La principal y más frecuente reacción adversa del tratamiento con insulina es la hipoglucemia. Para evitarla es preciso educar al diabético en las necesidades y acciones de la insulina, y alertarlo sobre los síntomas característicos:
- Con los preparados de acción rápida predominan los síntomas de hiperactividad vegetativa simpática y parasimpático (sudor, temblor, taquicardia, palpitaciones, náuseas, sensación de hambre), que pueden llegar a convulsiones y coma.
- Con los preparados de acción intermedia predominas los síntomas de afectación del SNC: confusión mental y coma. Su tratamiento exige la administración inmediata de glucosa. En raras ocasiones pueden aparecer reacciones alérgicas, por contaminantes del preparado y a veces reacciones de resistencia por la aparición de anticuerpos antiinsulina.
Pueden aparecer reacciones lipodistróficas en forma de atrofia o hipertrofia del tejido subcutáneo en los sitios de inyección, aunque con las modernas insulinas son cada vez menos frecuentes. Por último, al comienzo del tratamiento puede aparecer edema insulínico que es pasajero y carece de importancia.
No podemos olvidar, que la insulina es sólo una parte del tratamiento del enfermo diabético y hay que insistir en otros factores como la dieta o el ejercicio físico, en este sentido, los profesionales de enfermería desempeñamos un papel imprescindible en la educación del paciente diabético y en el seguimiento de su enfermedad para evitar o detectar precozmente las posibles complicaciones.