Insulinas y Antidiabéticos Orales


2.2. Fármacos que disminuyen la resistencia a la insulina

Se trata también de dos grupos:

  • Las biguanidas, cuyo fármaco representante es la metformina.
  • Las tiazolindionas o glitiazonas, entre las que están la rosiglitazona, pioglitazona y ciglitazona.

 

 

2.2.1. Metformina

La metformina es un antihiperglucemiante, pero no un hipoglucemiante. Por ello, no produce una hipoglucemia, sino que reduce la hiperglucemia basal y postpandrial del paciente diabético. Aunque no afecta a la secreción pancreática, no es activa en ausencia de insulina.

Produce efectos variados, entre los que destacan:

  • El aumento de la penetración de glucosa en los tejidos con aumento de su metabolismo.
  • La reducción de la gluconeogénesis hepática y de la síntesis de glucosa.
  • La reducción de la absorción intestinal de glucosa. 

 

Puede tener acción sobre lipoproteínas disminuyendo el LDL y aumentando el HDL. Se absorbe bien por vía oral, no se fija a proteínas plasmáticas ni sufre metabolismo eliminándose casi por completo por orina en forma activa. Su semivida de eliminación plasmática es de 2-4 horas.

Las reacciones adversas más frecuentes son las gastrointestinales. La reacción más grave, aunque rara, es la acidosis láctica que puede llegar a ser letal, pero sólo ocurre si se dan dosis altas o dosis normales en pacientes con insuficiencia renal, cardiaca, enfermedad hepática, alcoholismo, embarazo o situaciones en las que la alteración del metabolismo celular favorezca la producción de lactato. Por lo tanto, no debe usarse en estas situaciones.

La metformina debe suspenderse entre 24-48 antes de una intervención quirúrgica o prueba con contraste yodado, debido a su potencial efecto nefrotóxico.

 

 

2.2.2. Glitiazonas

Las Glitiazonas, son fármacos hipoglucemiantes que se caracterizan por sensibilizar o aumentar  la acción de la insulina pero sin incrementar su secreción. La actividad de estos fármacos requiere la presencia de insulina cuya acción es incrementada o facilitada.

Entre otros efectos, aumentan la captación de glucosa por algunas células, la fijación de la insulina a membrana y la expresión de transportadores. También reducen la gluconeogénesis hepática. Con todo ello mejoran la utilización periférica de la glucosa.

Se absorben bien por vía oral, con buena biodisponibilidad. Sufren metabolismo hepático originando en algunos casos metabolitos activos que alargan la vida media.  

La reacción adversa más frecuente es la retención de líquido con formación de edemas. Se puede producir también anemia, aumento de peso o alteraciones hepáticas por lo que debe vigilarse la función hepática y  pueden producir molestias gastrointestinales. También se han relacionado con aumento del riesgo de fractura de cadera en mujeres posmenopáusicas.