El SUH tiene relación con la práctica totalidad de unidades y servicios del hospital; debe estar muy bien relacionado-comunicado con el área de diagnóstico por imagen, el laboratorio, el bloque quirúrgico, la unidad de cuidados intensivos y/o otras unidades de cuidados críticos. Requiere además del apoyo de la unidad de anestesiología, el banco de sangre, cirugía general, cirugía ortopédica y traumatología, cuidados críticos/intensivos, medicina interna y pediatría.
Un SUH tiene que tener relaciones con los primeros intervinientes, sean sanitarios o no; así debe establecer por una parte protocolos de actuación y derivación con servicios de urgencias extrahospitalarios y con otros sistemas como bomberos, fuerzas de orden público, organizaciones (por ejemplo, cruz roja o 061), etc…, y por otra parte con servicios que deberán continuar el proceso asistencial, como son servicios específicos hospitalarios, asistencia social, hospitales de mayor nivel, etc…
La adecuada coordinación entre los diferentes niveles asistenciales que intervienen en este proceso de atención a la urgencia se convierte en un objetivo prioritario que deben plantearse las organizaciones a la hora de marcar sus objetivos. La continuidad asistencial es el objetivo a conseguir y por tanto un aspecto de la calidad que incide directamente sobre un proceso más adecuado y unos resultados mejores.
La coordinación interniveles es un término que describe una relación estructurada entre diferentes niveles organizativos que actúan sobre un mismo proceso (en nuestro caso, la asistencia urgente) sobre el que se establecen objetivos comunes, ya que los resultados que se pretenden obtener implican a todos los que intervienen en el mismo. Es frecuente en los últimos años la elaboración de protocolos de carácter internivel, con la participación de colectivos profesionales pertenecientes a diferentes niveles asistenciales y categorías. Sin embargo, su traslado a la práctica clínica suele ser escaso, poco homogéneo y disperso.
