3. FACTIBILIDAD/VIABILIDAD PARA EL ESTUDIO DE UN PROBLEMA
La pregunta ha de estar bien hecha, en el sentido de tener una coherencia con el método elegido para contestarla. Por ello, la pregunta de investigación ha de estar en consonancia con la naturaleza de la investigación.
Una vez que se ha concebido la idea de investigación y el científico ha profundizado en el tema en cuestión y elegido el enfoque, cuantitativo, cualitativo o mixto, se encuentra en condiciones de plantear el problema de investigación, estructurar más formalmente la idea de investigación. (Ver apartado de esquema PICO)
No basta con que el problema de investigación esté correctamente formulado, es imprescindible estudiar su factibilidad, viabilidad conveniencia y utilidad.
En relación a la factibilidad conviene plantearse una serie de interrogantes dirigidas a valorar la posibilidad de llevar a cabo la investigación. Entre estas se pueden citar algunas:
- ¿Es viable? ¿Se dispone de recursos humanos, económicos y materiales suficientes para realizar la investigación?
- ¿Es factible realizar el estudio en el tiempo disponible o previsto?
- ¿Es factible lograr la participación de los sujetos u objetos necesarios para la investigación?
- ¿Es factible conducir el estudio con la metodología disponible o seleccionada?
- ¿La metodología a seguir conduce a dar respuesta al problema?
- ¿El investigador conoce y domina la metodología seleccionada?
- ¿Hay problemas ético-morales en el desarrollo de la investigación?
- ¿Hay posibilidad de lograr la participación de los sujetos u objetos en el estudio?
En relación con la utilidad y conveniencia de realizar el estudio, el investigador debe formularse otra serie de interrogantes, como estas:
- ¿El problema o hecho que queremos abordar es importante? ¿Se podrán generalizar los hallazgos?
- ¿Qué necesidades serán satisfechas con los resultados de la investigación? ¿Los conocimientos obtenidos beneficiarán a los pacientes o a la comunidad?
- ¿Los resultados resultarán de aplicación práctica o de importancia teórica?, es decir:
- ¿El estudio contribuirá a formular o modificar prácticas o políticas asistenciales?
- ¿Los resultados permitirán aceptar o rechazar conjeturas que no han sido probadas?
Las respuestas a estas y otras interrogantes deben ser analizadas por el o los investigadores, determinando si aquellos puntos negativos constituyen un obstáculo para la ejecución de la investigación o si es posible solucionarlos antes o durante el proceso de la planificación del estudio.
Si la respuesta a alguna de estas cuestiones es no, debemos plantearnos otra pregunta de investigación, puesto que si el problema o hecho sobre el que queremos investigar no es importante, o sus resultados no ampliarán los conocimientos actuales, no tiene interés realizar el estudio. Por otro lado, si los conocimientos no resultarán beneficiosos para la población diana, debemos plantearnos que no es ético realizar la investigación y por tanto no realizarla.
Es útil plantear estas interrogantes para que el investigador analice y determine las implicaciones técnicas, económicas, éticas y legales, y les busque solución.
No obstante, la existencia de obstáculos no debe anteponerse en ningún momento a la necesidad de dar respuesta a un problema dado, mediante la investigación que se plantea.