Diagnóstico
Tráquea cervical
Tras la historia clínica observaremos enfisema subcutáneo, disnea, disfonía y hemoptisis. Se emplea la fibrobroncoscopia y el TAC cérvico- torácico para confirmar el diagnóstico.
Tráquea torácica
El diagnóstico de la rotura de la porción torácica de la tráquea requiere en ocasiones un alto grado de sospecha. Es característico el enfisema subcutáneo, neumomediastino, y sobre todo la falta de reexpansión pulmonar tras la colocación de un drenaje torácico con una importante fuga aérea. También esta sospecha clínica debe ser confirmada a través de la realización de una fibrobroncoscopia.
Es posible que roturas parciales del árbol traqueobronquial no sean reconocidas en una evaluación inicial y meses después del traumatismo encontremos estenosis de la vía aérea en el área de cicatrización e infecciones pulmonares de repetición postestenóticas.
Tratamiento
Aunque la intervención quirúrgica es la opción terapéutica aconsejada en la mayoría de las ocasiones, roturas parciales de la vía aérea (menos de 1/3 de la circunferencia) pueden ser manejadas con actitud conservadora si existe reexpansión pulmonar tras colocación de un tubo de drenaje y la paciente no precisa ventilación mecánica.
El abordaje de la rotura de la tráquea cervical se realiza a través de una incisión cervical y la sutura se lleva a cabo con puntos sueltos de material absorbible. La exposición de la tráquea mediastínicas, la carina y el bronquio principal derecho se consigue mejor por medio de una toracotomía posterolateral derecha a través del cuarto espacio intercostal. La rotura del bronquio principal izquierdo es mejor manejada a través de una toracotomía posterolateral izquierda. Las suturas se llevarán a cabo también con puntos absorbibles, evitando las desvascularización excesiva del árbol traqueobronquial y la tensión de la anastomosis.