- Según la profundidad de la propia herida, y dependiendo de la afectación que esta ha tenido en los distintos planos de la piel las podemos clasificar en:
o Superficiales o simples. Dentro de estas entrarían todas las que solo afectan a la epidermis, sin afectar a elementos nobles (vasos, nervios, tendones) como las epidérmicas, arañazos o desolladuras cuando conlleva cierta pérdida de tejido epitelial.
o Profundas. Cuando se extienden más allá del tejido celular subcutáneo afectando a varios tejidos, piel, músculo o huesos donde la reconstrucción y regeneración será más dificultosa.
o Penetrantes. Cuando alcanzan una cavidad natural del organismo, como puede ser la cavidad peritoneal o el espacio pleural, sin lesionar vísceras u órganos.