Insulinas y Antidiabéticos Orales


2.1.1. Sulfonilureas

Las Sulfonilureas, a corto plazo provocan la liberación de la insulina preformada en las células beta del páncreas al aumentar su sensibilidad a la glucosa. Para lograr esta acción es preciso que las células beta sean funcionantes.

Esta acción liberadora es potenciada por otros estímulos como la presencia de glucosa, aunque también es apreciable en células que han perdido su sensibilidad a la glucosa. La consecuencia inmediata de esta acción es la reducción de los niveles plasmáticos de glucosa. Este descenso de la glucemia mejora los síntomas agudos de la diabetes y es variable de un fármaco a otro. Sin embargo, a largo plazo la eficacia hipoglucemiante de las sulfonilureas es más problemática ya que depende en gran medida de la capacidad de la célula beta de responder a concentraciones elevadas de glucosa. Cuando el paciente pierde su capacidad de producir insulina como resultado de la evolución de la enfermedad, las sulfonilureas pierden su efecto, al igual que si apareciese insulinoresistencia.

Todas las sulfonilureas se absorben muy bien por vía oral y se fijan fuertemente a proteínas plasmáticas. El volumen de distribución es variable de unas a otras. La semivida varía desde 1,5 horas para la gliquidona, hasta las 24- 48 de la clorpropamida. Se metabolizan en proporción variable, en algunos casos, los metabolitos mantienen actividad hipoglucemiante. Presentan eliminación renal aunque la gliquidona se elimina casi exclusivamente a través de la bilis. Atraviesan la barrera placentaria y pasan a leche materna por lo que no deben usarse en embarazo.

La reacción adversa más frecuente es la hipoglucemia que puede ser de intensidad y duración variable e incluso puede llegar a ser mortal. Debe evitarse su empleo en ancianos, enfermos hepáticos y renales. Pueden producir aumento de peso y en ocasiones producen molestias gastrointestinales ligeras, y reacciones de hipersensibilidad o alteraciones de la médula ósea.

Presentan importantes interacciones con otros fármacos y dado que su eficacia hipoglucemiante está en estrecha relación con sus niveles plasmáticos, estas pueden tener relevancia clínica importante con lo cual antes de asociar cualquier tratamiento a las sulfonilureas debe revisarse la posibilidad de interacción.

 

 

2.1.2. Meglitidina

La Meglitidina es una secuencia de la sulfonilurea glibenclamida, de la que derivan dos análogos, como son la repaglinida y la nateglinida, que al igual que las sulfonilureas, provocan la liberación de insulina. Pero a diferencia de lo que ocurre con las anteriores, su acción es dependiente de glucosa, ya que en ausencia de la misma no son capaces de actuar. Por este motivo, disminuyen el riesgo de hipoglucemia en ayunas, aunque pueden provocarla en función de la dosis.

Además, logran una liberación y secreción de insulina más ajustada a los niveles de hiperglucemia postpandrial, con lo que se consigue un mejor control de los niveles de glucemia después de las comidas, actuando con mayor rapidez que las sulfonilureas. Ambas se absorben con rapidez y se metabolizan en el hígado. La nateglinida tiene una vida media superior a la repaglinida.

 

Pueden ocasionar molestias gastrointestinales moderadas y, en raras ocasiones, reacciones de hipersensibilidad. También incremento de peso. Otra ventaja respecto a las sulfonilureas, es que no se han descrito interacciones con fármacos inhibidores de su metabolismo.

La metformina debe suspenderse 24-48 horas antes de una intervención quirúrgica o una prueba con contraste yodado por su potencial efecto nefrotóxico.