◦ Hematomas subdurales agudos y subagudos: están asociados con lesiones que implican contusión o laceración. Las manifestaciones clínicas se desarrollan en 24-48 h y son cambios en el nivel de conciencia, signos pupilares y hemiparesia aunque también pueden ser mínimos o nulos, o por el contrario si es de instauración rápida pueden ser graves como coma, aumento de la PIC , y reducción de la FC y FR. En el caso de los subagudos los síntomas aparecen a partir de las 48h, hasta 2 semanas después con síntomas parecidos a los anteriores. El tratamiento en ambos es una craneotomía para seccionar la duramadre y permitir la evacuación del coagulo. El éxito del tratamiento se basa en el control de la PIC y la vigilancia de la función respiratoria. La tasa de mortalidad de estos pacientes es alta.
◦ Hematomas subdurales crónicos: se producen a partir de lesiones encefálicas aparentemente menores y con gran frecuencia en ancianos debido a la atrofia cerebral por el envejecimiento. El tiempo entre la lesión e inicio de los síntomas es largo , de 3 semanas a meses por lo que se olvida el mecanismo que la pudo desencadenar. El este caso la hemorragia es menos abundante y a veces se diagnostica de forma errónea como apoplejía. El encéfalo se adapta a la invasión de el cuerpo extraño y los síntomas son fluctuantes. Algunos de ellos pueden ser cefalea intensa intermitente, signos neurológicos focales alternantes, deterioro mental, cambios en la personalidad, convulsiones. Por lo que a veces difícil de diagnosticar. El tratamiento consiste en la evacuación quirúrgica del coagulo.
- Hemorragia y hematoma intracerebral: se produce por un sangrado en la sustancia encefálica. Se observa en lesiones en que se ejerce una fuerza sobre áreas pequeñas o por hipertensión sistémica que causa degeneración y rotura de un vaso, también por anomalías vasculares y tumores así como trastornos hemorrágicos. Las manifestaciones clínicas no son muy claras, ya que el comienzo puede ser insidioso con déficits neurológicos seguidos de cefaleas. El tratamiento quirúrgico no siempre es posible bien sea por una localización inaccesible o la carencia de un área circunscrita de sangre que pueda eliminarse. Por otro lado debemos controlar PIC , la administración cuidadosa de líquidos y electrolitos, asi como el manejo adecuado de antihipertensivos.
7. PRUEBAS DIAGNOSTICAS
En los pacientes con traumatismo grave la radiografía simple de cráneo, únicamente es útil para diagnosticar algunas fracturas, pero es imprescindible realizar al paciente con TCE una RX de la columna cervical AP y lateral. Una vez realizada la valoración de funciones respiratoria y circulatoria y descartada la inestabilidad espinal, el tac cerebral nos permite un análisis del tejido oseo así como de las partes blandas, y es el método de elección para valorar lesiones cerebrales. Podemos diagnosticar con un amplio margen de seguridad las fracturas, hemorragias, efecto de masa y cuerpos extraños.