8. MOVILIZACIÓN Y POSICIÓN QUIRÚRGICA
Respecto a los riesgos que entrañan la movilización y la posición quirúrgica, en primer lugar han de tenerse en cuenta las circunstancias clínicas del paciente (hidratación, fragilidad cutánea, IMC, etc.), que le pueden hacer más vulnerable a los requerimientos del entorno quirúrgico.
Independientemente del caso, los riesgos dependerán de:
- El tipo de anestesia.
- La posición a adoptar.
- La necesidad de realizar movilizaciones una vez anestesiado el paciente.
- El tiempo que se deba permanecer en cada posición concreta.
Los tipos de lesiones más habituales en quirófano son:
- Lesiones de la piel y tejido celular subcutáneo.
- Lesiones isquémicas y síndrome compartimental.
- Alteraciones vasculares y cambios hemodinámicas.
- Lesiones nerviosas por compresión o estiramiento.
- Lesiones cornéales o en la boca.
- Lesiones articulares por rotación o abdución bien por movilización inadecuada o por falta de inmovilización.
Dependiendo de los riesgos y la disponibilidad de recursos, las barreras a adoptar serán:
- Adecuada preparación de la mesa (en especial evitar arrugas y salientes).
- Disponer de protecciones y accesorios adecuados.
- Realizar las movilizaciones de forma coordinada, vigilada y con un número suficiente de personas según las circunstancias.
- Planificación de la monitorización y medidas de soporte para los riesgos relativos a posiciones más forzadas.
Merece especial atención la movilización posterior a la cirugía, en la que a los riesgos ya mencionados se añaden los derivados de catéteres, sondas, drenajes y herida quirúrgica.