Lo que está claro es que, a mayor número de proveedores de salud y entornos de atención, mayor complejidad y más necesidad de gestión de casos.
En España la Gestión de Casos en Andalucía es posiblemente la más desarrollada, con asignación de Enfermeras para ello tanto en Atención Primaria como en Especializada. Su trayectoria en estos años ha podido demostrar como su intervención disminuye la sobrecarga del cuidador, mejora la funcionalidad del paciente, se sienten más satisfechos y mejora notablemente la accesibilidad a los proveedores de salud.
A nivel internacional, la gestión de casos en personas con demencia ha demostrado que reduce la institucionalización y cuando se lleva a cabo desde Atención Primaria, los pacientes y los cuidadores mejoran sus habilidades para afrontar la enfermedad. En la población geriátrica la gestión de casos mejora la funcionalidad de las personas, el manejo de la medicación, la utilización de los servicios comunitarios, disminuye el consumo de servicios sanitarios y sus costes asociados y disminuye la institucionalización de los mayores. En el caso de las personas diabéticas, la gestión de casos ha demostrado mejoras en parámetros clínicos como la hemoglobina galicada o la tensión arterial. En pacientes con insuficiencia cardíaca, los estudios han demostrado una reducción de la mortalidad global al año de seguimiento por la enfermera gestora de casos. También se ha demostrado que reduce los reingresos.
Otros problemas de salud que han demostrado efectos positivos con la gestión de casos han sido en pacientes con EPOC, pacientes con problemas mentales, oncológicos o en la atención en urgencias.
