadas.
Para adentrarse en el tema es necesario conocer estudios, investigaciones y trabajos anteriores, especialmente si uno no es experto en el tema.
Podemos encontrarnos ante diferentes situaciones:
- Temas ya investigados, estructurados y formalizados, sobre los cuales es posible encontrar documentos escritos y otros materiales que reportan los resultados de investigaciones anteriores.
- Temas ya investigados, pero menos estructurados y formalizados, el conocimiento puede estar disperso o no ser accesible. De ser así, habría que buscar los estudios no publicados y acudir a medios informales, como expertos en el tema, profesores, amigos, etc. Internet constituye una valiosa herramienta en este sentido.
- Temas poco investigados y poco estructurados, los cuales requieren un esfuerzo para encontrar lo que escasamente se ha investigado.
- Temas no investigados.
Como investigadores podemos replicar aquellos problemas ya investigados, reproducir la investigación para adaptar el estudio al contexto social o asistencial donde vaya a realizarse. En el caso en que la investigación es escasa o no existe, podemos abrir una nueva investigación.