2. RECURSOS Y HABILIDADES PARA LA VALORACIÓN
Para poder recabar la información necesaria en una valoración, existe la necesidad que la persona que la realice cuente con una serie de recursos y habilidades capaces de forjar una comunicación eficaz y una correcta alianza terapéutica, siendo cada interacción y cada conversación parte del proceso terapéutico. Aunque es evidente que tanto el profesional como el paciente y su familia contribuyen al desarrollo y mantenimiento de la alianza terapéutica, es responsabilidad del profesional facilitar y cuidar esta relación.
Tanto las estrategias utilizadas en la comunicación como la actitud de la enfermera durante la misma, son dos habilidades esenciales para el proceso de valoración. Una actitud que inspire confianza resulta capital para establecer una relación terapéutica, lo cual exige en algunas ocasiones adoptar posturas no autoritarias, de comprensión, de no enjuiciamiento, y sobre todo, transmitir un mensaje de apertura a la ayuda, aceptación incondicional de la otra persona y autenticidad en las expresiones.
Es de vital importancia cultivar el lenguaje verbal como el no verbal, evitando en todo momento los “por qué”. En este mismo sentido, las técnicas de comunicación terapéutica más útiles en salud mental incluyen la escucha activa que permite comunicar por sí sola aceptación y respeto, y permite ayudar a detectar temas ocultos en el discurso del paciente, minimizar malentendidos y clarificar mensajes de interés.
Respecto a la dinámica que debe guiar la interacción, es aconsejable iniciar la conversación con un tema neutro (tiempo, acontecimiento deportivo, etc.) y esperar a que el/la paciente haga sus comentarios, aprovechando la ocasión para evaluar el comportamiento no verbal o las barreras de comunicación. Una vez establecida la comunicación, se debe evitar un asalto verbal a base de preguntas si no queremos obtener respuestas monosilábicas o mutismo.
