Llevar a buen puerto la seguridad de cualquier centro, precisa que la cultura de la seguridad y la implementación de prácticas y procedimientos seguros formen parte de las directrices de actuación de los centros sanitarios. Desde la formación académica y desde el liderazgo de los servicios y unidades del hospital se debería fomentar la toma de decisiones asumiendo la experiencia personal, considerando la evidencia disponible y sus limitaciones, y evaluando el riesgo del error.
El cambio hacia un sistema sanitario más seguro exige además esfuerzos mantenidos y perseverancia para luchar contra las formas tradicionales de pensar.
Un paso importante es asegurarse de que la seguridad del paciente es una prioridad en la lista de objetivos de la organización sanitaria y esta debe ir acompañada de una responsabilidad ejecutiva clara, no sólo en el superior, sino también en cada nivel de la organización, incluyendo cada equipo clínico.
A nivel nacional, las Rondas de Seguridad con personal ejecutivo, son una actividad ampliamente utilizada y que ha sido diseñada para mejorar la cultura de seguridad en los hospitales. Son una herramienta prometedora para mejorar el clima de seguridad y el concepto más amplio de la cultura de seguridad. De hecho, se incluyen en los últimos programas de seguridad de las Ucis dentro del marco de “tolerancia zero en nuestras UCIs” promovido por el Ministerio de Sanidad. Estos son, bacteriemia zero, neumonía zero y resistencia zero. Todos los programas incluyen un paquete de medidas para prevenir la infección y un programa de seguridad integral.
El cambio cultural se ocupa de cómo las personas sienten y piensan acerca de los problemas. Se deben crear oportunidades para que la gente libremente exprese sus opiniones, de forma que la persona pueda comunicar los efectos adversos para que posteriormente sean tratados. Una cultura "no punitiva" da a los individuos la oportunidad de conocer y discutir sin temor al castigo, pero no absuelve personas de ser responsables de sus acciones. Un importante aspecto del desarrollo de una cultura de la seguridad es asegurar que cada individuo se refiere a sí mismo como personal y colectivamente responsable de seguridad. La seguridad es una preocupación de todos.
Muchos sistemas de notificación de incidentes han tambaleado cuando es evidente que la organización no ha tomado nota de los comentarios y produjo cambios en la forma en que se realizaban. Esto requiere que la organización tenga voluntad de aprender de estos incidentes. No importa lo triviales que sean o lo en desacuerdo que se esté con las acciones planificadas y los cambios tienen que hacerse demostrables a los trabajadores en la organización. Tiene que ser visto que se ha hecho algo. Los Siete pasos en la Seguridad del Paciente del NPSA, da consejos sobre cómo las organizaciones pueden fomentar la información sobre incidentes de seguridad del paciente y producir cambios en la práctica, los procesos y sistemas.
Una cultura positiva sobre seguridad del paciente en las instituciones sanitarias se perfila como uno de los requisitos esenciales para evitar en lo posible la aparición de efectos adversos, y poder aprender de los errores de forma proactiva, para rediseñar los procesos de manera que los errores no se vuelvan a producir. En este sentido, la consecución de una adecuada cultura sobre la seguridad del paciente ha sido señalada como la primera de las “buenas prácticas” o recomendaciones para mejorar la seguridad del paciente en el informe publicado en 2003 por el National Quality Forum de Estados Unidos, reforzado en la reciente actualización de este informe, en el que se indica además la medición de la cultura de seguridad, feed-back de los resultados, y las intervenciones consecuentes, como uno de los elementos necesarios para llevar a cabo esta recomendación.
Las características de una cultura de seguridad positiva son:
- Comunicación basada en la confianza mutua y la transparencia.
- Buen flujo de la información y su procesamiento.
- Percepciones compartidas de la importancia de la seguridad.
- El reconocimiento de la inevitabilidad del error.
- Identificación proactiva de amenazas y fallos latentes para la seguridad.
- El aprendizaje organizacional.
- Liderazgo comprometido y responsabilidad ejecutiva.
- Cambiar el enfoque de la culpabilización y de una cultura punitiva hacia la notificación de incidentes y su análisis.
Para desarrollar una cultura de seguridad en una organización es recomendable:
- Declarar la seguridad del paciente como una prioridad.
- Establecer la responsabilidad ejecutiva de la seguridad del paciente.
- Importar nuevos conocimientos y habilidades.
- Instalar un sistema de notificación libre de culpa.
- Reformar la educación y desarrollar el aprendizaje organizacional.
- Acelerar el cambio para mejorar.
El mayor desafío para avanzar hacia un sistema de salud más seguro, está cambiando la cultura de culpar a las personas por los errores, por otra en la que los errores son tratados no como fracasos personales, sino como oportunidades para mejorar el sistema y prevenir los EAs. Para conseguirlo debemos contar con un aliado indiscutible que es el propio paciente y convertirlo en un miembro más del equipo que le atiende.
